Al menos 30 vías en once departamentos amanecieron bloqueadas este jueves por los campesinos que por cuarto día consecutivo protestan para pedir apoyo económico a la actividad agrícola, informó la Policía de Carreteras.
Los departamentos más afectadas por los bloqueos son Nariño y Boyacá, desde donde ingresa buena parte de los alimentos para los 7,3 millones de habitantes de la capital colombiana.
Este jueves también se encuentran cerradas por los manifestantes vías del departamento de Cundinamarca, así como de Putumayo, Arauca y Antioquia.
La protesta campesina, que arrancó el lunes, es de carácter indefinido y busca que se fijen precios de sustentación para ciertos productos, así como la rebaja de los insumos agrícolas.
Además, los pequeños agricultores buscan garantías para el acceso a la propiedad de la tierra, la constitución de zonas de reserva campesinas, una política favorable a los mineros artesanales y mejoras en las zonas rurales, especialmente en cuanto a salud y acceso al agua potable.
Este jueves, el ministro de Interior, Fernando Carrillo, declaró que el gobierno "está listo" para dialogar con los campesinos de Boyacá, pero "previo fin del bloqueo y previa suspensión de la violencia".
"Acabo de hablar con el gobernador de Boyacá (Juan Carlos Granados) y convinimos que él va a conversar con los líderes de la protesta. Va a ponerse en contacto con ellos y tan pronto se dé esa muestra de buena voluntad por parte de los manifestantes nosotros vamos a reunirnos", explicó el ministro en una entrevista con la emisora Blu.
Sin embargo, ya el miércoles los líderes de la protesta campesina rechazaron que se lleven a cabo diálogos regionales e insistieron en exigir una mesa nacional para solucionar la crisis estructural del campo.
Unos 15.000 agentes policiales han sido desplegados en todo el país para controlar las decenas de manifestaciones y actos de protesta.
Hasta el miércoles, 82 policías y un número indeterminado de manifestantes habían resultado lesionados en las protestas y había 98 detenidos por promover la violencia en medio de las manifestaciones.