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El departamento se alista para el evento más destacado del año: el Cundinamarca Fest 2025, una oportunidad para reflejar una visión de desarrollo regional. Del 13 al 16 de noviembre, el Parque Simón Bolívar de Bogotá será un territorio vivo, donde se contará la historia, se celebrará la tradición y se proyectará el futuro de los 116 municipios cundinamarqueses, compartiendo su riqueza cultural, turística, gastronómica y deportiva.
Esta quinta versión, evolución de la tradicional ExpoCundinamarca, se proyecta como uno de los espacios clave para generar desarrollo e inversión. El esfuerzo en su organización ha sido tal, que el gobernador Jorge Rey ha asegurado que “será el festival marca región más grande de Colombia”, con el objetivo explícito de que cada alcalde muestre lo mejor de su municipio. Esta misión se articula alrededor de un cambio de paradigma: garantizar que los protagonistas y beneficiarios directos sean los cundinamarqueses.
Las anteriores ediciones se hicieron en municipios como Girardot o Sopó. Este año, sin embargo, la idea de traerlo al Simón Bolívar apunta a igualar este festival con otros grandes eventos musicales. Para Constanza Solórzano, gerente del Instituto Departamental de Cultura y Turismo de Cundinamarca (Idecut), será la oportunidad para que Colombia conozca las bondades del departamento y, de paso, generar beneficios económicos a corto plazo e inversión y desarrollo en un futuro para los 116 municipios. Según cifras del Idecut, se espera que asistan al menos 60.000 personas, fortaleciendo los vínculos y el arraigo entre los bogotanos y Cundinamarca.
Impacto económico que rompe la cadena tradicional
La Gobernación ha ideado el Cundinamarca Fest 2025 para que los habitantes de la región sean quienes cosechen los réditos de la visibilidad. Más de 2.000 artesanos, artistas, emprendedores y prestadores de turismo tendrán la oportunidad de mostrar y comercializar sus productos. El impacto será significativo, pues se beneficiarán al menos a 5.000 personas que dependen de sus emprendimientos o muestras culturales, dice Elizabeth Valero, gerente de la Agencia de Comercialización de Cundinamarca (Acoder).
Este enfoque responde a una filosofía de desarrollo inclusivo. Como lo comenta Valero, el festival será una vitrina que mostrará Cundinamarca e impulsará el turismo, la inversión y el desarrollo. Para lograrlo, cuenta el gobernador Rey, se aseguraron de que pequeños y medianos productores —de alimentos, artesanías, arte y prestadores de turismo— tuvieran la oportunidad de participar. Con este giro buscan que las ganancias no se queden en los bolsillos de unos pocos, sino que se distribuyan en el territorio.
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Un ejemplo del efecto transformador esperan demostrarlo con el sector campesino. Los productores, que siempre han enfrentado incertidumbre al vender sus cosechas, tendrán la posibilidad de ofrecer sus frutos directamente en la capital. Valero subraya que el objetivo no es solo incentivar el consumo de productos locales, sino dar a conocer las historias de resistencia que han protagonizado miles de familias para seguir alimentando al país.
El encuentro también será una plataforma para visibilizar proyectos sociales exitosos, como Tenarte, asociación de mujeres del municipio de Tena que, durante casi una década, han impulsado su autonomía financiera y el desarrollo económico con un emprendimiento de artesanías, que se suma a casi un centenar de ofertas culturales que contribuye al cierre de las brechas de género.
Otras empresas que mantienen vivas las tradiciones del territorio también tendrán su lugar. Por ejemplo, Liquira, de Chía, que desde 1999 cuenta relatos a través del arte, confeccionando artículos tejidos y trabajos de vidrio. Igualmente, habrá stands para al menos 50 creadores de 22 municipios, incluyendo a Tierra Fuego Cerámica, de Sopó, y Doos Eyewear, de Mosquera, que demostrarán el valor del arte y los oficios tradicionales.
La geografía en cuatro pabellones
Cundinamarca Fest promete una puesta en escena emblemática, donde los visitantes podrán recorrer la esencia de Cundinamarca en cuatro grandes pabellones temáticos, organizados en alianza con Páramo, un equipo creativo conocido por estar detrás de algunos de los festivales musicales más reconocidos del país. Allí encontrarán, por ejemplo, el pabellón Cundinamarca para el Mundo, que apostará por la conexión internacional y se expondrá lo mejor de los productos tipo exportación de la región, destacando la calidad de cafés, flores y esmeraldas. La idea es proyectar ante la comunidad internacional las oportunidades de cooperación, turismo y desarrollo sostenible en el territorio.
Otro será Cundinamarca Extrema y Deportiva, donde se celebrarán el orgullo y la pasión deportiva de los cundinamarqueses. Bajo el lema “Vívelo, disfrútalo, siéntelo y hazlo extremo”, los visitantes, mediante la combinación de tecnología y actividad física, podrán experimentar lo mejor de los deportes extremos mediante simuladores de rafting, ciclismo y paracaidismo.
