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En septiembre de 2025, la inflación volvió a subir por tercer mes consecutivo y los arriendos siguen siendo uno de los rubros que más presionan el costo de vida.
De acuerdo con el DANE, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) registró una variación anual de 5,18 % en el noveno mes del año, su nivel más alto desde febrero, y el rubro de alojamiento y servicios públicos fue el que más aportó al incremento.
Dentro de esta división, el arriendo imputado, que estima cuánto costaría arrendar una vivienda propia, aumentó 0,38 % y fue la subclase que más influyó en el resultado mensual.
A su vez, el arriendo efectivo (los precios que pagan los hogares arrendatarios) subió 0,36 %, consolidando a la vivienda como el principal motor de la inflación.
Según Federación Colombiana de Lonjas de Propiedad Raíz (Fedelonjas), este comportamiento no solo se explica por la forma en que se reajustan los contratos de arrendamiento (la indexación, que ata los incrementos de arriendos a la inflación del año anterior), sino también por el freno en la construcción y la menor oferta de vivienda nueva, que han concentrado la demanda en el mercado de alquiler.
Lo que hay detrás del costo del arriendo
Fedelonjas señala que el enfriamiento del sector de la construcción ha reducido la oferta de vivienda en el país y, con ella, las opciones de compra para los hogares.
En consecuencia, más familias se están trasladando al mercado de arriendo, donde la demanda se mantiene alta.
A 2024, el país ya contaba con 7,5 millones de hogares en arriendo, frente a 7,3 millones de propietarios, según cifras provistas por Fedelonjas, una tendencia que, según el gremio, marca un cambio estructural en la forma de acceder a vivienda en Colombia.
El déficit de oferta se explica, de acuerdo con el gremio, por la desaceleración en las iniciaciones de proyectos, el alto costo de los insumos y la incertidumbre fiscal, factores que han frenado la construcción de vivienda nueva, sobre todo en los segmentos de interés social (VIS y VIP).
Este panorama ha hecho que el arriendo se consolide como una opción estable, y no transitoria, para millones de colombianos.
Arriendos crecen, pero “moderadamente”
Aun con este panorama, Fedelonjas considera que el mercado de arriendos mantiene una presión moderada y controlada sobre la inflación.
Según el gremio, el arriendo efectivo tuvo una variación anual de 5,41 %, apenas por encima del 5,18 % del aumento del IPC general, y una variación acumulada de 4,40 % en lo corrido del año, ligeramente inferior al promedio nacional (4,55 %).
Esto, explica el gremio, muestra que se trata de un sector que tiende a autorregularse, pese al aumento de la demanda y a la escasez de oferta.
Sin embargo, detrás de esa aparente estabilidad hay señales de tensión. La combinación de una alta demanda urbana, el déficit de vivienda nueva y los costos crecientes de mantener o arrendar un inmueble (servicios, administración, vigilancia y mantenimiento) ha impedido que los precios del arriendo cedan.
El resultado es un mercado que resiste ajustes y que, por su peso dentro del IPC, sigue siendo uno de los factores que más inciden en el costo de vida del país.
El enfriamiento de la vivienda
Las cifras de la construcción en el primer semestre de 2025 respaldan el diagnóstico de Fedelonjas.
De acuerdo con cifras de la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol), el gremio de las constructoras, el sector de la vivienda cerró el primer semestre de 2025 con señales de enfriamiento: las ventas y la oferta cayeron y el repunte esperado no llegó.
En total, se comercializaron 77.151 unidades habitacionales entre enero y junio, mientras la oferta disponible se redujo 4,7 % frente a diciembre del año anterior.
La disminución fue más fuerte en los segmentos de interés social y prioritario, que concentran la mayor parte de la demanda. En contraste, el segmento No VIS mostró un leve repunte en algunas regiones, pero insuficiente para compensar la caída general.
Esta menor dinámica, advierte Camacol, está afectando la generación de empleo y la capacidad del sector para renovar el inventario de vivienda nueva.
Según Fedelonjas, la menor construcción de vivienda está dejando a más hogares sin opciones de compra y empujándolos hacia el mercado de arriendos. Ese desplazamiento ha fortalecido la demanda de alquiler y mantenido los precios en niveles altos.
“El arriendo se ha convertido en una opción permanente, no transitoria, de acceso a vivienda”, señala el gremio, que advierte que esta tendencia se consolida ante la desaceleración de nuevos proyectos y la incertidumbre del sector.
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