El caso de Roberto Alomar: ¡La integridad en el béisbol!

El caso del expelotero y miembro del Salón de la Fama vuelve a llevar al primer plano las exigentes normas que rigen en el béisbol de las Grandes Ligas, incluyendo aquellas que no hacen parte, ciertamente, del propio juego.

Antonio Andraus Burgos*
18 de mayo de 2021 - 01:11 a. m.
El exjugador Roberto Alomar ha sido vetado por las Grandes Ligas a raíz de una investigación sobre una acusación de conducta sexual inapropiada en 2014.
El exjugador Roberto Alomar ha sido vetado por las Grandes Ligas a raíz de una investigación sobre una acusación de conducta sexual inapropiada en 2014.
Foto: Crédito: Twitter @Robbiealomar

Desde aquella Serie Mundial de 1919 —hace más de un siglo—, cuando los Medias Blancas se convirtieron en Medias Negras, al comprobarse que la mafia de esos años en Chicago consiguió que unos peloteros amañaran los juegos frente a los Rojos de Cincinnati, la integridad del béisbol de las Grandes Ligas ha sido, es y será, un portaestandarte para el deporte profesional en el mundo.

Y cuando se habla de esas cosas que violan los principios de la integridad del Béisbol Organizado, todo el mundo tiene en su mente a Pete Rose, el jugador que más indiscutibles ha conectado en el béisbol durante su prolongada permanencia en la Gran Carpa y cuyo nombre no ha sido elegido para el Salón de la Fama, uno de los casos más sonados del béisbol profesional de todos los tiempos.

Y otro nombre que suena y resuena en la era moderna del béisbol es el de Denny McLain, el último lanzador en conseguir 30 o más victorias en el mejor béisbol del mundo. Un jugador que tampoco ha sido ungido con un nicho en Cooperstown, pese a que su carrera, por los numeritos, podría darle la opción de por lo menos ser considerado para un cupo en el recinto de los inmortales.

Detrás de ellos, hay varios nombres que, habiendo violado las normas éticas y morales del béisbol, cuando ahora se incluyen hasta los conflictos de maltrato familiar, aparecen en la lista poco deseada de ser ’'no elegibles’' para las Grandes Ligas.

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Roberto Alomar, afamado y sensacional pelotero de Puerto Rico, con puesto en Cooperstown, ha sido incluido en la lista de “no elegibles” al confirmarse, según la oficina del Alto Comisionado del Béisbol de las Grandes Ligas y luego de una prolongada investigación, que es culpable de “conducta sexual inapropiada” en hechos que, según la indagación adelantada, se produjeron en el 2014.

¿Qué es la integridad?

Para la Real Academia de la Lengua, la integridad no es otra cosa que las cualidades que se le reconocen a una persona como: “recta, proba, intachable”. Para el caso del béisbol, no solo se aplica en lo que corresponde a las actividades propias del juego, sino que, adicionalmente, incluye a las que desarrolla el pelotero fuera de los diamantes.

La integridad que se conserva dentro del béisbol de las Grandes Ligas, en cualquiera de las formas en las que haya que aplicarlas y pase lo que pase, después del ya citado funesto caso de los Medias Blancas que se convirtieron en Medias Negras, en aquella Serie Mundial de 1919, está vigente y cobra mayor vigor con el paso de los días, los meses y los años.

Por eso ya nadie se extraña de que, inclusive, por actos de violencia intrafamiliar — comportamiento que dice mucho de la formación integral del pelotero como profesional, aunque muchos le resten importancia —, los jugadores son suspendidos de la actividad, sin fórmula de juicio y una vez se comprueba que los hechos fueron ejecutados por el sindicado del caso.

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Si bien la Oficina del Comisionado de Béisbol de las Grandes Ligas viene adelantando con severidad indagaciones sobre todos los casos en los que se violan las normas del juego como, por ejemplo, el uso de estimulantes para mejorar el rendimiento de los peloteros, acto que se ha denominado como trampa dentro del juego, también es cierto que las investigaciones por otras actividades extradeportivas son vigiladas de cerca por la organización para que el carácter, la disciplina y la integridad se mantengan entre todos los que juegan en la Gran Carpa.

Rose y McLain

Pete Rose, el pelotero con el mejor guarismo de imparables conectados en toda la historia del béisbol de las Grandes Ligas, con 4.256 indiscutibles entre 1963 y 1986 jugando para los Rojos de Cincinnati y los Filis de Filadelfia, y con un promedio de 303 con el uso del bate, fue excluido de por vida del deporte del béisbol al comprobarse que hacía apuestas dentro de los juegos del béisbol.

De nada valió que Rose, en varias oportunidades, haya insistido ante el Comisionado del béisbol de las Grandes Ligas de turno para que se revisara su caso. De hecho, su petición nunca se tuvo en cuenta y todavía a día de hoy se le mantiene la sanción impuesta de no poder participar en cualquiera actividad del juego, incluyendo su presencia en los estadios de la Gran Carpa.

Para el caso de Dennis McLain, el otrora gran lanzador de los Tigres de Detroit, quien ha sido el último serpentinero en ganar 30 o más juegos en una temporada —ganó 31 y perdió 6, con 1.96 carreras limpias por juego y abanicando a 280 bateadores en la campaña de 1968 —, la sanción de estar por fuera del béisbol para siempre fue por un caso similar: apostador, pero en los casinos.

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A McLain se le comprobó su permanente inclinación al juego en los casinos y el Béisbol Organizado decidió, una vez se surtieron las pruebas del caso, que no podía seguir bajo ninguna circunstancia haciendo parte del juego. Razón por la cual le fue aplicada la sanción de por vida de todas las actividades del deporte al que le ofreció toda su capacidad deportiva, en sus mejores años dentro de las Grandes Ligas.

