Publicidad

Colombia tendrá el primer equipo médico de emergencia certificado

Diego Posso, fundador y director del barco hospital San Raffaele, cuenta cómo funcionará el primer equipo médico de emergencia (EMT), que viajará por el país en plena pandemia.

María Paula Ardila
04 de agosto de 2020 - 03:00 a. m.
Los EMT -hospitales de campaña- son centros móviles que brindan atención médica a poblaciones afectadas por accidentes masivos / Foto de referencia
Los EMT -hospitales de campaña- son centros móviles que brindan atención médica a poblaciones afectadas por accidentes masivos / Foto de referencia
Foto: Fundación Italocolombiana del Monte Tabor - Fundación Italocolombiana del Monte Tabor

El colombiano Diego Posso lleva varios años acumulando experiencia para echar a andar el proyecto que tiene en manos. A mediados de los noventa trabajó como voluntario en el servicio de emergencias de Milán, Italia. Fue, además, uno de los primeros paramédicos en Colombia y trabajó en el hospital departamental y en el Cuerpo de Bomberos de Cali en 1995. “En 1999 trabajé en el desarrollo de los hospitales de campo en Italia. Soñaba con poder llevar esta idea a Colombia, así podríamos recorrer el país para atender a la población más vulnerable”, cuenta Diego. Veinte años después el sueño parece materializarse.

También le puede interesar: San Raffaele, el barco hospital que superó la delincuencia y seguirá con sus misiones médicas en el Pacífico

“El 1º de agosto llegó un contenedor al puerto de Buenaventura desde Italia con cuatro carpas neumáticas y equipos médicos para 24 camas. Con esto pretendemos instalar el primer equipo médico de emergencia (EMT) certificado en Colombia y el tercero en América Latina. Esto gracias al apoyo de la Unión Europea”, dice Diego. Agrega que a través de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) buscarán una certificación internacional para apoyar a países vecinos en caso de una catástrofe natural.

Los EMT -hospitales de campaña- son centros móviles que brindan atención médica a poblaciones afectadas por accidentes masivos. “Es atender a la comunidad luego de terremotos, desbordamientos o inundaciones; por ejemplo, en casos como la avalancha de Mocoa (Putumayo). La idea es llegar al lugar de los hechos en menos de 24 horas con un equipo de emergenciólogos, paramédicos y rescatistas que prestarán el servicio”, asevera Ana Lucía López, directora ejecutiva de la Fundación Italocolombiana del Monte Tabor. Agrega que el proyecto contará con personal capacitado de la Universidad del Cauca, la Universidad Icesi y el Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Cali.

También le puede interesar: Recuperan en Buenaventura algunos de los elementos robados del Barco Hospital San Raffaele

Pese a que el proyecto estaba destinado para la atención en caso de desastres naturales, el coronavirus sigue acaparando los centros de salud del país, por lo que el EMT atenderá a personas diagnosticadas con COVID-19 en los municipios de difícil acceso, además contará con hospitalización, urgencias y triage. “Esperamos comenzar la primera fase en septiembre. Por ahora estamos programando las capacitaciones y recolectando el equipo faltante”, comenta López..

No es la primera vez que Diego Posso lleva la medicina a los territorios más lejanos: desde hace 11 años opera el barco hospital San Raffaele, con el que han atendido a cerca de 84 mil personas de las comunidades del litoral Pacífico. “Este EMT tiene que ser autónomo, pero a la vez funcionará como un ala del barco hospital San Raffaele”.

Los barcos hospitales La Esperanza y San Raffaele: la salud navega por el río

“En 1998 empecé a enviar a Colombia equipos médicos desde Italia, los llevamos a hospitales del Valle del Cauca, del oriente antioqueño y de Bolívar”. Fue en estos días -recogiendo los insumos en el puerto de Buenaventura- cuando Diego visitó las comunidades de Juanchaco y Ladrilleros, a dos horas en lancha desde el puerto. “Había un centro de salud que no tenía puertas ni ventanas; esta realidad la enfrentan decenas de municipios del litoral Pacífico”. En 2001 Posso zarpó por primera vez en La Esperanza -su primer barco hospital- con médicos colombianos e italianos. La misión: llevar la salud por el río San Juan y prestar atención médica en los municipios más lejanos.

Históricamente en el Pacífico colombiano ha sido una constante la precariedad del sistema de salud que a duras penas cubre las cabeceras de los principales municipios. Eso sin contar con que tampoco se ha logrado llevar el mínimo vital de agua potable a los hogares de la región. De hecho, en municipios como Litoral del San Juan, Chocó, solo el 18 % de la población cuenta con acueducto y el 4 %, con alcantarillado, según cifras del DANE. A esto se suma que en marzo de 2020 -momento en el que llegó el COVID-19 a Colombia- el municipio contaba con 12 camas y tres puestos de salud para atender a 22 mil habitantes.

“En 2009 atendimos a una niña de tres años en la comunidad de Palestina, en Litoral del San Juan. Cayó de espaldas contra una hornilla y se quemó los glúteos y parte de la espalda; aguantó con las quemaduras por lo menos tres días”. Posso cuenta que el puesto de salud de la zona no tenía insumos médicos para atenderla, por lo que la Armada la trasladó en helicóptero a un centro de mayor complejidad. “Este puede ser el día a día de las comunidades del Pacífico”, dice.

También le puede interesar: Salvar a Guapi del olvido, el reto de las emprendedoras locales de Ríos Unidos

El proyecto creció, y lo que empezó con La Esperanza, se convirtió en un barco hospital con cinco consultorios, una sala de cirugía, una sala de recuperación para dos pacientes, el trabajo de 33 trabajadores de la salud y miembros de la tripulación, con la capacidad de atender a cerca de 100 personas al día.

“La operatividad del barco -específicamente una misión médica- puede costar cerca de $150 millones y logramos atender a 3 mil pacientes. La prestación del servicio puede ir desde una vacunación hasta una cirugía y entrega de medicamentos. Esto gracias a la financiación de la Unión Europea a través de la Oficina de Protección Civil y Ayuda Humanitaria”, cuenta Diego.

Para evitar el riesgo de contagio por coronavirus se redujo el personal en un 30 %, por lo que no se hacen cirugías. Sin embargo, continúan con las consultas de medicina general, interna, ginecología, pediatría, medicina familiar, planificación familiar y laboratorio clínico. La tripulación zarpará a mediados de agosto. Esta vez navegará a las comunidades de El Carmelo y Limones Santa Rosa, en Guapi, Cauca.

Si quiere apoyar esta iniciativa puede ingresar a https://barcohospitalhsr.org/donaciones/

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar