La promesa de vida de Nicolás Hernández

Daniela, su hermana mayor, falleció en un accidente de tránsito, pero antes de irse le hizo un pedido, que jugara en el equipo de sus amores: Santa Fe. Check. Sueña con convertirle un gol a Millonarios (8:15 p.m.).

Thomas Blanco - @thomblalin
23 de octubre de 2019 - 04:48 a. m.
 El defensa central llanero, formado en Atlético Nacional, registra 14 partidos con los cardenales, repartidos en 1.219 minutos. / Santa Fe
El defensa central llanero, formado en Atlético Nacional, registra 14 partidos con los cardenales, repartidos en 1.219 minutos. / Santa Fe

Una promesa de vida cumplida. A Daniela, su hermana mayor, quien falleció hace unos años en un accidente de tránsito. Solo tenía un anhelo: que su hermanito que se estaba iniciando en el fútbol jugara en el equipo de sus amores: Independiente Santa Fe. (Las dos caras de Leandro Castellanos)

Esa fue la explicación por la cual, cuando surgió la oportunidad de llegar al equipo cardenal Nicolás Hernández no lo pensó dos veces.

“Tenía una promesa que cumplirle, no pensé que fuera tan pronto, pero así son las cosas de Dios. La recuerdo pegada al televisor viendo a Santa Fe ganar títulos. Hasta los celebraba con ella como si yo también fuera hincha”, rememora el defensor llanero de 21 años en diálogo con este diario.

Llegó cedido con opción de compra procedente de Atlético Nacional, equipo en el que terminó como una de las revelaciones del semestre pasado. La firma de Juan Carlos Osorio en el cuadro verdolaga trajo consigo su primera medida impopular: no contar con Nicolás.

Con cabeza agachada y mirada hacia arriba, hacia Daniela, llegó a un equipo cardenal que venía de quedar en la última posición del torneo pasado con apenas 14 puntos en 20 juegos.

Pura turbulencia. El arranque del segundo semestre del año fue una continuación del primero. Derrotas, chiflidos. El papelón de Patricio Camps en la dirección técnica y la renuncia de Juan Andrés Carreño a la presidencia. “¿Qué hago aquí”, el pensamiento que se le pudo cruzar a cualquier futbolista en su situación.

No a Nicolás. Sabía que su estadía tenía un propósito. Y que los malos momentos, son eso, momentos. (¿Se quedará Millonarios con las manos vacías?)

Las cosas de Santa Fe. En 142 días atestiguó la peor y la mejor racha de su historia. La más empedrada cuando encadenó 15 partidos sin conocer la victoria entre noviembre de 2018 y abril de 2019.

Y el mejor hace un par de semanas, cuando ganó siete partidos al hilo sin recibir ningún gol en contra. Y ya lleva un invicto de diez partidos.

¿Qué cambió en la psicología del club entre un momento y otro? “El equipo se blindó, sabíamos que era una mala racha y ya. La respuesta es la fe. Nunca dejamos de creer en Dios y en nuestro trabajo para revertir la situación. No bajamos los brazos nunca y esa fue la clave. El equipo tiene una energía muy bonita”, apunta uno de los máximos responsables de la épica remontada del equipo bogotano.

Conexión especial la que ha tenido con Fáiner Torijano, uno de sus mejores amigos del club y pareja en la imperial dupla de centrales que han conformado. El equipo no recibe un gol por liga hace 906 minutos.

De los ladridos del descenso a los aplausos que anhelan un campeonato. “¿Por qué no soñar con el título?” En ambas coyunturas la hinchada solo respondió de una manera: apoyo. Hubo banderazos, alta concurrencia al estadio y hasta misas. Una afición que ha conquistado a Nicolás.

Y tampoco olvida al equipo de sus amores, a Atlético Nacional. Ni a ese sector de la hinchada que injustamente lo ha señalado por partir a un clásico rival del club antioqueño.

“Sabía que Santa Fe es un equipo grande, Nacional también, pero la continuidad que iba a tener aquí la veía más lejana allá. Mi corazón es de Nacional, todos lo saben. Es el equipo que confió en mí y siempre ha sido mi casa. Es triste que una parte de la hinchada ya no me quiera, pero los entiendo. La vida es eso: decisiones. A Santa Fe le tengo mucho cariño”.

Si volverá o no a Medellín, eso es carpeta de otro día. “Cada vez más amañado en la capital, muy acogedora. Del futuro no sé, cada cosa a su debido tiempo. Dios tiene planes para cada uno y mi cabeza está en Santa Fe”.

("Quiero dejar huella en Santa Fe")

El llanero es una de las grandes promesas del fútbol colombiano. Un central salido del molde: de zurda prodigiosa. Sabe salir jugando, es técnico, tiempista. Sus pases largos de 50 metros, su marca registrada. Rasgos similares a los de Alexis Henríquez. ¿Casualidad? “Es mi referente, desde pequeño lo miro mucho”.

Y este miércoles será un partido especial para él en el clásico bogotano (8:15 p.m., Win Sports). Un duelo a muerte ante un Millonarios necesitado que no gana hace cinco partidos y que no puede darse el lujo de perder. A dos fechas del final, los rojos con 28 puntos, los azules con 27, protagonizarán un clásico con suspenso y decisivo para el futuro. No lo dice, pero lo imagina.

Un gol de Nicolás Hernández ante Millonarios. Y una celebración con los dos dedos índices apuntando al cielo. Un picante que quiere añadirle el llanero a una promesa de vida que ya está cumplida. “¿Te lo imaginas?”

Por Thomas Blanco - @thomblalin

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