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Dos meses después de la muerte de Judy Milena Agredo, de 43 años, que se registró en medio de una clase de buceo que la mujer tomó en sus vacaciones en Santa Marta, su esposo, Alejandro Calambas, habló del caso y denunció que hubo negligencia por parte de la empresa que realizó la actividad.
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El hecho se registró el pasado 6 de octubre. Según narró Calambas a Séptimo Día, junto a su esposa decidieron contratar el servicio de una empresa que les ofrecía un curso de buceo por COP 330.000, en el sector de Taganga. Sumado a esto, el hombre indicó que desde el primer momento el instructor, que tenía acento argentino, estaba más interesado en otras cosas.
“La charla de la capacitación fue muy mínima. Pasados unos minutos, ya nos hace entrega del equipo y salimos hacia la embarcación”, indicó Alejandro.
Durante la primera inmersión todo fue normal. El problema fue en la segunda, cuando Calambas y su hija de 11 años salen del agua, pero su esposa no. Ante lo ocurrido, le pide al instructor que vaya a buscarla. “Él me decía: ‘Tranquilo, Alejandro, que ella ya va a salir’”.
El instructor finalmente accede a entrar a buscarla, pero entre ello y la salida a la superficie de Judy Agredo pasan 20 minutos, según señala Calambas, así como la reanimación no la hacen los de la empresa de buceo sino un extranjero.
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“No tenían botiquín, no tenían máscara (...). Yo le decía: ‘Por favor, llamen para que esté una ambulancia pendiente’. La embarcación tenía un radio, pero él nunca utilizó eso. No sé si no le servía”, agregó Alejandro.
Al llegar a la playa no había nadie esperándolos para atender la emergencia, señala Calambas, por lo que tuvieron que buscar por sus propios medios cómo trasladar a Judy a un centro asistencial, a la que llegó sin signos vitales. “Nos dejaron totalmente solos. Lo único que le importó al señor fue cobrarnos. Nada más”.
Ante esto, Calambas señala que “si hubieran tenido los elementos y la idoneidad para la atención en primeros auxilios, yo creo que mi esposa la hubieran podido salvar”, por lo que responsabilizó a la empresa que les ofreció el curso de buceo de lo ocurrido.
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En el momento en que ocurrió la emergencia, Karlotz Omaña, director de Defensa Civil de Magdalena, aseguró que la práctica se habría hecho en un sector conocido como La Aguja, donde normalmente bucean personas con experiencia.
Judy Agredo era docente de la Institución Educativa Don Bosco de Popayán así como era madre de una niña de 11 años. “Le prometo a mi esposa que voy a estar ahí, incondicional con mi hija y luchando por el amor que nos tenemos como familia”, aseguró Calambas.