
Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Bayern Múnich firmó una presentación arrolladora en el Mercedes-Benz Arena. El 5-0 sobre Stuttgart no solo reflejó la contundencia del equipo en la segunda parte, sino también el cambio radical de un partido que en varios tramos fue parejo y en el que Luis Díaz, más allá de no convertir, dejó una asistencia, participación activa en los ataques y un partido de alto desgaste.
El inicio fue frenético y el Bayern lo llevó al escenario que más se siente cómodo, con presión alta, transiciones rápidas y desequilibrio por las bandas. Sin necesidad de dominar de forma aplastante, golpeó temprano. A los 11 minutos, Konrad Laimer abrió la cuenta con una definición de lujo tras asociarse con Olise. El pase final dejó al mediocampista perfilado y éste resolvió con un taco que silenció al estadio.
Hasta ahí, parecía un partido controlado, aunque Stuttgart reaccionó con personalidad y tuvo sus acercamientos con Mittelstädt, Stiller y Chema, que incluso marcó el empate en un tiro libre, pero el VAR corrigió por fuera de lugar.
Bayern tomó aire antes del descanso, pero el tramo final de la primera parte mostró a un Stuttgart más agresivo, capaz de nivelar la posesión e instalarse en campo contrario. Lucho, marcado de cerca por Vagnoman, aún no encontraba espacios claros. Con todo, el visitante sostuvo la ventaja y se fue al vestuario sin haber pasado del todo el susto, pese a que Chema estuvo cerca del 1-1 en el cierre.
Lo que vino después fue una avalancha. Vincent Kompany movió el banco y lanzó al campo a Harry Kane, Pavlovic y Karl. Stuttgart no volvió a encontrar caminos y, del otro lado, cada ataque del Bayern parecía llevar sentencia. A los 66’, Kane aprovechó un error en salida, cabalgó libre y fusiló al arquero para el 2-0. Ese tanto rompió definitivamente al local.
El dominio se acentuó y allí apareció la jugada que marcó la participación más determinante de Díaz. A los 78’, el colombiano recibió, se llevó a su marcador con fuerza, ganó la línea y asistió a Stanisic, cuyo remate —imperfecto pero efectivo— se transformó en el 3-0 tras el fallo de Nübel. Fue una acción de potencia y lectura, clave para estirar la diferencia.
De ahí en adelante, Stuttgart se desmoronó. Un penal por mano de Assignon le abrió la puerta a Kane para su doblete (82’), y luego el inglés cerró su triplete a los 88’ tras otra acción colectiva iniciada por Olise. El público local, resignado, comenzó a abandonar el estadio mientras el Bayern mantenía el ritmo y seguía atacando como si buscara más.
El 5-0 final retrata un partido que tuvo dos rostros, pero sobre todo evidencia la profundidad de un Bayern que, cuando encuentra espacios y acelera, no perdona. Fue una noche de plena autoridad bávara, de impacto total de Kane en media hora y de un Luis Díaz incisivo, intenso, participativo y decisivo en uno de los goles que terminó de romper el tablero.
🚴🏻⚽🏀 ¿Lo último en deportes?: Todo lo que debe saber del deporte mundial está en El Espectador
