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Después de un año de ausencia y varias dudas sobre su continuidad, el Tour Colombia vuelve a aparecer en el calendario de la Unión Ciclista Internacional (UCI) para la temporada 2026. La carrera, que se convirtió en uno de los eventos más importantes del continente, regresaría entre el 3 y el 8 de febrero con categoría 2.1, seis etapas y el objetivo de volver a poner a Colombia en el mapa del ciclismo mundial.
El anuncio figura en el calendario provisional publicado por la UCI, un paso que, aunque no garantiza su realización definitiva, representa un avance concreto. “Latinoamérica necesita tener de nuevo una prueba de referencia”, había señalado meses atrás Rubén Galeano, presidente de la Federación Colombiana de Ciclismo, quien desde su llegada al cargo se propuso revivir la carrera. Su plan, sin embargo, pasa por un cambio estructural: que el financiamiento principal provenga de la empresa privada, y no del Estado, para asegurar su sostenibilidad a largo plazo.
El Tour Colombia no se disputó en 2025 por razones económicas y logísticas, un golpe duro para una región que perdió visibilidad internacional tras varios años de auge. Desde su creación, el evento había logrado reunir a figuras del pelotón mundial —entre ellas Egan Bernal, Julian Alaphilippe o Richard Carapaz— y mostrarse como una vitrina del ciclismo de altura en Sudamérica. Su regreso, si se concreta, implicaría una nueva oportunidad de consolidar un proyecto con mayor estabilidad financiera y proyección internacional.
Sin embargo, la historia reciente obliga a la prudencia. En 2024, la Vuelta a San Juan también había sido incluida inicialmente en el calendario UCI y luego fue cancelada por falta de apoyo institucional. Por eso, la confirmación definitiva del Tour Colombia dependerá de que la Federación asegure los recursos y la logística antes de fin de año.
El calendario 2026 de la UCI, además, llega con varios ajustes que marcan el pulso del ciclismo internacional. El Tour de Suiza, por ejemplo, pasará de ocho a cinco etapas, y el Maryland Cycling Classic dejará de ser una clásica de un día para transformarse en una competencia por etapas. También se suman nuevas carreras en Italia, Grecia y Portugal, mientras la categoría ProSeries crecerá a 59 eventos.
Aun así, las críticas persisten. El nuevo calendario no corrige los solapamientos de fechas ni los desequilibrios geográficos que varios corredores, incluido Tadej Pogacar, han cuestionado en los últimos meses. Tampoco resuelve la falta de carreras para escaladores y clasicómanos en la segunda mitad del año, ni la baja categorización de eventos históricos como París-Tours o Tro-Bro Léon.
En ese contexto, la posible vuelta del Tour Colombia adquiere un valor simbólico: el de una región que busca recuperar su espacio en el ciclismo global con un modelo más sólido y menos dependiente. Si todo sale bien, en febrero de 2026 las carreteras andinas volverán a llenarse de camisetas de equipos World Tour, de aficionados vibrando en los ascensos y de una competencia que, más allá de su categoría, representa un renacimiento.
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