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Este lunes se oficializó la instalación del Mecanismo de Veeduría, Monitoreo y Verificación (MVMV) temporal del cese al fuego entre el Gobierno Nacional y el autodenominado Estado Mayor Central (EMC), la disidencia de las FARC comandada por Iván Mordisco, que cuenta con el mayor brazo armado en el país (cerca de 3.200 combatientes).
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Se trata de un paso clave de cara a la negociación con ese grupo armado, que según confirmó el Gobierno tras la instalación del mecanismo, comenzará en mayo y contará con cinco delegados de esa disidencia.
De hecho, la Oficina del Alto Comisionado para la Paz (OACP) confirmó que a raíz de esto “se solicitó a la Fiscalía General de la Nación la extensión de la ejecución de las órdenes de captura vigentes en contra de esas personas, con el objetivo de que puedan cumplir con las responsabilidades del proceso”.
¿Cómo se pondrá en marcha el mecanismo?
El mecanismo de monitoreo del cese al fuego entre el Gobierno y la disidencia EMC quedó integrado por delegados de la OACP, del Ministerio de Defensa, de la Fuerza Pública y de este grupo armado, y cuenta con el acompañamiento de la Misión de Apoyo al Proceso de Paz (MAPP) de la OEA. En calidad de observadores están la Misión de Verificación de la ONU y la Iglesia católica, como representante de la sociedad civil.
El mecanismo tuvo sus bases el pasado 8 de febrero, fecha en la que se firmó un acuerdo en el que se pactó que haya equipos locales desplegados por varias regiones y una instancia nacional que sesione en Bogotá.
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Como ya lo contó Colombia+20, esta instancia será la encargada, entre otras funciones, de emitir conceptos técnicos sobre incidentes que ocurran en el marco del cese bilateral, recomendar y analizar salidas para los posibles incumplimientos y presentar informes de avance cada dos meses.
En el marco de su funcionamiento, la Fuerza Pública seguirá teniendo plenas facultades para realizar sus operaciones ofensivas frente a aquellos grupos armados que no tengan pactado un cese al fuego.
Otro pacto a cumplir por ambas partes tiene que ver con el respeto a las actividades humanitarias. Dentro del marco al cese al fuego, tanto el Estado como el grupo guerrillero disidente no deben atacar misiones médicas y se debe priorizar la atención de emergencias y la integridad de los civiles que vivan en los municipios donde el EMC tenga incidencia para llegar al inicio de una mesa formal de negociación que arrancaría en el mes de mayo.
El EMC frente al cese al fuego
De acuerdo con el informe “Acciones de incumplimiento al Cese al Fuego Bilateral Temporal de Carácter Nacional”, del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), el EMC es el grupo armado al margen de la ley que a lo largo de 2023 ha protagonizado más hechos violentos que incumplen con el fin de los hostigamientos contra la población civil.
Ese documento precisa que entre la columna móvil Dagoberto Ramos, la columna móvil Jaime Martínez, el frente Franco Benavidez, el frente Carlos Patiño, el frente Jorge Suárez Briceño y la columna móvil Urías Rondón -todos parte del EMC en la facción Comando Coordinado de Occidente- han realizado ocho ataques en el primer trimestre del año, cifra que supera por el doble a esas mismas conductas criminales a mano de la denominada Segunda Marquetalia, con quienes se disputan el control territorial en el suroccidente del país.
Tanto la Segunda Marquetalia, como los denominados “narcoparamilitares”, no suman juntos el total de acciones de incumplimiento a los ceses al fuego que han protagonizado los combatientes del EMC.
Desde los mandos del EMC han tenido una visión diametralmente distinta para explicar los incumplimientos del cese al fuego. En una misiva emitida el pasado 20 de abril, desde esa facción guerrillera aseguraron que la reanudación de sus ataques se debieron a mecanismos de defensa por ataques como los que habrían recibido por parte del Ejército en Buenaventura a mediados de este mes, donde dicen que fue abatido un joven que hacía parte de sus filas.
Comandantes del EMC retornaron tras cumbre del Yarí
Además de confirmar la instalación del mecanismo de monitoreo, la Oficina del Alto Comisionado para la Paz aseguró que “concluyó con éxito la operación de retorno a sus lugares de origen” de los miembros del EMC que se reunieron en las sábanas del Yarí (Caquetá), para contarle a más de 6.000 personas de organizaciones campesinas los avances en la negociación con el Gobierno.
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“Aquellos a quienes se les permitió salir temporalmente de centros carcelarios han vuelto a sus sitios de reclusión. Las operaciones fueron acompañadas por delegados de entidades multilaterales, de la iglesia y del cuerpo diplomático acreditado en Colombia, de acuerdo con el protocolo establecido”, informó la OACP.
La oficina también dejó en claro que las órdenes de captura que pesan en contra de algunos de los disidentes expiró luego de cumplirse la reunión de mandos.