Publicidad

Él creó una biblioteca de la creatividad en Bogotá

“Esta idea nació con el propósito de fortalecer habilidades de liderazgo, innovación y emprendimiento en niños, niñas y jóvenes, a través del diseño de experiencias educativas que los conectan con su capacidad de soñar, crear y transformar”, dice su emprendedor.

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
Tatiana Gómez Fuentes
29 de abril de 2025 - 02:00 p. m.
Él es Iván Triana, el emprendedor detrás de la Biblioteca de la Creatividad en Bogotá.
Él es Iván Triana, el emprendedor detrás de la Biblioteca de la Creatividad en Bogotá.
Foto: Biblioteca de la Creatividad
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

“La Biblioteca de la Creatividad es un emprendimiento social y educativo en la zona rural de Ciudad Bolívar, cuyo propósito es erradicar la mentalidad de pobreza en las nuevas generaciones. A través de experiencias educativas, fortalece habilidades de liderazgo, innovación y emprendimiento en niños, niñas y jóvenes, conectándolos con su capacidad de soñar, crear y transformar.

El objetivo es que vivan con propósito y comprendan que su lugar de origen no limita sus sueños. Además, actúa como un punto de encuentro entre los proyectos de los jóvenes rurales y el compromiso de empresas, universidades y organizaciones, impulsando el desarrollo local. Su meta es convertir la zona rural en un referente de emprendimiento sostenible y reescribir la narrativa de Ciudad Bolívar a través de sus jóvenes líderes y emprendedores".

De esta manera llegó la historia de esta idea de negocio a 23 preguntas para emprendedores y sus emprendimientos. Hablamos con Iván Triana, el emprendedor detrás de ella y esto fue lo que nos contó:

1. ¿Cuántos años tengo? ¿Qué estudié?

Tengo 39 años, Bibliotecología y Maestría en Administración de Empresas e Innovación.

2. ¿Cuál fue mi idea y cuándo nació? ¿Qué fue lo que creé?

La idea nació en Ciudad Bolívar, el lugar donde crecí y donde empecé a ver cómo muchos de mis amigos y compañeros de colegio tomaban decisiones que los alejaban de su potencial. Mientras yo tuve la oportunidad de estudiar en la universidad y entender que el mundo era mucho más grande de lo que creía, también descubrí la profunda brecha que existe entre las oportunidades y los jóvenes de la ruralidad. Esa diferencia me generó, al principio, una sensación de impotencia, y a la vez despertó en mí la necesidad de buscar una solución. No quería hacerme el de la vista “gorda” con el problema y vivir desde la queja.

Me entusiasmaba la posibilidad de convertirme en ese mentor o profesor que a mí me hubiera gustado tener cuando era niño, alguien que me acompañara a diseñar un camino de vida con propósito. Fue así como nació la Biblioteca de la Creatividad, una propuesta educativa que comencé como una iniciativa voluntaria en mi tiempo libre, pero que al ver el entusiasmo de los niños con los que empecé, decidí asumir con mayor compromiso mi rol como emprendedor social.

3. ¿Cómo logré hacerla realidad y llevarla a los hechos?

Nunca imaginé hasta dónde podría llegar la Biblioteca de la Creatividad ni el rol que hoy cumple en el desarrollo de la comunidad. Tampoco pensé que sería un modelo replicable en otros territorios del país, pero ahora ese es uno de nuestros objetivos a largo plazo. Lo que me impulsó a crear este proyecto fue la necesidad de ser parte de la solución. En ese momento, el financiamiento no era mi prioridad; mi enfoque era actuar.

Pronto me di cuenta de que no podía hacerlo solo. Empecé a investigar, a invitar amigos y a tocar puertas en empresas y organizaciones. No fue fácil, especialmente porque no tenía nada concreto que mostrar. En ese proceso, entendí que debía fortalecerme más allá de lo técnico. Me dediqué a formarme en liderazgo, a clarificar mi propósito, a ampliar mi visión y a aprender a conectar con los demás.

