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El Mundial Sub-20 que se disputa en Chile no solo es vitrina para las jóvenes promesas del fútbol, también se ha convertido en un laboratorio de innovación. La FIFA eligió este torneo como terreno de pruebas para un sistema que podría transformar la manera en que se revisan las jugadas polémicas: la tarjeta verde.
El estreno oficial se produjo durante el partido entre Corea del Sur y Ucrania, cuando el seleccionador surcoreano Lee Chang-Won sorprendió a todos al levantar la tarjeta desde el banquillo. La escena, inédita en un campo de fútbol, generó desconcierto entre aficionados, jugadores y periodistas, y abrió un debate que rápidamente trascendió al plano internacional.
Un reemplazo al VAR bajo el nombre de FVS
La tarjeta verde está ligada al Football Video Support (FVS), una alternativa que la FIFA desarrolla para reemplazar al conocido VAR. El objetivo es mantener la precisión en las decisiones arbitrales pero con un mecanismo más ágil, que evite las pausas largas que han sido objeto de críticas en el fútbol de élite.
A diferencia del VAR, que depende exclusivamente de los árbitros de video y de la comunicación con el central, el FVS permite a los entrenadores solicitar la revisión. Cada cuerpo técnico tiene dos oportunidades por partido para mostrar la tarjeta verde inmediatamente después de una jugada polémica.
¿Cómo funciona el sistema?
Cuando un entrenador utiliza la tarjeta, el árbitro principal detiene el partido y revisa la acción en video. Si tras la verificación el juez decide modificar su fallo y beneficiar al equipo que pidió la revisión, esa solicitud no se descuenta. En cambio, si la decisión inicial se mantiene, el equipo pierde uno de sus intentos.
Este sistema recuerda al “Coach Challenge” de la NBA, donde los entrenadores pueden cuestionar decisiones arbitrales bajo reglas similares.
Reacciones encontradas
La introducción de la tarjeta verde no ha pasado desapercibida. Algunos analistas celebran que los técnicos tengan un rol activo en el proceso de justicia deportiva, al considerar que este mecanismo aporta transparencia y equilibra responsabilidades. Sin embargo, otros advierten riesgos: que el recurso se use como táctica para cortar el ritmo del juego o que genere pausas innecesarias si no se regula con rigor.
La FIFA ha dejado claro que el Mundial Sub-20 será una fase de prueba. Los resultados y las reacciones serán evaluados al final del torneo antes de decidir si el FVS puede extenderse a competencias mayores como la Copa del Mundo o los torneos de clubes.
De consolidarse, la tarjeta verde podría marcar un punto de inflexión en la relación entre tecnología y arbitraje en el fútbol, en un debate que ya lleva varios años abierto desde la irrupción del VAR.
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