¿Puedo desarrollar fobias por culpa del confinamiento?

Existen algunos tratamientos contra la ansiedad y las fobias a través de los métodos cognitivos conductuales basados en exposición.

Fotografía por: Pixabay

Santiago Zárate, docente de psicología de la Fundación Universitaria del Área Andina comenta que es muy poco probable que se desarrollen fobias por cuenta del confinamiento. “Para que aparezcan las fobias, igual que cualquier trastorno de ansiedad es necesario que las personas tengan una predisposición genética”. Por otro lado, lo que sí puede suceder es que personas con esa vulnerabilidad desarrollen un problema de ansiedad debido al estrés que implica el confinamiento y la situación del COVID-19.

El especialista considera que algunas personas podrían padecer de agorafobia que es el miedo a salir a algún lugar “seguro” por miedo a que algo grave pueda pasar. Por otro lado, en cuanto a la ansiedad, algunas personas pueden padecer de Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) o ansiedad a la enfermedad.

Existen algunos tratamientos contra la ansiedad y las fobias a través de los métodos cognitivos conductuales basados en exposición, que son los más efectivos de acuerdo a las evidencias de tratamiento. “Estos funcionan exponiendo de manera sucesiva y en ambientes controlados a la persona en relación a los estímulos que asocia con el miedo”, comentó el especialista.

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Luego de varios ejercicios de exposición la persona aprende que el estímulo que asociaba con miedo ya no es peligroso. Zárate recomienda que, aunque la exposición la puede hacer individual, siempre es recomendable que la supervise un psicólogo clínico para evitar problemas como la reinstalación al miedo.

Cuando se habla de una predisposición genética hace referencia a las personas que tengan antecedentes familiares sobre algún trastorno de ansiedad o depresión. De otro lado, esa predisposición a las fobias puede presentarse en personas que tienden a ser sensibles o que sienten ansiedad y miedo en situaciones que a otras personas no les provocaría. Por último, este tipo de ansiedad se puede presentar en personas con poca estrategia para afrontar situaciones de altos niveles de estrés, de poco control e incertidumbre.

Zárate recomienda que cualquier persona que presente una fobia o trastorno de ansiedad debe consultar a un especialista siempre y cuando los síntomas que tenga, interfieren en sus diferentes áreas de vida como el trabajo, el estudio, la vida familiar, vida social, responsabilidades diarias entre otras situaciones.

“Si la persona ve que la ansiedad o el miedo que siente son tan fuertes y/o frecuentes que le impiden desarrollar actividades que son importantes para ella y/o la limita, debería consultar con un especialista”, comentó Santiago Zárate.

El confinamiento puede aumentar la probabilidad de que personas con predisposición biológica y psicológica desarrollen depresión. Otra de las situaciones se debe diferenciar es sentirse deprimido o tener depresión clínica.

“El primero puede ser una forma de describir un bajo estado de ánimo producto del confinamiento. Esta sensación es normal y no es patológica. La depresión clínica implica tener un bajo estado de ánimo, cambios en los hábitos de alimentación y de sueño, pérdida de placer por las cosas que antes le interesaban al individuo, entre otros síntomas”.

Por último, considera que es muy probable que muchos de nuestros hábitos cambien incluidos la higiene. “El COVID-19 nos ha enseñado varias cosas entre ellas que una forma muy efectiva de prevenir enfermedades virales que se transmiten en las partículas de aire es con un buen lavado de manos y otras medidas de higiene que ya son conocidas”, puntualizó.