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Carlos Slim propone trabajar tres días a la semana y no pensionarse

El empresario de las telecomunicaciones y el segundo hombre más rico del mundo lanzó la idea en una conferencia en Paraguay.

Jude Webber (Ciudad de México) / Financial Times
21 de julio de 2014 - 02:14 a. m.
El empresario mexicano Carlos Slim (izq.), y el presidente de la Unión Industrial Paraguaya, Eduardo Felippo, durante el foro sobre la transformación del empleo a nivel mundial. / EFE
El empresario mexicano Carlos Slim (izq.), y el presidente de la Unión Industrial Paraguaya, Eduardo Felippo, durante el foro sobre la transformación del empleo a nivel mundial. / EFE
Foto: EFE - Andrés Cristaldo

Al asistir a una conferencia de empresarios en Paraguay, Slim dijo que era hora de un “cambio radical” en la vida laboral de la gente. En lugar de retirarnos a los 50 o los 60 años, dijo, deberíamos trabajar hasta que seamos más viejos, pero tener más tiempo libre en el camino.

“La gente va a trabajar durante más años, hasta que tengan 70 o 75, sólo tres días a la semana, y quizás 11 horas diarias”, dijo en la conferencia, según la agencia de noticias Paraguay.com.

“Con tres días a la semana tendríamos más tiempo para relajarnos y para tener calidad de vida. Tener cuatro días libres sería muy importante para generar nuevas actividades de entretenimiento y nuevas formas de ocuparse”.

El magnate de 74 años, que se hizo a sí mismo, cree que esta maniobra generaría una fuerza laboral más saludable y más productiva, mientras que ataja retos financieros relacionados con la longevidad.

Slim está poniendo su dinero donde pone sus palabras. En su compañía de telefonía de línea fija en México, Telmex, donde los trabajadores que entraron a finales de la adolescencia pueden retirarse antes de cumplir 50, por un contrato colectivo de trabajo, Slim ha instaurado un esquema voluntario que permite que estos mismos trabajadores sigan con paga completa, pero trabajando sólo cuatro días a la semana.

Slim sorprendió al mundo empresarial mexicano este mes con sus planes de dividir su imperio de América Móvil vendiendo aproximadamente una quinta parte de los activos, para evadir las sanciones de los entes supervisores. Su compañía domina el 80% del mercado de líneas fijas y el 70% del de móviles en México, que es más del límite de 50%.

Agudo estratega y filántropo, que a menudo ha dicho que lo que más le gusta hacer es pensar, Slim ha cultivado intereses que están por fuera del mundo corporativo: su pasión por las esculturas de Rodin y el coleccionar arte es evidente en el museo Soumaya de Ciudad de México, que dedicó a su ya fallecida esposa.

Otra de las ideas en que ha insistido es que debe repensarse la educación. En la conferencia que dictó en Paraguay dijo que “no debería ser aburrida, sino divertida” y no le debería enseñar a la gente “a memorizar, sino a razonar; no a domesticar, sino a entrenar”. También hizo un llamado a favor de más entrenamiento vocacional.

Él mismo parece no tener planes de retirarse.

“Miren a quién respeta: el banquero mexicano Manuel Espinosa Yglesias fue una especie de mentor y aún estaba trabajando cuando iba a llegar a los noventa años”, dijo Andrew Paxman, un historiador británico que está escribiendo un libro sobre Slim.

Por Jude Webber (Ciudad de México) / Financial Times

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