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Caerse está permitido, levantarse es obligatorio. Una de las mejores frases que describen a Miguel Ángel López, un escarabajo que tiene una hoja de vida cargada de contusiones, raspones y dientes rotos. Pero que se ha graduado con honores de su doctorado en hacerle frente a los tropiezos. Y su participación en la edición 72 de La Vuelta a España es la máxima expresión de esta premisa." Superman" es el presente, pero también el futuro del ciclismo colombiano. (Leer más: El futuro del ciclismo colombiano está asegurado)
Llegaba con sed de revancha luego de su debut amargo en una de las tres grandes del ciclismo. En la anterior Vuelta a España, una fuerte caída en la tercera etapa hizo que el cuerpo lo obligara a parar en la sexta jornada. Tuvo que abandonar a regañadientes la carrera.
Aterrizó con un historial plagado de lesiones. A finales de 2016 una fractura de tibia y peroné hizo que se perdiera el arranque de la temporada. Trabajó muy fuerte y volvió en el Tour de Suiza, pero una nueva caída opacó el buen trabajo que había hecho en su recuperación. Llegar a punto a esta edición de la ronda ibérica fue su consigna.
Trabajó en silencio y pese al escepticismo de varios, cumplió. Empezó como un actor de reparto, pues el jefe de filas seleccionado por el Astana fue el italiano Fabio Aru. En la primera semana se sacrificó y siguió al pie de la letra las instrucciones de su escuadra. Con la aparición de la montaña paulatinamente se consolidó como el protagonista de su equipo. A punta de garra y corazón. (El balance de Miguel Ángel López de la Vuelta a España)
Recuperó, sin hacer mucha bulla, los minutos que había cedido en los primeros siete días y se trepó en los primeros 10 puestos de la general. "Superman" se adjudicó la undécima etapa y saboreó la gloria en su llegada al Observatorio de Calar Alto en un final que tuvo dos puertos de primera categoría.
Cuatro días después logró su segunda victoria luego de quedarse con la válida que acabó en Sierra Nevada, a más de 2.500 metros sobre el nivel del mar. Ver rezagados a hombres de la talla de Alberto Contador, Romain Bardet y Adam Yates por cuenta del colombiano daba una sola conclusión: López era el mejor escalador de la competencia.
Con mucho oxígeno afrontó las etapas finales de la ronda ibérica y coqueteó en varias ocasiones con el podio. Afrontó la contrarreloj individual con mucha jerarquía, llegó en la posición 22.
Miguel Ángel López es un escarabajo moderno: conserva las cualidades innatas de los pedalistas colombianos escalando montañas pero también es fuerte en las pruebas contra el reloj. En la etapa reina de la competencia que se llevó a cabo el pasado sábado, López declaró que tuvo miedo de caerse en los descensos. ”No quería irme al piso. He bajado con un poco de miedo y ya era imposible conectar con el grupo de adelante. Hice la bajada al Cordal y el ascenso a L’Angliru solo”, dijo al término de la jornada.
Tuvo un mano a mano intenso con Davide Villella en la clasificación de la montaña. Al final el italiano estuvo fuerte en las últimas etapas y se quedó con la camiseta con 67 puntos, 20 más que el boyacense, quien terminó en la segunda posición. El Astana ganó la clasificación por equipos con una ventaja de más de seis minutos sobre el Movistar. López fue la clave del equipo kazajo.
Ganó dos etapas, además de un segundo y tercer puesto, credenciales suficientes para que quedara en la segunda plaza de la clasificación combinada (promedio que suma los puestos de los corredores en la tres clasificaciones: la general individual, la general por puntos y la general de la montaña). El mejor joven de la edición 72 de la Vuelta a España fue la gran revelación de esta ronda ibérica. Y el próximo año, a pesar de su juventud, podría empezar como líder de su equipo. “Siempre había soñado ser mejor joven de una gran vuelta. Esperemos que el año que viene tengamos el maillot de mejor joven, que es una motivación añadida”, afirmó el colombiano.
Luego de un historial plagado de caídas, "Superman" no tuvo vuelo rastrero, tocó el cielo en la ronda ibérica. El futuro del ciclismo colombiano queda en buenas manos.