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Pensión para los artistas: la apuesta que se consolida en Cundinamarca

Tras ver que la mayoría de los artistas y gestores culturales llegaban a viejos sin pensión y ahorros, la Gobernación de Cundinamarca decidió impulsar un programa que apunta a que hacer arte no sea sinónimo de una vejez vulnerable y sin ingresos.

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Redacción Bogotá
27 de agosto de 2025 - 01:01 p. m.
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Foto: EFE - Carlos Ortega
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Una política pública de largo aliento se consolida en Cundinamarca, con el propósito de garantizar a quienes dedican su vida al arte y la cultura puedan llegar a la vejez con mayor tranquilidad económica. Para esto, en los últimos años la Gobernación ha impulsado un mecanismo nacional, que nació hace más de una década y que hoy empieza a ofrecer un alivio a centenares de artistas y gestores culturales: los Beneficios Económicos Periódicos, conocidos como BEPS.

Este programa fue creado por la Ley 1328 de 2009 como parte de la estrategia de inclusión financiera y comenzó a operar en 2013 bajo la administración de Colpensiones. Su razón es clara: en Colombia la mayoría de los trabajadores informales y de ingresos bajos no alcanza a reunir las semanas de cotización necesarias para acceder a una pensión, entre ellos, millones de artistas o gestores culturales. Los BEPS permiten que cualquier persona pueda ahorrar de manera flexible, con aportes desde $ 5.000 sin obligaciones o periodos fijos. Además, el Estado otorga un subsidio del 20 % sobre el total de lo ahorrado, lo que garantiza un ingreso vitalicio en la vejez, conocido como anualidad.

Seguro a la cultura

En el sector cultural de Cundinamarca este beneficio ha tenido un impacto particular. La vida del artista suele estar marcada por ingresos inestables, temporadas de trabajo intermitente y, en muchos casos, ausencia total de cotización a pensión. Esa realidad ha dejado a figuras reconocidas e incluso a actores con décadas de trayectoria frente al dilema de no contar con un sustento en la tercera edad.

Uno de esos ejemplos es el actor Humberto Dorado, quien lleva décadas en canales de televisión colombiana, pero que aseguró en 2024 que tenía que hacer cuentas para poder jubilarse. Los BEPS, en ese sentido, han comenzado a abrir una ruta de protección social para quienes entregan su vida al arte y la Gobernación ha dado aún más impulso a esa apuesta.

Cundinamarca ha convertido este esquema en una bandera de gestión cultural y social. En 2024, la administración departamental decidió dar un giro a la estrategia: en lugar de esperar que los ciudadanos acudieran a las oficinas estatales, el Estado se dirigía a ellos y el programa comenzó a llegar directamente a los 116 municipios, con brigadas de información y asesoría personalizada.

Ese trabajo se complementa con la llamada Ruta del Pensionado, una iniciativa que busca hacer que la tercera edad del departamento tenga la oportunidad de acceder a una vejez digna a través de pensiones, bonos, subsidios o ahorros programados.

La cultura, además, tiene un respaldo financiero particular. Los recursos para garantizar la inclusión de los artistas provienen en buena parte de la Estampilla Procultura, un instrumento definido en 2001 que permite destinar fondos al bienestar de creadores y gestores culturales. Con ello se busca no solo cubrir la necesidad básica de un ingreso en la vejez, sino también enviar un mensaje de dignificación a un sector históricamente relegado en materia de seguridad social.

Los resultados en Cundinamarca ya son visibles. Según cifras oficiales de Colpensiones, en el departamento hay más de 68.800 personas vinculadas al programa BEPS, de las cuales más de 2.200 ya reciben una anualidad vitalicia y cerca de 41.500 son ahorradores activos. En el caso específico del sector cultural, la Gobernación ha logrado que alrededor de 200 artistas y gestores cuenten con subsidios o incentivos de ahorro para su futuro. Entre ellos, son al menos 55 que ya tienen, literalmente, su futuro asegurado al tener una pensión vitalicia por haber dedicado su vida al arte y haber accedido a los BEPS.

“Con esta estrategia seguimos cerrando brechas, promoviendo la equidad y llevando oportunidades a cada rincón del departamento”, señaló el gobernador Jorge Rey al presentar los avances. El mensaje es claro: la apuesta no es únicamente financiera, sino también simbólica. Se trata de reconocer que el arte y la cultura son parte esencial de la vida en comunidad y que quienes las sostienen merecen un horizonte de vejez digna.

En un país donde cerca del 65 % de la población ocupada trabaja en condiciones de informalidad, programas como los BEPS constituyen un esfuerzo por ampliar la protección social. En el caso de Cundinamarca, la combinación de respaldo financiero, pedagogía en los 116 municipios y el compromiso político ha convertido a este programa en un ejemplo de cómo se pueden articular las políticas culturales con la inclusión social y la construcción de futuro para quienes entregan su vida al arte.

En Cundinamarca reconocemos la inmensa contribución de nuestros adultos mayores y les agradecemos por haber construido las bases de esta sociedad. Su legado es nuestro orgullo y su bienestar, nuestra prioridad”, concluye Rey.

Redacción Bogotá

Por Redacción Bogotá

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