Estas herramientas me dieron confianza. Aunque hubo rechazos, me mantuve firme en mi convicción. Cada paso, por pequeño que fuera, era parte de construir algo que no solo tenía sentido para mí, sino también para los jóvenes de mi comunidad, que hoy encuentran en la Biblioteca de la Creatividad un espacio para soñar, aprender y construir su futuro.

Si está buscando más historias de emprendimientos, sus creadores y creadoras están aquí, en Emprendimiento y liderazgo de El Espectador.

4. ¿De dónde saqué la plata para empezar? ¿Cómo la pagué?

Lo primero que utilicé para poner en marcha la Biblioteca de la Creatividad fueron mis propios ahorros. También recurrí a estrategias tradicionales como rifas, sorteos y algunos eventos pequeños de recaudación, que me ayudaron a reunir algo de capital. Como lo mencioné anteriormente, en ese momento, todavía no tenía del todo claro el alcance que podría tener el proyecto, pero sí sabía que esas fuentes me permitirían avanzar mientras entendía mejor el camino que quería seguir.

Después de cometer algunos errores y gastar mis ahorros en cosas innecesarias, logré reunir un capital de cinco millones de pesos, que administré con mucho cuidado. Me di la oportunidad de trabajar con una fecha límite, porque necesitaba definir el modelo de negocio y buscar formas más sostenibles de financiación.

Eso también implicó un cambio profundo en mi relación con el dinero. Tuve que redefinir mis prioridades, adaptar mi estilo de vida a uno más minimalista y enfocarme en lo que realmente me interesaba. Esa decisión fue clave para asumir el proyecto con mayor responsabilidad y con una visión de largo plazo.

5. ¿Qué estoy logrando con mi emprendimiento?

Con la Biblioteca, hemos apoyado a generaciones de jóvenes de la zona rural de Ciudad Bolívar, conectándolos con oportunidades que les permiten acercarse a sus sueños. Hemos logrado cambiar su perspectiva de vida y, a su vez, la narrativa sobre su comunidad. Jóvenes que antes no sabían qué hacer después del colegio ahora están emprendiendo, estudiando en la universidad o replicando su proceso con otros.

Un ejemplo de esto es el proyecto Sentido Guabal, liderado por jóvenes que producen mermeladas artesanales con fresas locales. Las ganancias financian los estudios de mujeres de la comunidad y promueven la compra de productos locales. Este proyecto es solo uno de varios que muestran el impacto que hemos tenido.

Además, hemos apoyado a más de 60 jóvenes a ingresar a la universidad, con muchos ya graduados y aportando con sus propias iniciativas. En los últimos cinco años, el 99% de los jóvenes que han pasado por la Biblioteca han terminado el colegio, y el 95% ha decidido aplazar la formación de una familia hasta estar más preparados. Esto ha sido posible gracias a un acompañamiento cercano y continuo, que rompe el ciclo de pobreza.

En total, hemos movilizado a más de 5.000 voluntarios y facilitadores, y más de 1.200 jóvenes han participado en nuestros programas. También hemos impulsado proyectos como Las Huellas del Peregrino, donde cinco jóvenes recorrieron 800 kilómetros del Camino de Santiago en bicicleta, y ahora estamos trabajando en Hacedores a la NASA, un proyecto en el que cinco jóvenes viajarán a Cabo Cañaveral para aprender sobre ciencia, emprendimiento y tecnología.

6. ¿Soy feliz?

Sí, me siento feliz. Desde que decidí dedicarme a la Biblioteca de la Creatividad, siento que he invertido mis mejores años de vida en algo que me hace sentir útil y que me conecta con mi intención de contribuir a un país más justo. Por supuesto, no ha sido un camino fácil. He pasado por momentos en los que he pensado en abandonar, en los que el cansancio, la incertidumbre o las dificultades han puesto a prueba mi compromiso.