Y ahora, Alomar

Nunca se nos pasó por la mente que Roberto Alomar, un pelotero lleno de cualidades y talento, estuviese envuelto en problemas de orden extradeportivo. Asunto que al final de cuentas lo llevara a ser castigado para todo lo que corresponda a las actividades del béisbol profesional de la crema y nata en el mundo, cuando su nombre acaba de ser incluido en la lista de “no elegibles” en la disciplina.

Elegido una docena de veces para el juego de las Estrellas, Alomar se venía desempeñando como Consultor Especial para el Béisbol de las Grandes Ligas. No obstante, ahora ha sido inscrito en la nómina de “no elegibles” dentro del béisbol, tras la investigación sobre una “acusación por conducta sexual inapropiada”, en hechos que se produjeron en 2014.

Rob Manfred, alto Comisionado del Béisbol de las Grandes Ligas, en un comunicado de prensa, señaló que: “se realizó una investigación independiente sobre la acusación que hizo una empleada de la industria del béisbol, sobre una conducta sexual inapropiada”.

“Después de revisar toda la evidencia disponible de la investigación ahora completada — explica el comunicado de prensa —, se ha llegado a la conclusión de que el señor Alomar violó las políticas de la Major League Baseball, y que se justifica la rescisión de su contrato como consultor y su colocación en la Liga de Inelegibles de la MLB’'.

’'Estamos agradecidos por el coraje de la persona que presentó la acusación. Major League BaseBall seguirá esforzándose por crear entornos en los que las personas se sientan cómodas al hablar sin temor a recriminaciones, represalias o exclusión’', agregó Manfred en el comunicado.

La Organización del Béisbol de las Grandes Ligas no ha dado a conocer más detalles sobre el proceso por medio del cual se estableció la mala conducta del destacado jugador boricua, quien además, hace parte del Salón de la Fama, a donde fue exaltado en la votación del 2011, con el 90 por ciento de las papeletas depositadas, llegando a Cooperstown al lado del lanzador Bert Blyleven.

También los Azulejos

Roberto Alomar jugó con los Azulejos de Toronto entre 1991 y 1995. En esta novena capturó dos anillos de Series Mundiales y, poco después, su número en el uniforme, el 12, fue retirado en una ceremonia especial en el parque de pelota “Rogers Centre”.

Fue, sin duda alguna, uno de los peloteros más reconocidos por los aficionados de la novena canadiense en los años en los que los Azulejos se convirtieron en una divisa competitiva hasta llevarse el Clásico de Otoño en un par de ocasiones.

Sobre el caso, el equipo dijo puntualmente que apoya íntegramente la decisión de Major League BaseBall, y al tiempo anunciaron que rompían cualquier vínculo con Alomar, señalando que la placa en su honor que está colocada en la zona especial del estadio será removida, así como una pancarta que hacía honor a su nombre.

No será excluido

Por su parte, la organización del Salón de la Fama, con asiento en Cooperstown, anunció, inmediatamente se conoció la decisión de MLB sobre el caso: “lo mantendremos en el nicho que alcanzó por votación de los periodistas que hacen la cobertura del béisbol de las Grandes Ligas”.

La presidente de la organización del Salón de la Fama, Jane Forbes Clark, dijo a la prensa, a través de un comunicado, que “El Salón de la Fama del Béisbol se sorprende y entristece al enterarse de la noticia que se compartió sobre Roberto Alomar”.

Además, agregó que: “cuando fue elegido para el Salón de la Fama por la Asociación de Escritores de Béisbol de Estados Unidos en la Clase de 2011, Alomar era un candidato elegible con buena reputación”.

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“Su placa permanecerá en exhibición en el Salón de la Fama en reconocimiento a sus logros en el juego. Su consagración refleja su elegibilidad y la perspectiva de los votantes de la Asociación de Escritores del Béisbol de Estados Unidos en ese momento’', dijo Forbes Clark.

Sorprendido y decepcionado

El inmortal Roberto Alomar, que jugó para las novenas de los Padres de San Diego, los Azulejos de Toronto, los Orioles de Baltimore, los Indios de Cleveland, los Mets de Nueva York, los Medias Blancas de Chicago y los Cascabeles de Arizona, durante una prolongada carrera de 17 años, conquistó dos anillos de Serie Mundial jugando con los Azulejos, en los años de 1992 y 1993; y fue ganador en 10 ocasiones del Guante de Oro como mejor segunda base.

’'Estoy sorprendido, decepcionado y frustrado con la noticia’', dijo Alomar una vez conoció la información, a través de un comunicado que dio a conocer en sus redes sociales.

Alomar agregó que ’'entiendo porqué Grandes Ligas ha tomado la determinación en base a lo sucedido. Mi esperanza es que esta acusación pueda ser escuchada en el foro pertinente y me permitan abordar la acusación directamente’'.

Sostuvo que de todas maneras ’'continuaré dedicando mi tiempo en ayudar a los niños a perseguir sus sueños de béisbol’', escribió finalmente Alomar en sus redes.

Cuando se producen estos hechos y, sobre todo, cuando mancha la trayectoria de un pelotero que deportivamente fue una verdadera estrella, como es el caso del boricua, a uno se le encoge el corazón, como una uva pasa.

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Sin embargo, ante la decisión, lo que siempre hemos sostenido es que dentro del béisbol de las Grandes Ligas esas cosas no pueden ni deben ser permitidas, y que tras de las sanciones correspondientes, después de que se realice el debido proceso, es poco para todo lo que se debe hacer por el bien del deporte, y en este caso, por el bien del béisbol.

Por Antonio Andraus Burgos*

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