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La pelea que vio nacer a Muhammad Ali

Han pasado 60 años desde que un joven Cassius Clay se proclamó como campeón de pesos pesados sin saber que estaba destinado a hacer historia en el boxeo.

Valentina Fajardo
25 de febrero de 2024 - 06:24 p. m.
"Sonny" Liston (izq.) contra Casius Clay en la pelea por el título de pesos pesados el 24 de febrero de 1964.
"Sonny" Liston (izq.) contra Casius Clay en la pelea por el título de pesos pesados el 24 de febrero de 1964.
Foto: AFP

Era un martes 25 de febrero de 1964 cuando pasó algo inimaginable en el mundo del boxeo: alguien logró vencer al gran Charles “Sonny” Liston. Cassius Clay, que después sería conocido como Muhamad Ali, dejó al dos veces y vigente campeón sentado en una esquina sin posibilidad de ponerse en pie. Ese triunfo le dio al estadounidense lo que sería su primero de sus cuatro títulos mundiales en los pesos pesados.

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Hasta la actuación de Cassius Clay ese día se pensaba que ningún ser humano en el planeta podría hacerle frente al campeón de la edición de 1963. En el papel todos los números estaban a favor de Liston, ya que a sus 32 años tenía mucha más experiencia tras casi una década en el boxeo. Además, en la otra esquina del ring, estaba un rival joven 10 años menor que él, pero que supo como abrirse paso en el mundo de este deporte.

Previo a la pelea, Clay, quien era conocido por sus bromas, sabía que estaba destinado a ganar y predijo que noquearía a Liston en el octavo asalto y que “flotaría como una mariposa, picaría como una abeja”.

La pelea atrajo a 8.300 fanáticos al Salón de Convenciones de Miami Beach, Florida, para ver el enfrentamiento entre Liston y Clay, en un combate que pasaría a ser una de las peleas más importantes en la historia del boxeo.

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Antes de salir al ring, el nacido en Louisville continuó con sus bromas, pero en esa ocasión nombro a su rival: “If you want to lose your money, then bet for Sonny” (Si quieres perder tu dinero, apuesta por Sonny), dijo antes del primer asalto.

La victoria se anotó como un nocaut técnico en el séptimo asalto, un asalto menos de lo que él había predicho. Liston aparentemente se había lesionado el hombro en el primer asalto mientras hacía swing y fallaba con golpes y ganchos al esquivo joven de 22 años. Clay gritó a los periodistas que cubrían la pelea: “Cómanse sus palabras”. Solamente tres de los 46 que cubrieron la pelea lo habían elegido para ganar.

Esa pelea no solamente significó para el medallista de oro en los Juegos Olímpicos de Tokio 1960 su primer título de pesos pesados, sino también el uso del deporte como una protesta social en Estados Unidos.

De Cassius a Muhammad

Después de ganar esa la pelea, Clay gritó “Sacudí al mundo”, pero varios días después también lo sorprendió cuando anunció que cambiaría su nombre y se uniría a la Nación del Islam, una de las organizaciones más controvertidas de Estados Unidos en el tiempo. Siguiendo a Malcolm X, cambió extraoficialmente su apellido de su nombre de esclavo a uno que significaba su desconocida ascendencia ancestral africana; “Cassius X.”

Luego se convirtió en Muhammad Ali, quien radicalizó la lucha por la libertad de los negros y se convirtió en el activista pacifista y resistente al reclutamiento más famoso del mundo. Esto lo convirtió en un héroe del movimiento contra la guerra y la contracultura de la época. Para muchos otros, lo presentó como un villano, un evasor del servicio militar antiestadounidense.

El activismo político de Ali aumentó durante ese período, en paralelo a un período nacional de derechos civiles e inquietud contra la guerra. Pero le habían despojado de su título de peso pesado y le habían prohibido el deporte durante tres años. Sin embargo, tras cumplido sus años, era momento de un regreso. En 1974, finalmente volvió al ring, recuperó el título de peso pesado después de vencer a George Foreman y lo que pasó después ya es historia.

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Su historia es un mosaico de triunfo y tragedia, desafío y determinación. Su legado, entretejido en el tejido de la historia, sigue siendo un testimonio del poder del espíritu humano para luchar, mantenerse firme y salir victorioso contra viento y marea. Muhammad Ali, que curiosamente nunca cambió su nombre legalmente, es el más grande y, aunque murió en 2016, sigue vivo no solamente como una leyenda del boxeo sino también como un ícono de coraje y cambio.

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Valentina Fajardo

Por Valentina Fajardo

Comunicadora social y periodista e historiadora con énfasis sociocultural de la Universidad Javeriana. Principal interés en la historia deportiva, el fútbol y el tenis.@valfajardomvfajardo@elespectador.com

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