Sin embargo, cada vez que veo a un joven avanzar, descubrir su potencial, tomar decisiones con mayor claridad o crear algo que nace de su propia historia, entiendo que todo el esfuerzo tiene significado. Me da sentido saber que lo que hacemos deja huella, y me anima a seguir. Es una sensación de propósito que se renueva cuando veo a otros brillar con luz propia.

7. ¿Vendería mi emprendimiento, mi empresa?

No la vendería, Hace parte de mi legado y de mi proyecto de vida. Siento que es mi huella, una extensión de lo que creo, de lo que defiendo y del propósito que me mueve. Si bien estoy abierto a que crezca, se fortalezca y se replique en otros lugares, ese crecimiento tiene sentido solo si permanece fiel a su origen y a la razón por la que nació.

8. ¿Qué tan duro fue para mí emprender?

Lo más difícil de emprender ha sido confiar en que todo saldrá bien. Pasar de la intención a la acción conlleva una gran responsabilidad, y en mi caso, también ha implicado enfrentar el síndrome del impostor, cuestionando si soy la persona adecuada para liderar este proyecto.

Emprender me ha exigido un compromiso constante de desaprender y aprender, viéndolo como un ejercicio diario para mantener la visión de la Biblioteca y dar lo mejor de mí a quienes confían en este proyecto.

9. ¿Cumplí mi sueño? ¿Qué me hace falta?

He cumplido con lo que me propuse, aunque debo admitir que ha tardado más de lo esperado y aún me queda mucho por hacer. Me siento satisfecho porque estoy viviendo una vida con propósito, lo que le da sentido a cada paso que doy. La Biblioteca de la Creatividad ha crecido y ahora acompaña a cientos de jóvenes, pero aún hay muchos sueños por cumplir. Necesito terminar la construcción de la nueva sede, consolidar el proceso de incubación de emprendimientos sostenibles para jóvenes y hacer realidad la Expedición de Hacedores a la NASA. Mi objetivo es expandir el modelo de la biblioteca a otras comunidades de Colombia y América Latina, donde las condiciones sociales son similares y los jóvenes, como en Ciudad Bolívar, también sueñan con transformar su entorno.

10. ¿Y ahora qué? ¿Qué sigue?

Nuestro enfoque actual está en consolidar lo que hemos logrado. Estamos terminando la construcción del espacio de coworking de la Biblioteca de la Creatividad, que ofrecerá a los jóvenes un lugar para desarrollar sus ideas, emprender y colaborar. Además, pronto comenzaremos la construcción del laboratorio de gastronomía, clave para apoyar los emprendimientos rurales relacionados con la cocina y visibilizar la riqueza del territorio.

Seguimos fortaleciendo el proyecto Hacedores a la NASA, que busca inspirar a las nuevas generaciones a creer en su potencial. Cinco jóvenes de Ciudad Bolívar visitarán el Space Center de Cabo Cañaveral. También queremos profundizar las alianzas con empresas y universidades para convertirnos en un aliado estratégico en sostenibilidad, educación y responsabilidad social, especialmente en territorios rurales. Este es el camino que hemos elegido para seguir transformando vidas y promover el desarrollo social a través de la inversión social.

11. ¿Mi emprendimiento es escalable?

Sí Hemos diseñado un programa replicable en otros territorios a través de la formación de formadores, en el que transferimos herramientas, metodologías y conocimientos basados en nuestra experiencia con el proceso educativo Hacedores. Este programa permite que otras comunidades implementen el modelo de acuerdo con sus realidades y capacidades.

Además, ofrecemos la opción de operar directamente los procesos en alianza con entidades que compartan nuestra visión. Buscamos un patrocinador o financiador para garantizar la sostenibilidad del proyecto, y un aliado territorial que facilite su implementación y asegure el arraigo comunitario. Esta estructura nos permite adaptar el modelo a diferentes contextos y continuar generando impacto localmente.

