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A Juan Carlos Quintero le pueden reclamar que por su técnica y vocación ofensiva a veces descuide sus labores de marca, que su liderazgo pueda llegar a ser confundido con rebeldía o que teniendo tan buena media distancia intente tan poco desde fuera del área, pero no cuestionarle al jugador antioqueño su carácter.
Personalidad le sobra al volante de Santa Fe, quien reaparece hoy frente al Cúcuta en El Campín, en la primera de las cinco finales que les restan a los albirrojos para estar en los cuadrangulares semifinales, meta de la que está seguro se cruzará, pero para ello invita a mejorar no tanto para cumplir con el requisito matemático, sino más bien para poder pensar en objetivos grandes.
Si bien no se ha perdido en El Campín, ¿los últimos empates en casa no preocupan?
Creo que el torneo ha sido benévolo con Santa Fe, porque de los últimos 12 puntos, sólo se han sumado tres y aún así nos hemos mantenido entre los ocho, lo cual habla de lo hecho por el equipo. Obviamente, el torneo se apretó un poquito, no se pueden dar más ventajas y por eso contra Cúcuta sólo sirve ganar.
¿Con los partidos que les restan en Bogotá les alcanza para clasificar?
Santa Fe, con lo que tiene y ha demostrado por varios pasajes del torneo, debe sumar más de nueve puntos, así para clasificar se necesiten sólo 26. Nosotros le vamos a apuntar a la mayor cantidad de puntos posibles para llegar sin preocupación a la última fecha, pero sí con el compromiso de mejorar nuestro andar.
¿Qué le falta a Santa Fe?
Que no nos concreten goles fundamentalmente y eso no depende de la defensa, sino de los 11 que tengamos la posibilidad de actuar. Debemos entender que los partidos duran 90 minutos y que el equipo no se puede desbocar al ataque y dejar a la defensa en inferioridad. Hay que buscar el equilibrio y en eso los volantes tenemos mucho que ver.
¿Acepta las críticas de que les llegan fácil?
Insisto en que se debe mejorar no sólo para esta noche contra Cúcuta y los partidos que faltan, sino para los objetivos que tenemos, porque Santa Fe estará en las semifinales, pero debe tener la tranquilidad de anotar y manejar los ritmos del partido y así evitar que el rival marque y nos toque redoblar esfuerzos para remontar.
¿Afectó mucho la derrota en el escritorio con el Medellín?
Duele por la forma en que ganamos ese partido, pero es un reflejo de lo que se vive acá, de que cada quien quiere sacar ventaja a como dé lugar. Si los tuviéramos, la tranquilidad sería mayor, pero igual dependemos de nosotros y vamos a clasificar.
¿El equipo depende de Ómar Pérez?
Todos los equipos en cierta forma dependen de un hombre talentoso y él lo es, pero el equipo también maneja otras armas, como la salida con sus laterales, el remate de media distancia o la pelota quieta. Ómar es un gran jugador, cada vez lo referencian más y, además, los rivales no vienen a jugar mano a mano a Bogotá porque saben que podemos hacer daño.