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Adicciones

Antonio Casale
30 de noviembre de 2020 - 02:00 a. m.
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La adicción, ya sea al alcohol, el juego, las drogas o el sexo, según dice la Sociedad Médica Estadounidense de Adicciones (ASAM por su sigla en inglés), es una enfermedad crónica del cerebro, no solo un mal comportamiento o criterio.

De todo lo que se ha dicho de la muerte de Maradona (Diego vivirá por siempre, Maradona quizá murió hace mucho más tiempo), pocos han reparado en la importancia de este aspecto a la hora de analizar su comportamiento fuera de las canchas. De ese análisis pueden salir enseñanzas para conversar con nuestros hijos, entender a quienes sufren esa enfermedad y poder ayudarlos de mejor manera.

Maradona consumió drogas por primera vez durante su paso por el Barcelona. Allí unos “amigos” le abrieron una puerta que jamás pudo cerrar; pero fue durante su paso por Italia, en donde fue capaz de lo mejor en la cancha y de lo peor fuera de ella, cuando se convirtió en adicto. Miembros de la Camorra lo exhibían en sus fiestas como trofeo y el 10, que según sus amigos nunca supo decir no, continuó por la senda sin regreso que supone la adicción.

Lo intentó de mil maneras. Tratamientos en Cuba, desintoxicaciones en clínicas una y otra vez marcaron su vida. Incluso se dice que dejó las drogas y al final las cambió por el alcohol; pero la adicción mortal no fue ninguna de esas. Cuenta el propio Maradona en uno de los tantos documentales que se hicieron sobre su vida, el del serbio Emir Kusturica, que una vez, estando en Suiza salió del hotel para dar una vuelta por la calle y nadie lo reconoció durante los primeros metros hasta que llegó a un café. Dice que fueron los peores momentos de su vida.

Esta es una pequeña demostración de que Maradona era adicto al personaje que la sociedad construyó de él. Un personaje con tintes de dios que ningún humano es capaz de afrontar y menos uno al que nunca prepararon para nada, Ni siquiera para jugar a la pelota, porque ese don lo traía desde el más allá.

Pero la sociedad nunca aceptó ni aceptará su responsabilidad. Los ídolos nacen de la necesidad de ver en los demás nuestras propias incapacidades.

En la otra orilla están los adictos a sus oficios que han logrado cambiar el mundo en lo positivo. El mismo Maradona, con lo que le quedaba de lucidez, fue importante en la creación de la ley Bosman, que reguló la actividad profesional de los futbolistas.

Cuestionó a Grondona, el Corleone del fútbol suramericano, hasta el punto que este, para sacárselo de encima, lo puso a dirigir a la selección de Argentina. Cuestionó a la FIFA y siempre ganó. ¿Cómo hubiera sido si toda su energía la hubiera podido enfocar en el fútbol? Que la vida de Maradona sirva como ejemplo para ayudar a enfocar a nuestros seres queridos propensos a la adicción, que no es otra cosa que una enfermedad.

Julio(2346)30 de noviembre de 2020 - 02:23 p. m.
La peor condena para el innombrable pero consabido matarife es haber quedado condenado a ser un atleta olímpico sentado a perpetuidad en el banco de la reserva, luchando por llegar cada cuatro años al podium de la presidencia. Hoy el narcoparaco, en agonía política, es el Maradona colombiano, víctima de sus propios vicios. La droga del poder mata tanto como la droga en el poder.
Julio(2346)30 de noviembre de 2020 - 02:15 p. m.
Demasiado tarde el narcoparaco comprenderá el sensato pensamiento de Pelé cuando decía "Es preferible partir cuando todos quieren que nos quedemos, que obstinarnos en quedarnos cuando todos quieren que partamos". Porque es preferible pasar a la historia cubierto de gloria, como Pelé, que pasar a la posteridad cubierto de descrédito y vergüenza, como Maradona.... y Uribe.
  • Julio(2346)30 de noviembre de 2020 - 02:29 p. m.
    La hipocresía de nuestros dioses terrenales es bastante evidente: el "Mesías" Uribe, al igual que el "Dios" Maradona, condenan en público el narcotráfico, pero en privado viven de él, de su exportación internacional o de su consumo personal, respectivamente. Son como los curas pederastas que condenan en el altar lo que recién hicieron en la intimidad de la sacristía.
Franz(62252)30 de noviembre de 2020 - 09:41 a. m.
Moralizar le ahorra investigar para escribir. ¿En serio quiere contarle a sus hijos que en Colombia se mata más gente por conducir borracha (droga legal) que por fumar marihuana? ¿Que Millonarios fue de Rodríguez Gacha? Juan Villoro pudo hacer un perfil en 2008 de las contradicciones del personaje, así como un homenaje en 2020 en la hora de su fallecimiento, sin pararse en un pedestal moral.
María(60274)30 de noviembre de 2020 - 06:37 a. m.
Pues Fernando Signorini, entrenador atlético de Maradona entre los años 1983 - 1994 en el documental que la National Geographic hizo sobre Maradona, opina que Maradona sin la droga no hubiera podido llegar donde llegó, que Maradona tenía muchas exigencias de todos lados y que el rol que cumplió no lo hubiera podido soportar sin drogarse, que tal vez la droga compensó todo lo que le hacía falta.
  • María(60274)30 de noviembre de 2020 - 06:39 a. m.
    Lo dice en el minuto 44. https://www.youtube.com/watch?v=j-HER0l__mM&ab_channel=DEPORTVDEPORTV
María(60274)30 de noviembre de 2020 - 06:32 a. m.
Nadie puede vivir la vida de nadie y por algo el refrán dice que "nadie escarmienta en cabeza ajena".
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