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Deportivo Pereira atraviesa una crisis institucional sin precedentes y se sigue agravando. Lo que comenzó con demoras en los pagos a su plantilla profesional terminó este miércoles en una medida oficial: el Ministerio del Trabajo ordenó la suspensión de labores del club, tras comprobar graves y reiterados incumplimientos a la legislación laboral vigente.
La decisión fue confirmada por el ministro Antonio Sanguino, quien explicó que la medida cautelar busca proteger los derechos de los trabajadores y contratistas del equipo. “Como medida preventiva se suspenden las labores de las y los trabajadores y contratistas al servicio del club, hasta que se verifique y certifique el pago de salarios y seguridad social que se les adeuda”, señaló el jefe de la cartera laboral en su comunicado oficial.
Una situación insostenible
La crisis del Pereira se venía gestando desde hace varios meses. En julio, el Ministerio recibió una queja formal en la que se denunciaban retrasos en el pago de salarios, demoras en las primas de servicios y el no reconocimiento de recargos dominicales y festivos, entre otras irregularidades.
El caso derivó en una inspección a las instalaciones del club por parte de la Dirección Territorial Pereira del Ministerio del Trabajo, cuyos funcionarios confirmaron que existía una mora significativa en los pagos tanto de salarios como de los aportes a la seguridad social de los jugadores y empleados administrativos. “Con la inspección hemos podido constatar que sí hay mora en los pagos de salarios y en los aportes a la seguridad social”, reconoció el ministro Sanguino Páez.
La falta de liquidez ha sido tan aguda que en los dos últimos compromisos por la Liga BetPlay, el equipo dirigido por Rafael Dudamel se vio obligado a alinear jugadores de la categoría Sub-20, ya que varios futbolistas del plantel profesional se negaron a competir mientras no se regularizara su situación contractual. Este hecho, sin precedentes en la historia reciente del club, expuso ante el país la magnitud de la crisis que hoy tiene en vilo a la institución risaraldense.
Las implicaciones legales
La medida cautelar implica la paralización total de las actividades laborales dentro del Deportivo Pereira, incluyendo al cuerpo técnico, personal médico, administrativo y jugadores. No obstante, el Ministerio fue claro en advertir que, mientras la investigación esté en curso, debe mantenerse el vínculo laboral con todos los trabajadores “independientemente de su forma de contratación” y que el club está obligado a pagar los salarios pendientes “sin ningún tipo de descuento”.
La resolución, aunque busca garantizar los derechos de los empleados, representa un golpe durísimo en lo deportivo para el equipo pereirano, que hace apenas dos años vivía su momento más glorioso al participar en la Copa Libertadores de América y alcanzar instancias internacionales que parecían inalcanzables en décadas anteriores. Hoy, en cambio, el panorama es de incertidumbre total, con una plantilla juvenil improvisando en los torneos nacionales y una dirigencia señalada por el incumplimiento sistemático de sus obligaciones.
El precedente es para todos
Durante su declaración, el ministro Sanguino enfatizó que el Gobierno nacional mantendrá una postura firme frente a los incumplimientos laborales en el ámbito deportivo. “En este gobierno estamos permanentemente pendientes del cumplimiento de la legislación laboral, de asegurar un servicio efectivo de inspección del trabajo y de aplicar las leyes y reglamentos relacionados con la protección de las y los trabajadores”, sostuvo.
El caso del Pereira se convierte así en una advertencia para el resto de los clubes del fútbol profesional colombiano, que deberán responder ante el Estado si se detectan prácticas similares. La actuación del Ministerio marca un precedente en materia de control laboral dentro del deporte, un terreno históricamente opaco en cuanto a la formalización de los vínculos y el pago de derechos sociales.
Hasta el momento, no se ha precisado cómo afectará esta medida a la competencia oficial, ni qué postura adoptarán la Dimayor y la Federación Colombiana de Fútbol, entidades responsables de la organización de los torneos y del cumplimiento de los calendarios. Tampoco hay claridad sobre el tiempo que podría tardar el club en normalizar sus obligaciones y retomar la actividad formal.
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