12. Para crecer, ¿recibiría inversión de un desconocido? ¿Le cedería parte de mi empresa?

Sí estoy dispuesto a sumar esfuerzos y abrir espacios de inversión, siempre y cuando exista una afinidad clara en propósito y valores. Más que recursos económicos, buscamos relaciones que fortalezcan la visión a largo plazo de la Biblioteca de la Creatividad y que respeten su esencia como un proyecto educativo y comunitario.

La sostenibilidad y la expansión del modelo requieren aliados estratégicos que compartan el compromiso con el desarrollo de la ruralidad y la transformación social desde la educación.

13. ¿Qué no volvería a hacer?

No volvería a darle tantas vueltas a las buenas ideas. Aprendí que esperar a que todo esté perfecto solo retrasa los procesos. Evitaría quedarme en la parálisis por análisis y enfocaría mi energía en actuar, en aprender haciendo, en confiar más en el proceso y aprovechar mejor el tiempo desde el hacer. Las ideas necesitan movimiento para convertirse en impacto.

14. ¿Quién me inspiró? ¿A quién me gustaría seguir?

A lo largo de este camino, muchas personas me han inspirado, y creo que la Biblioteca de la Creatividad es una mezcla de ideas, referentes y aprendizajes recogidos. Uno de los proyectos que más me marcó fue Shanti Bhavan en la India, una escuela que transforma la vida de los niños más vulnerables a través de la educación y el liderazgo. Me impactó cómo el proyecto cree en los niños desde pequeños, los acompaña durante años y les da herramientas para romper ciclos de pobreza, algo que se conecta con lo que buscamos en la biblioteca.

También me inspira el legado del padre Rafael García Herreros, quien unió a muchas personas para trabajar por los más necesitados. Me identifico con su enfoque: empezar con lo que se tiene, sumar voluntades y creer que se puede construir algo mejor.

La biblioteca ha sido, en cierto modo, una construcción colectiva inspirada por muchos referentes, pero adaptada a nuestra realidad. Ha sido un espacio nutrido de experiencia, ensayo y error, trabajo con los jóvenes y de las ideas tomadas de quienes creen en el poder de la educación para transformar vidas.

15. ¿Fracasé en algún momento? ¿Pensé en tirar la toalla?

Sí, claro que he fracasado en varios momentos y también he pensado en rendirme, especialmente al principio, cuando tenía claro lo que quería lograr con la Biblioteca, pero no sabía cómo explicarlo o aterrizar el modelo de negocio. Me costaba alinear expectativas y transmitir de forma clara lo que hacíamos, lo que hacía difícil conseguir aliados o apoyo, sobre todo cuando no teníamos resultados visibles.

He vivido momentos de incertidumbre, cuestionándome si realmente estaba haciendo lo correcto o si alguien más podría hacerlo mejor. El desgaste emocional, la falta de recursos y las dificultades diarias me hacían pensar en detenerme. Pero lo que me ha sostenido ha sido tener claro mi propósito y haberlo escrito. Volver a leerlo me ayuda a recordar por qué empecé y a quién quiero servir.

Lo que me ha permitido seguir adelante ha sido aprender a desaprender y formarme continuamente. Emprender este camino me ha exigido evolucionar, fortalecer mis habilidades de liderazgo, tomar decisiones difíciles y confiar en que cada paso, incluso los retrocesos, son parte del proceso. Fracasar me ha enseñado a ser más realista, humilde y estratégico. Aunque ha dolido, también me ha dado herramientas para seguir con más claridad y firmeza.

Visite la sección de Emprendimiento y liderazgo de El Espectador

16. ¿Hago parte de algún tipo de comunidad que me ayuda en este camino de emprender?

He sido parte de varias comunidades que han sido clave para crecer como emprendedor social. A veces uno cree que puede hacerlo todo solo, pero estar acompañado de personas que también buscan cambiar cosas desde sus realidades hace una gran diferencia.

