La reina Isabel II, admiradora del fútbol y aficionada a las carreras de caballos

La reina Isabel de Inglaterra entrega la copa de campeón del Mundo de 1966 a Bobby Moore.

Foto: Agencia AFP

“Los futbolistas son prima donnas”, decía la reina de Inglaterra. Se podría intuir que, para la monarca, los jugadores eran los dueños de los papeles protagónicos en el espectáculo, como le sucede a una soprano en la ópera. Sin embargo, David Richards, expresidente de la Premier League y nombrado “Sir” por la monarca en 2006, reveló que, cuando la reina se lo dijo, se refería a la insistencia de los futbolistas con simular faltas y agresiones. Visto de cierta manera: sí, eran los dueños del espectáculo.

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Isabel II, que falleció este jueves a sus 96 años, siempre estuvo ligada al deporte. Desde niña, cuando su abuelo, el rey Jorge V, le regaló un poni de raza Shetland, la reina siempre tuvo una fascinación por los caballos y las carreras. Su pasión por hipismo la llevó incluso a competir en el certamen ecuestre de Royal Ascot, en el que era reconocida, además de su realeza, por sus dotes de jinete y sus múltiples triunfos y medallas.

Isabel II fue la primera reina que logró ganar, con uno de sus caballos (Estimate), la Gold Cup de Ascot, la carrera de larga distancia más prestigiosa del Reino Unido. Logro al que se sumó el campeonato en las 1.000 Guineas, las 2.000 Guineas, Epsom Oaks y St Leger Stakes. La única carrera de las grandes en la que no pudo vencer fue en la competencia del Derby.

Sin embargo, como monarca de Inglaterra, Isabel II siempre estuvo cercana a otros deportes, no solo la equitación. “El fútbol es un negocio difícil, pero es un juego maravilloso”, le explicó la reina a Richards aquella vez del símil con la ópera, el arte que, como el balompié, es la suma de todas las artes.

El primer registro que se tiene de la reina en un partido de fútbol fue en un juego de la FA Cup, en la final de 1953, cuando Blackpool venció a Bolton Wanderers. Antes había asistido a un juego de Chelsea en 1945, pero, en ese entonces, todavía era princesa y el compromiso no fue en un torneo oficial, sino en una liga regional creada como producto de la segunda guerra mundial.

Nunca se supo cuál era su equipo, siempre se mantuvo neutral. Algunos decía que hinchaba por West Ham, aunque el español Cesc Fábregas, tras una invitación al Palacio de Buckingham, reveló que la propia reina le reveló que ella era fanática de Arsenal.

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Alguna vez pudo verse también a la reina en un partido de béisbol en Baltimore, cuando en 1991 los Orioles y los Atléticos disputaron un partido, y cuatro veces fue vista en Wimbledon. En 1950 estuvo en la primera carrera del Campeonato Mundial de la Fórmula 1 y además se conocía de la cercanía de “su majestad” con el rugby, el tenis y el croquet, deportes de los que era patrona en el Reino Unido.

La reina Isabel II: Mundiales y Juegos Olímpicos

En sus 96 años de vida, la reina de Inglaterra fue testigo de centenares de eventos deportivos. Sin embargo, como regente de la Gran Bretaña, Isabel II presenció, después de casi 70 años, 20 Juegos Olímpicos, 17 Mundiales de fútbol, 67 Champions League, 70 FA Cups, entre muchas otras competiciones.

Y de todas las celebraciones deportivas que vivió, casi todas de una relevancia histórica pesada, dos llaman la atención por encima de las demás.

La primera es en 1966, en el polémico Mundial de fútbol de Inglaterra, que los locales ganaron tras un claro fallo de los árbitros del encuentro. Esa tarde, la propia Isabel II fue la encargada de darle la copa a Bobby Moore.

La segunda fue varias décadas después, en los últimos Juegos Olímpicos que se han hecho en Inglaterra. En esa oportunidad, en compañía de James Bond, la reina estuvo presente en la inauguración de las olimpiadas a través de una escena dramatizada en la que la monarca simuló una llegada al Estadio Olímpico de Londres en paracaídas. Escena icónica.

El hipódromo, su verdadera pasión deportiva

No obstante, más allá de la diplomacia que siempre exigen los grandes eventos deportivos, la verdadera cercanía de Isabel II con el deporte estaba en las carreras de caballos.

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Además de su pasión por montar purasangres, se rumoreaba que la reina de Inglaterra también era aficionada a las apuestas en los hipódromos.

Hasta 2022, por sus persistentes problemas de salud, Isabel II nunca faltó a la tradicional carrera anual en el Circuito de Ascot. Y por el actor Damian Lewis se conoció de la afición de la monarca por las apuestas de cabellos, ámbito en el que era experta y que no abandonó, incluso, en sus últimos años de vida.

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