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El encerramiento a la Plaza Botero por parte de la alcaldía de Medellín sigue en pie. Este es uno de los sitios emblemáticos de la ciudad, no solo porque se ha convertido en un espacio obligado por los turistas que arriban a la capital antioqueña, sino porque allí reposan las 23 obras que el maestro Botero donó.
El mismo artista días atrás manifestó su desacuerdo por el encerramiento de la plaza asegurando en un comunicado que su voluntad siempre fue “que este espacio fuera para toda la comunidad”. El alcalde Daniel Quintero le respondió con otro comunicado en el que aseguró que la plaza “nunca ha estado ni estará cerrada” y que se trataba más bien de un “abrazo”.
Sin embargo, la mañana de este viernes varias organizaciones sociales de la ciudad se reunieron en la Plaza Botero para hacer un S.O.S. Resaltaron que el cercamiento del espacio afectaba a una población vulnerable como los vendedores ambulantes y trabajadoras sexuales que han habitado desde siempre la plaza.
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El Espectador habló con, Melissa Toro, vocera de “Putamente Poderosas”, una de las organizaciones que defienden a la población vulnerable. Aseguró que “el cerramiento incluye puestos de control para entrada y la salida, hay requisas y la potestad para que los agentes los policías se reserven el derecho de admisión, que dejan por fuera las trabajadoras sexuales y habitantes de calle. Hay una cuestión muy fuerte de discriminación”.
Además de “Putamente Poderosas”, otra organización social que estuvo al frente del llamado fue “Caminá pa’l Centro”. De acuerdo con ambas organizaciones, el cerramiento está vulnerando el derecho a la ciudad, al acceso al espacio público y el derecho al trabajo.
Por su parte, el secretario de Cultura de la ciudad, Álvaro Narváez, respondió en exclusiva a este medio: “La prelación es para el ciudadano, cualquier persona de la ciudad puede ingresar. El mismo museo de Antioquia levantó muchas veces la mano solicitando apoyo para la seguridad de la zona. No es un control agresivo, es cuidadoso con las personas”.
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La “limpieza” de la plaza Botero
Narváez también aseguró que el problema de seguridad de la Plaza Botero se viene presentando desde hace tiempo y que la idea de intervenirlo corresponde a “apropiarse correctamente del espacio” para garantizar la salubridad de este espacio y desarrollar actividades culturales.
Pero las organizaciones sociales insisten en que es “una medida arbitraria y de recuperar un lugar de las formas que ellos creen, pero una plaza no se recupera con una valla y metiendo debajo del tapete la crisis humanitaria por la que estamos pasando”, según aseguró Melissa Toro.
Además, aseguran que el problema de seguridad no se ha ido y que todas estas personas vulnerables han sido desplazadas, junto con la delincuencia, a un metro de las vallas. Entre tanto Narváez aseguró que, desde la Secretaría de Inclusión Social, se están adelantando medidas para contrarrestar las crisis de los trabajadores de la calle.
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“Ese diálogo se da desde la gerencia del centro y con todas las dependencias de la Alcaldía, nosotros hemos estado muy atentos y hemos venido trabajando directamente con las organizaciones contando lo que se está diciendo”, añadió Narváez.
Toro, de Putamente Poderosas, concluyó sobre la controversia que el plan de recuperación se debe a una “limpieza” por parte de la administración que a su modo de ver solo beneficia a los privilegiados, mientras que personas como las trabajadoras sexuales se sienten rechazadas y discriminadas, pues ellas viven del diario y las medidas les dificultan ejercer el trabajo.