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El Mundial Sub-20 cambió el panorama de Néiser Villarreal. De ser un jugador relegado en Millonarios a convertirse en una de las grandes revelaciones del torneo juvenil, el delantero regresó al club con un brillo renovado… aunque su situación deportiva y contractual dista de ser clara. Su caso, que mezcla talento, frustración y desencuentros, mantiene al entorno azul en una encrucijada.
Villarreal fue figura en la selección de Colombia que alcanzó el tercer puesto en la Copa del Mundo Sub-20, disputada en Chile. Sus cinco goles no solo ayudaron a que la Tricolor venciera a Francia en el duelo por el podio, sino que lo consolidaron como uno de los nombres más prometedores del torneo. Sin embargo, el impulso que ganó con la camiseta nacional contrasta con el estancamiento que vive en Bogotá.
Antes del Mundial, Néiser había tenido un semestre opaco. En la primera parte del año disputó 15 partidos con Millonarios —sumando 971 minutos—, sin goles y con apenas dos asistencias. Su rendimiento no logró despegar y una lesión de rodilla terminó por alejarlo de las canchas. A eso se sumó una sanción interna, tras aparecer en una transmisión en redes sociales con la camiseta del América de Cali, hecho que el cuerpo técnico y la dirigencia no pasaron por alto. Aquel episodio lo marginó aún más de la dinámica del equipo, pese a la explicación posterior del técnico sub-20, César Torres, quien defendió al jugador y aclaró que el gesto había sido por solidaridad con dos compañeros, no por provocación.
Hoy, con la selección juvenil ya de regreso y el Mundial en el pasado, el futuro de Villarreal parece definido: su contrato con Millonarios vence a finales de noviembre y tiene un preacuerdo firmado con Cruzeiro, lo que lo dejaría con apenas unas semanas más bajo vínculo azul. Pese a ello, aún se esperaba su reintegro a los entrenamientos en Bogotá, algo que no ocurrió. Néiser no se presentó a las prácticas, aunque estaba citado por el cuerpo técnico, una ausencia que fue interpretada en el club como una señal de ruptura.
El episodio generó también reacciones dentro del camerino. David Mackalister Silva, capitán y referente del equipo, habló con franqueza sobre la situación. “Más que consentir a los canteranos, es tratar de guiarlos. Soy el primero en criticarlos cuando hacen algo malo y el primero en aplaudirlos cuando hacen algo bueno”, señaló el mediocampista, dejando claro que la disciplina y el compromiso no se negocian. Sobre Villarreal, fue directo: “Lastimosamente, no pudimos disfrutar de todo lo que Néiser nos pudo dar, pero ya prácticamente él está con su cabeza en otro lado. Nosotros tenemos que tener la cabeza clara en lo que estamos, que es aferrarnos a la posibilidad de clasificar”.
La situación ocurre en un momento crítico para Millonarios, que atraviesa una campaña irregular y ve cada vez más lejos la posibilidad de meterse entre los ocho clasificados de la Liga BetPlay. En ese contexto, el caso Villarreal se convierte en un espejo de los desafíos del club: cómo gestionar a una joven promesa que ya tiene un pie afuera, pero que aún pertenece al proyecto.
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