La naturaleza es otro motivo de orgullo y esto se reflejará en el pabellón Cundinamarca Biodiversa, donde se mostrará por qué este es el corazón ambiental de Colombia, al concentrar cerca del 20 % de las casi 80.000 especies registradas en el país. Allí se podrá conocer los páramos, ríos, las cascadas y los bosques e, incluso, realizar avistamiento de aves, ver al oso de anteojos, el venado de cola blanca o la rana dorada. “En el departamento tenemos miles de ofertas turísticas. Cundinamarca Fest será la ventana para resaltar destinos consolidados, como Girardot o Zipaquirá, pero también para ofrecer oportunidades a otros municipios”, explica Solórzano.
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En este espacio encontrarán propuestas de turismo sostenibles y respetuosas con el ambiente. En total, 23 empresas de alojamientos, 53 agencias de viajes, 16 parques temáticos y 14 viviendas turísticas compartirán sus experiencias sobre cómo fomentan el turismo sin ir en contravía con la protección de las especies. El departamento recibe más de 300.000 turistas en épocas especiales, como Semana Santa y Navidad, y el festival busca multiplicar esa cifra con ofertas en municipios como Ubaté, Sopó, Bojacá y La Vega.
Entre las ofertas se destacan Termales de Santa Mónica, de Choachí, que ha logrado un equilibrio entre el turismo y la protección ambiental; Natural Tribe, de Fusagasugá (senderismo), y Pino, emprendimiento de glamping, en Guachetá. Además estará uno de los íconos más importantes del departamento: la Catedral de Sal de Zipaquirá, que compartirá su experiencia al recibir, en promedio, 700.000 visitantes al año.
Finalmente estará el pabellón Hablando de Cundinamarca, un punto de encuentro para la reflexión colectiva y el diálogo, con expertos, líderes y ciudadanos, que compartirán sus conocimientos sobre innovación, sostenibilidad, cultura y desarrollo. Charlas, foros y paneles abordarán temas cruciales como la importancia de seguir respaldando al agro; los avances transformadores de obras como el Regiotram de Occidente, y labores gubernamentales como el apoyo a los líderes comunales que, de la mano de la Gobernación, han logrado solventar necesidades en las veredas, revolucionando la forma como el Estado llega a las comunidades.
“Todos los pabellones y oferta cultural cumplen un objetivo: mostrarle al país que Cundinamarca es uno de los principales destinos y que en sus municipios hay actividades, que se ajustan a las necesidades de los ciudadanos”, resalta Solórzano
Sabores de resistencia y cultura vibrante
El gobernador Rey asegura que la cultura cuenta la historia y tradición de la gente. Por eso, los visitantes deben prepararse para encontrar más de 2.000 artistas en escena, con comparsas, danzas, bandas sinfónicas y las fiestas tradicionales del departamento. Al menos 26 agrupaciones autóctonas tendrán tarima para hacer sus muestras. Además, se podrá apreciar la artesanía cundinamarquesa elaborada en vivo, en oficios con lana o cuero, además de bisutería, cestería, cerámica y alfarería.
La gastronomía contará con el espacio Sabores de Cundinamarca, que reunirá a más de 50 restaurantes, para celebrar los platos tradicionales que fortalecen las cadenas productivas rurales, como la carne del llano cundinamarqués, la gallina campesina, la fritanga, el viudo del río Magdalena, el chupe, el sancocho, los amasijos y los postres de la sabana. Se destacarán los platos de cordero de Sesquilé, la gallina de Tocaima y un menú tradicional que se prepara en Funza, con un siglo de tradición.
Un punto esencial para fortalecer los encadenamientos rurales es el de los Mercados Campesinos. En este espacio, se podrán adquirir directamente, de manos de los cultivadores, los sabores auténticos del campo: frutas frescas, hortalizas, miel, café, cacao, flores y lácteos. También se contará con un jardín vivo, donde los asistentes aprenderán sobre el cultivo de plantas ornamentales, árboles nativos y flores emblemáticas.
Un festival familiar y de conciertos
La entrada será gratuita y la programación, con actividades simultáneas, se extenderá de 9:00 a. m. a 10:00 p. m. El festival está diseñado como un gran plan familiar, donde los niños podrán disfrutar del Cundinamarca Fest Kids, con juegos, talleres artísticos, actividades ambientales y experiencias sensoriales. Además, será un certamen pet friendly.
Para cerrar cada jornada, en alianza con Páramo, se ofrecerá una agenda de conciertos. La programación combinará grandes nombres de la escena nacional con artistas emergentes del territorio. El viernes se presentará Jessi Uribe y el primer concierto tecno gratuito de Bogotá, a cargo de DJ de la escena nacional; el sábado se presentarán Fonseca, Aterciopelados y Nampa Básico, y habrá un homenaje a la identidad cundinamarquesa con un espectáculo colectivo de agrupaciones folclóricas, bandas sinfónicas y escuelas de danza, y el domingo estarán Pipe Bueno, Luis Alfonso, Ciro Quiñones y Édgar Montaño.
El Cundinamarca Fest 2025 es una iniciativa clave de la Gobernación, que, en palabras del gobernador Jorge Rey, puede ser visto como un referente de cómo los gobiernos departamentales pueden incentivar el desarrollo de sus municipios con la cultura y las exposiciones. “La música vibra, la gastronomía inspira y la cultura cuenta la historia y tradición de nuestra gente. Es un gran plan familiar que tiene beneficios en todo el territorio departamental”.
Por eso, del 13 al 16 de noviembre, la leyenda de El Dorado vivirá y vibrará en Bogotá.
*Contenido realizado en alianza con la Gobernación de Cundinamarca