En Origen, viví una experiencia muy poderosa. Allí entendí que liderar no es solo tener buenas ideas, sino tener el valor de sostenerlas con coherencia, aprender a escuchar, colaborar y conectar con lo que realmente te mueve. Fue un reencuentro con mi propósito y un espacio donde aprendí herramientas para ponerlo en práctica con más claridad.

Actualmente, estoy en el programa de liderazgo de Acumen, y ha sido igual de enriquecedor. Estar en un grupo de personas tan diversas, pero con el deseo común de transformar el mundo desde la acción, me ha llenado de ideas, confianza y humildad para seguir aprendiendo. A veces, lo que más necesitamos es escuchar a otros que también han tenido dudas, tropiezos y siguen adelante.

Estos espacios han nutrido mucho el camino de la biblioteca, ayudándome a darle más estructura al modelo, tomar decisiones con visión y reafirmar que emprender desde lo social se construye mejor en red.

17. ¿Lo que estoy haciendo trasciende? ¿Podrá impactar a nuevas generaciones?

Lo que estamos haciendo en la Biblioteca de la Creatividad trasciende porque no solo ofrecemos talleres o actividades, sino que buscamos dejar una forma distinta de ver la vida, el territorio y el futuro. Queremos sembrar en los jóvenes la mentalidad de soñar en grande, reconocer su valor, entender que su historia no está determinada por su lugar de origen, y que el conocimiento puede ser una herramienta real para transformar su realidad.

Cuando veo a jóvenes que han pasado por la Biblioteca y ahora están estudiando, emprendiendo o siendo referentes para otros, me doy cuenta de que esto va más allá del presente. Hemos acompañado procesos que han llevado a muchos a terminar el colegio, ingresar a la universidad y evitar repetir patrones de pobreza o resignación, lo cual tiene un valor enorme.

18. ¿Cómo me veo en 10 años y cómo veo a futuro mi emprendimiento, mi empresa?

En diez años, me veo más enfocado en seguir diseñando experiencias educativas que conecten a los jóvenes con su propósito, su capacidad de soñar y emprender desde su identidad y su entorno. Quiero fortalecer el modelo educativo de la Biblioteca de la Creatividad y asesorar su réplica en otras comunidades rurales y emergentes, tanto dentro como fuera de Colombia. Mi sueño es ver este proyecto convertido en una red de bibliotecas vivas que combinen conocimiento, tecnología, cultura y comunidad para transformar territorios.

Veo a la Biblioteca como un referente de educación alternativa, innovación social y desarrollo local. Un lugar que siga incubando líderes y emprendedores con conciencia social y compromiso con su territorio, y que mantenga alianzas con empresas y universidades que crean que el desarrollo también empieza desde la ruralidad.

Deseo que este modelo crezca sin perder el alma con la que fue creado, asegurando que cada joven que pase por la Biblioteca sienta que su historia tiene valor, que su voz cuenta y que tiene las herramientas para construir una vida con sentido. Y ojalá muchos de esos jóvenes se conviertan en los futuros líderes que sigan expandiendo esta visión.

19. ¿Qué papel han jugado mi familia y mis amigos?

El apoyo de mi familia y amigos ha sido fundamental. Al principio, fue difícil explicarles lo que quería lograr con la Biblioteca de la Creatividad, especialmente porque la idea de dedicarme a una iniciativa educativa y comunitaria en la ruralidad de Ciudad Bolívar, sin un modelo claro de negocio y sin garantías, generaba dudas. A pesar de eso, siempre he contado con su respaldo emocional, lo cual ha sido clave para sostenerme en los momentos de incertidumbre.

20. Yo lo logré. ¿Ayudaría a otros emprendedores a que lo logren?

Siempre estoy abierto a compartir lo que he aprendido, especialmente porque sé lo difícil que puede ser emprender sin una hoja de ruta clara. Actualmente, acompaño a emprendedores en etapas tempranas desde diferentes espacios, como incubadoras y programas de emprendimiento, donde mi enfoque principal es ayudarles a alinear sus ideas de negocio con su propósito de vida.

