Las cifras que muestra Naciones Unidas sobre la seguridad y la salud en el trabajo son, cuanto menos, preocupantes. Se estima que cada año mueren alrededor de 2,9 millones de personas por accidentes y enfermedades profesionales, además de las 402 millones que sufren enfermedades laborales no mortales.
Una mirada más profunda revela que las enfermedades profesionales causan el 81 % de todas las muertes relacionadas con el trabajo, mientras que los accidentes de trabajo representan el 19 % de los decesos. Naciones Unidas resalta que el factor de riesgo profesional al que se le atribuye un mayor número de muertes es la exposición a largas jornadas de trabajo, lo que ha provocado unas 745.000 muertes al año, seguido de la exposición a partículas, gases y humos, que genera otras 450.000 muertes.
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“Los accidentes de trabajo y las enfermedades profesionales no sólo causan un sufrimiento humano imposible de medir a las víctimas y sus familias, sino que también suponen importantes pérdidas económicas para las empresas y las economías en su conjunto, que pueden medirse en términos de costos de atención de salud, costos de indemnización, pérdidas de producción, reducción de la capacidad de trabajo y menor participación de la mano de obra”, detalló Naciones Unidas.
Lo anterior se traduce en que los accidentes y las enfermedades de trabajo representan una pérdida del 5,4 % del producto interno bruto mundial.
Otro dato alarmante es que muchas de estas enfermedades y riesgos se llevan en secreto, pues más de 300 millones de trabajadores entrevistados (en 142 países) dijeron que no pueden informar a sus empleadores sobre estos temas, por temor a sufrir represalias.
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“Esta ausencia de debate supone un grave riesgo para la seguridad y salud en el lugar de trabajo. Por otro lado, los lugares de trabajo con mayor compromiso de los trabajadores reportaron un 64% menos de incidentes de seguridad y un 58% menos de hospitalizaciones”, detalló.
Con base en lo anterior, para el director de la Oficina de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para los países andinos, Italo Cardona, es importante que se promueva la participación activa de los empleadores y los empleados en la discusión y diseño de políticas nacionales, prioridades y elaboración de planes de acción, así como la implementación de medidas que mitiguen los accidentes y las enfermedades en los centros de trabajo.
“Los países pagan un precio muy alto en muertes y lesiones laborales, muchas de ellas afectan a las personas que trabajan en la informalidad y en sectores peligrosos. Para cambiar dicha situación, es necesario fortalecer la capacidad de los actores para trazar, por medio del diálogo, una ruta que tenga como destino la creación de espacios de trabajo seguros y saludables”, comentó el directivo.
Cardona también considera importante que en las organizaciones se provea formación e información sobre la salud y la seguridad en el trabajo a todos los colaboradores, esto con el fin de que puedan participar activamente en las acciones de mejora.
“En 2022, la planificación de posibles escenarios parece indicar que el mundo se enfrentará a partir de ahora a realidades diferentes, en cualquiera de los casos, los mecanismos de participación en la gobernanza de este problema común seguirán siendo esenciales para contener los accidentes del trabajo y las enfermedades profesionales”, concluyó.
En suma, los riesgos que enfrentan los trabajadores a enfrentar una enfermedad o accidente en el trabajo son latentes. Las cifras muestran el peso que estos tienen en la vida de millones de personas. El diálogo entre empleadores y trabajadores pareciera ser un pilar importante para mitigar este mal, un reto que puede ser más complejo con las nuevas dinámicas que trajo consigo la pandemia, como el teletrabajo o el trabajo en casa.
¿Las empresas están verificando las condiciones en las que trabajan sus colaboradores? ¿Hay un ambiente propicio que fomente la discusión sobre estos temas? ¿Qué puede hacer el gobierno para mitigar estos riesgos en los trabajadores informales? son los cuestionamientos que deberían acompañar esta discusión.
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