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Antes de procurar dar una respuesta al título de esta nota, hay que tener varios factores en cuenta. Si bien Carlos Queiroz no ha hecho que la selección de Colombia marche y tenga buenos resultados, la responsabilidad debería ser compartida con los jugadores.
El entrenador portugués ha cometido errores que demuestran el desconocimiento de los futbolistas con los que cuenta, pero estos también han tenido equivocaciones en la cancha y tan tempraneras (antes de los 10 minutos ya se perdía con Uruguay y con Ecuador) que se podría decir que ahí la mano del DT, en estos desatinos individuales, no tiene nada que ver.
Pero lo anterior no exime al estratega de no cumplir lo que dijo antes de comenzar esta eliminatoria: “Voy a respetar lo bueno que se ha hecho y a procurar mantener un estilo”.
Si bien quiso implementar un sistema de juego (4-3-2-1), los mismos partidos lo llamaron al cambio táctico y él no reaccionó. Y si lo hizo, en algunos casos, desarmó todo y no procuró construir teniendo en cuenta las fortalezas y las debilidades.
En defensa tuvo que experimentar mucho con la banda derecha debido a las lesiones de Santiago Arias y Stefan Medina. Y Luis Manue Orejuela no respondió como se esperaba, tampoco Juan Guillermo Cuadrado. En cuanto a los centrales, Yerry Mina no está pasando por un buen nivel (fue expulsado contra Uruguay) y la dupla Dávinson Sánchez-Jeison Murillo fue muy endeble.
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Si, el DT no es culpable de los rendimientos individuales, pero a nivel de selecciones, en el que el trabajo relativamente es poco, la base es lo motivacional. “Es mejor tener una voz de aliento y entender a los futbolistas en su mundo aparte, que pedirles un cambio de módulo o tratar de implementar una estrategia a la que no están acostumbrados”, dijo Jorge Valdano cuando le preguntaron por una de las claves de ser seleccionador nacional.
En cuanto a las convocatorias, los que han sido llamados, en su mayoría son los mejores -los que hay-, de eso no hay duda, salvo uno que otro que quedó fuera. Pero pareciera que el seguimiento que Queiroz hace es algo muy superficial y no de fondo, y por eso no ha podido explotar las habilidades, contrarrestar los errores y potenciar a un equipo que tiene la base que ya fue a dos Copas del Mundo.
Por el lado de la confianza, tan importante en estos casos, el portugués no parece transmitirla desde el camerino, en las mismas concentraciones, además de la posible ruptura con algunos hombres importantes dentro del grupo que ha llevado a que cada uno vaya por un lado. Sí, el DT propone, pero son los futbolistas los que disponen.
Lo anterior también abre el espacio a una pregunta: ¿si llega otro DT el camino se compondrá? Es complicado hacer las veces de vidente, como muchos lo intentan, y tener una respuesta.
En contexto: “Pedimos tolerancia y comprensión”
Lo más cercano que se puede hacer es decir que los errores vienen de la dos partes, de quien plasma una idea en un tablero y de los que deben ejecutarla. Y que mientras no haya un diálogo y un punto medio no habrá forma de darle la vuelta a una situación que parece muy crítica, pero que analizando la tabla de posiciones no lo es tanto.
Ahora bien, Queiroz no se irá de la selección de Colombia, al menos hasta que pase la próxima fecha contra Brasil en Barranquilla y contra Paraguay en Asunción. Y muy seguramente la base para los partidos de marzo será la misma.
Los radicales piden que se vaya ya, que se corte el problema de raíz para que después no sea peor. Otros que se le dé este tiempo para recomponerse y probar que puede llevar a Colombia a Catar 2022.
Lo cierto es que dinero para pagar una posible indemnización de Queiroz no lo hay (se dice que es mucho) por lo que habrá que llegar a puntos medios y dialogar para que de acá en adelante todo sea beneficioso para la selección.
Usted, señ@r lector, saque su conclusión y dé respuesta al título de esta nota como crea conveniente.