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La economía rusa se contrajo un 4,9 % en junio en comparación con el mismo mes de 2021, según informó el ministerio de Desarrollo Económico de Rusia.
El informe indica que la contracción en el segundo trimestre, vinculada estrechamente a las sanciones occidentales por la campaña militar rusa en Ucrania, fue del 4 % después de que el PIB se redujera también un 4,3 % en mayo y un 2,8 % en abril.
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El motivo de la contracción hay que buscarlo en la disminución de las exportaciones, desde madera a productos químicos y metalúrgicos.
También experimentaron caídas aquellos sectores que dependen más de las importaciones, como la industrial ligera, de automoción y la fabricación de muebles.
El Ministerio reconoce descensos en el comercio al por mayor y el transporte de mercancías, aunque destaca un aumento de la actividad en sectores como la agricultura o la industria extractora, especialmente la petrolífera.
El Fondo Monetario Internacional admitió que la economía rusa resistirá mejor de lo esperado el impacto de las sanciones -una caída del 6 % frente al 8,5 % previsto anteriormente-, pero notará su impacto en 2023, cuando el PIB retrocederá un 3,5 %, frente al 2,3 % pronosticado en abril.
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La semana pasada, el Banco Central de Rusia también redujo su previsión de contracción del producto interno bruto para este año del 8-10 % al 4-6 %.
Según el banco emisor, la caída en 2023 oscilará entre el 1 % y el 4 %.
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