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¿Está bien premiar a tu hijo si se porta bien? Esto dicen expertos sobre ello

¿Es buena idea premiar a los niños por su buen comportamiento? Expertos en psicología y pedagogía debaten si esta estrategia es útil o si, por el contrario, puede traer consecuencias inesperadas en la crianza. Aquí las claves para decidir con criterio.

Por Redacción Cromos
30 de enero de 2025
¿Es buena idea premiar a los niños por su buen comportamiento? Expertos en psicología y pedagogía debaten si esta estrategia es útil o no.
Fotografía por: Pexels

El eterno dilema de la crianza: ¿se debe premiar a los hijos cuando se portan bien? A primera vista, parece una estrategia lógica y efectiva. Sin embargo, algunos expertos advierten que esto podría generar dependencia a la validación externa y afectar la autonomía del niño.

Por otro lado, hay quienes defienden que todo comportamiento tiene una consecuencia y que un refuerzo positivo puede fortalecer hábitos saludables. ¿En qué quedamos entonces? Para responder a esta pregunta, exploramos las opiniones de tres especialistas con perspectivas diferentes, desde la psicología hasta la educación Montessori.

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Premiar hijos: ¿motivación o problema a largo plazo?

La psicóloga M.ª Ángeles Hernández Rodríguez sostiene que premiar a los niños es una estrategia válida dentro de la crianza: “si la conducta es adecuada, la consecuencia será positiva, y si el comportamiento es inadecuado, la consecuencia será negativa”. Según ella, reforzar las acciones correctas ayuda a que se repitan con mayor frecuencia.

A esta idea se suma el concepto de “reforzadores sociales”, como la atención y el reconocimiento. “Hay que tener en cuenta que el prestar atención por parte del adulto es uno de los mejores y más potentes reforzadores que existen para los sujetos”, afirma Hernández. En otras palabras, un simple “¡qué bien lo hiciste!” puede ser más efectivo que un juguete costoso.

Sin embargo, la educadora Beatriz Muñoz, especialista en metodología Montessori, no está de acuerdo. Para ella, el problema de premiar a los niños es que fomenta la motivación extrínseca en lugar de la intrínseca. Es decir, el niño se comportará bien solo para recibir la recompensa, no porque entienda el valor de la acción.

“Esto es, probablemente, útil en el corto plazo, sin embargo, en el largo plazo puede generar en los niños y niñas falta de confianza, autonomía, autoestima, iniciativa en la toma de decisiones, etc.”, advierte Muñoz.

Ana Roa, pedagoga y autora del libro Cómo educar en la cultura del esfuerzo, adopta una postura un poco más equilibrada entre sus colegas. Considera que los premios pueden ser útiles, siempre que se usen con moderación y coherencia: “el refuerzo debe estar en consonancia con la respuesta del niño y debe ser proporcional a su forma de actuar”.

Para ella, el refuerzo positivo no debe reducirse a objetos materiales, sino que puede ser un reconocimiento verbal o un gesto afectivo.

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¿Cuándo sí y cuándo no recurrir a los premios para los hijos?

Como en muchas cosas en la crianza, la clave está en el equilibrio. Hernández señala que cualquier comportamiento puede ser reforzado, pero advierte que “hay distintos tipos de refuerzos y su utilidad depende de lo significativo o deseado que sea para el sujeto que los recibe”. En otras palabras, si siempre se usa el mismo premio, este perderá su efecto con el tiempo.

Por su parte, Roa enfatiza que es crucial reforzar el proceso y no solo el resultado. “También es muy importante que reforcemos el proceso, no solo el resultado final y que consideremos únicamente las conductas de nuestro hijo, no nuestro hijo como tal, porque nuestro amor hacia él es incondicional”, explica.

Muñoz, en cambio, hace una advertencia seria: un exceso de premios en la infancia podría predisponer a las personas a buscar validación constante en la adultez. “Si, durante la niñez, la educación se basa en el uso de premios como herramienta para controlar el comportamiento, las infancias no desarrollarán su propio pensamiento crítico y tenderán a generar dependencia hacia la validación externa”, sostiene.

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Premiar a los hijos, pero con criterio

Entonces, ¿es recomendable premiar a los hijos? Depende de cómo y con qué intención se haga. Si se trata de un reconocimiento adecuado y bien dosificado, puede ser una herramienta valiosa en la crianza. Sin embargo, si se abusa de él o se usa para controlar la conducta de los niños, podría traer más problemas que beneficios.

En palabras de Roa, lo fundamental es que el niño entienda que sus logros son valiosos en sí mismos, no solo por la recompensa. “Si el niño se ha implicado y ha puesto ganas por hacer bien las cosas, es digno de alabanza”, concluye.

Redacción Cromos

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