También he sido profesor universitario en cursos de emprendimiento, creatividad e innovación, donde busco inspirar a los jóvenes a ver el emprendimiento como una herramienta para transformar realidades, más que formar empresarios tradicionales. Me interesa que las nuevas generaciones emprendan con conciencia social y compromiso con el desarrollo de sus comunidades. Acompañar a otros emprendedores también es para mí una forma de multiplicar el impacto.

21. ¿Qué papel jugó mi equipo? ¿Quién es?

Mi equipo ha sido el motor que sostiene todo este proceso. Gracias a ellas, lo que comenzó como una idea se ha convertido en un proyecto con impacto real en la comunidad. Cada una tiene un rol clave, pero lo más valioso es cómo trabajamos de forma interdependiente, apoyándonos y sumando desde nuestras fortalezas.

Andrea Barón, cofundadora y representante legal, es esencial por su cercanía con la comunidad. Ella construye puentes con líderes locales, colegios y familias, generando confianza y conexiones que hacen posible nuestro trabajo. Yuly Triana se encarga de la parte administrativa y financiera, asegurando que cumplamos con los requisitos contables y operemos de manera ordenada y clara.

También está Andrea Vega, una joven que creció con nosotros en la Biblioteca y ahora es parte del equipo como facilitadora. Verla compartir lo que aprendió en su propio proceso es muy inspirador. Ella representa nuestro sueño a largo plazo: que los jóvenes que pasan por la biblioteca sean quienes lideren los espacios y acompañen a nuevas generaciones.

22. ¿Cuál es mi sello personal?

Lo que nos caracteriza es haber creado una propuesta educativa pensada desde la vida real de los jóvenes, desde sus sueños, preguntas e incertidumbres. En la Biblioteca de la Creatividad, se aprende, se emprende, se lidera, se escucha y se transforma.

Nos hemos enfocado en educar a jóvenes comprometidos con terminar su etapa escolar, que se atreven a imaginar nuevas posibilidades para su vida y su territorio. Jóvenes que entienden que lo que saben y hacen puede servir para construir algo propio, útil y valioso para otros.

Nuestra diferencia está en combinar educación, emprendimiento e innovación social, siempre desde lo local, desde lo que somos. No buscamos competir con otros procesos, sino sumar a aquellos que también creen que las comunidades pueden crecer con sentido, raíces y propósito.

23. ¿Qué he aprendido de todo esto?

He aprendido que emprender con propósito le da sentido a la vida. Cuando decides poner tu energía al servicio de otros, todo toma una dirección distinta. Emprender también me ha enseñado a convivir con la incertidumbre, a tomar decisiones aunque el camino no esté claro, y a confiar en que es posible construir algo valioso desde lo que uno cree.

Me he dado cuenta de que en Colombia sí se puede emprender, pero que necesitamos prepararnos desde temprano. Los niños y jóvenes deben crecer sabiendo que las oportunidades existen y que pueden aprovecharlas si tienen las herramientas, el acompañamiento y la confianza para hacerlo. Emprender no es fácil, pero es una forma real de transformar realidades y abrir camino para los que vienen detrás.

Si conoce historias de emprendedores y sus emprendimientos, escríbanos al correo de Edwin Bohórquez Aya (ebohorquez@elespectador.com) o al de Tatiana Gómez Fuentes (tgomez@elespectador.com). 👨🏻‍💻 🤓📚

Tatiana Gómez Fuentes

Por Tatiana Gómez Fuentes

Comunicadora Social - periodista de la Universidad Pontificia Bolivariana de Bucaramanga, con maestría en gestión y dirección comercial con énfasis en comunicación, publicidad y ecommerce de la Universidad Complutense de Madrid.@tagy_petustgomez@elespectador.com
Conoce más

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscríbete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.