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¿Se imagina que, de un día para otro, le digan que su equipo se va de su ciudad y que, además, cambiará de nombre… justo a pocos días de cumplir 35 años? Eso es exactamente lo que están viviendo los hinchas del Atlético Huila.
Este viernes, a puertas de su aniversario —el 29 de noviembre—, el club hizo oficial una noticia dolorosa: dejará Neiva de manera inmediata y trasladará su sede deportiva a Yumbo, Valle del Cauca, debido a la inhabilitación del estadio Guillermo Plazas Alcid y a la imposibilidad de competir en condiciones mínimas.
La decisión, detallada en un extenso comunicado, marca uno de los episodios institucionales más difíciles en la historia del equipo opita. El cierre del Plazas Alcid —sin soluciones visibles a corto o mediano plazo— dejó al club sin estadio, sin ingresos y sin garantías para sostener su proyecto deportivo y financiero.
La Junta Directiva explicó que, desde que la Alcaldía de Neiva confirmó el informe que prohíbe el ingreso de público, inició una búsqueda contrarreloj de alternativas.
Pero la crisis terminó llevando a una conclusión inevitable: había que mudarse. “La situación actual del estadio imposibilita el normal desarrollo de la competencia y pone en riesgo la estabilidad operativa y financiera de la organización”, indicó el club.
Y así, se repite la historia que en los últimos años golpeó a Alianza Petrolera y Cortuluá, equipos que tampoco lograron resolver sus problemas organizacionales y terminaron dejando sus ciudades o modificando su estructura para sobrevivir.
En su comunicado, Atlético Huila lamentó las “grandes pérdidas económicas” que deja esta coyuntura y el impacto para Neiva, el departamento y, especialmente, para su afición, a la que agradeció por décadas de apoyo incondicional.
Además, confirmó un golpe adicional: por requerimiento del Municipio de Yumbo y la Dimayor, el equipo no podrá disputar sus partidos usando el nombre Atlético Huila, un cambio que afecta directamente su identidad y su arraigo histórico.
La dirigencia del Grupo Independiente, del que forma parte Independiente del Valle de Ecuador y otros clubes, insistió en que esta decisión responde a una “verdadera fuerza mayor”. El traslado, aseguran, es la única vía para mantener con vida la institución, proteger sus divisiones formativas y preservar el futuro del proyecto deportivo, para el que incluso ya suenan posibles nombres como Independiente del Valle Yumbo o Atlético del Valle.
A pocos días de cumplir 35 años, Atlético Huila enfrenta uno de los capítulos más duros de su existencia: dejar su casa, su nombre y a su gente en Neiva, empujado por una crisis que nunca pudo resolver.
“Con tristeza, pero también con sentido de responsabilidad”, cierra el comunicado.
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