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La despedida de Esteban Chaves marca el cierre de una de las trayectorias más luminosas y entrañables del ciclismo colombiano reciente. No se va únicamente un corredor habilidoso para la montaña o un profesional que logró podios en las grandes rondas. Se va, sobre todo, un símbolo de resistencia, talento y optimismo, un pedalista que convirtió su sonrisa —esa misma que terminó siendo su sello— en un argumento deportivo y emocional.
Tras 16 años de vida profesional, el bogotano de 35 años decidió dar por terminado su ciclo competitivo, una decisión que él mismo relató en un documental en el que reconoce que la pasión sigue intacta, pero también que llegó el momento de afrontar otra etapa.
Su nombre empezó a tomar forma en 2009, cuando debutó con Colombia es Pasión – Café de Colombia, la estructura que impulsó a buena parte de la generación que marcaría la década. En ese proyecto se mantuvo hasta 2013, atravesando la etapa Colombia–Coldeportes antes de dar el salto al World Tour. Fue allí donde comenzó a escribir sus mejores capítulos.
La llegada a Orica GreenEDGE —más tarde Mitchelton-Scott y BikeExchange— le permitió entrar en un escenario mayor y, sobre todo, demostrar que su talento para la escalada tenía espacio entre los grandes. Con ese equipo, entre 2014 y 2021, dejó de ser una promesa para convertirse en un corredor de referencia en ascensos largos y carreras de un día.
El punto de quiebre de su carrera apareció en 2016, un año que lo consagró definitivamente. Primero, en el Giro de Italia, donde cerró como subcampeón, detrás de Vincenzo Nibali, tras una edición memorable para los colombianos. El podio final, con Nibali, Chaves y Alejandro Valverde, elevó el nombre del bogotano a otra dimensión.
Esa actuación fue el preludio de otro golpe mayúsculo: su tercer puesto en la Vuelta a España, obtenido tras un ataque certero y valiente en la penúltima etapa, una maniobra que le permitió arrebatarle el puesto a Alberto Contador y subirse al podio junto a Nairo Quintana, el campeón de aquella edición.
El cierre de ese mismo año terminó de moldear su figura. En otoño conquistó el Giro de Emilia y, días después, firmó uno de los triunfos más resonados del ciclismo latinoamericano: el Giro de Lombardía, el primer monumento de un corredor no europeo en esa carrera y el primero para un pedalista de la región. Fue un triunfo que lo instaló definitivamente entre los grandes escaladores de su tiempo.
Su hoja de vida acumula además cinco victorias de etapa en las grandes vueltas —tres en el Giro y dos en la Vuelta—, así como triunfos en pruebas como la Vuelta a Burgos, el Tour de California, la Volta a Cataluña, la Vuelta a Suiza y el Herald Sun Tour. Su palmarés incluye también el Tour de Abu Dhabi, el Tour del Porvenir (2011), el Gran Premio Ciudad de Camaiore (2012), el Herald Sun Tour (2018) y podios nacionales en 2022 y 2023. En 2023, además, vivió una de sus alegrías más íntimas: ser campeón nacional de ruta, un título que lució con el tricolor en el calendario europeo.
Con la camiseta del EF Education–EasyPost, equipo que anunció oficialmente su retiro, completó su último ciclo deportivo. El propio corredor reconoció que dejar atrás la competencia es un golpe emocional: enfrentarse a la idea de que el ciclismo no será su rutina diaria es una transición compleja, pero necesaria. “Tengo 35 años… uno está encasillado en el personaje de ser ciclista y se cree que no puede hacer nada más”, confesó.
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