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El cuerpo del soldado Sebastián Quiñones, quien estaba desaparecido desde agosto de 2021, fue encontrado en una fosa común cercana a la base del Bajo Anchicayá, entre Dagua y Buenaventura. Este fue el lugar donde el soldado de 18 años fue visto por última vez, el 23 de agosto de 2021. El cuerpo de Sebastián fue identificado el pasado 15 de marzo.
La familia del joven indicó que fueron contactados por un soldado de la misma base militar en la que estaba Sebastián, quien envió un mensaje de audio a la hermana del desaparecido a través de Facebook. En este, le indicó que Sebastián había sido dado de baja por orden de un sargento y había sido expulsado de la base militar posteriormente. Según un video de la cámara de seguridad de la base militar, Sebastián salió con vida ese mismo día, hacía la 1 p.m.
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Sin embargo, su familia no supo nada de él a partir de ese momento, por lo que empezó a reportarlo como desaparecido a través de redes sociales y ante las autoridades. Las versiones sobre la desaparición de Sebastián son confusas. Mientras que algunos de sus compañeros señalaron que habría sido expulsado por problemas de convivencia, al supuestamente haberse robado unos panes o una bolsa de comida, el Ejército manifestó a través de un comunicado que salió voluntariamente.
“De inmediato la unidad activó los protocolos de seguridad y búsqueda del soldado dispuestos por la institución para atender esta clase de situaciones, y se inició la respectiva indagación disciplinaria para esclarecer los hechos”, expresó el Batallón de Alta Montaña No. 3 tras la desaparición del joven.
La familia de Sebastián envió una solicitud a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) el 23 de septiembre de 2021, instando a que el Estado adoptara las medidas necesarias para proteger los derechos a la vida e integridad personal de Sebastián Quiñones. En la solicitud, Leidy Johanna Echavarría, mamá del joven, indicó que, al acudir a la base militar el 3 de septiembre de 2021, observó varias inconsistencias, entre estas, señaló que las pertenencias de Sebastián estaban incompletas y que “soldados que inicialmente dieron información a la familia se retractaron, indicando que se habían equivocado y no les constaba que Sebastián hubiera sido sacado de la base”.
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“En cumplimiento del principio constitucional de colaboración armónica entre las instituciones, el Ejército Nacional estará presto a atender los requerimientos de las autoridades judiciales como institución. Al igual que su familia, necesitamos conocer las circunstancias de tiempo, modo y lugar en que ocurrieron los hechos. Se continuarán atendiendo las solicitudes de la Fiscalía General con el fin de que se adelanten con celeridad y total transparencia las investigaciones que están en curso”, manifestó un vocero del Ejército Nacional a El Espectador.
La investigación sobre la desaparición y muerte de Sebastián Quiñones está a cargo de la Fiscalía de la Nación.