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El joven emprendedor que creó un negocio de helados hechos con verduras nacionales

Juan David Barreto tiene 19 años, está becado y su idea nació en el colegio. Ha pasado por 30 ferias y ya han vendido más de 12.000 unidades.

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Edwin Bohórquez Aya
01 de agosto de 2025 - 03:27 p. m.
Juan David Barreto creó Verduhelados.
Juan David Barreto creó Verduhelados.
Foto: Cortesía Verdu
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Esta es una de esas historias que uno se va encontrando, literalmente, por el camino. Hace un par de semanas estaba caminando por uno de los pasillos de Más Talante, grabando un video de apoyo para uno más grande que iba a publicar en las redes sociales de El Espectador, cuando una persona me detuvo, me convenció de probar una cucharada de un alimento -una cosa que nunca hago y menos en la calle- que nos sirvió de entrada para hablar, en 1:58 segundos, sobre un emprendimiento que me sorprendió:

“¿Te imaginas comerte un helado de zanahoria o remolacha que sepa increíble? En Verduhelados lo hacemos posible. Somos un emprendimiento que transforma hortalizas frescas del campo colombiano en helados deliciosos, naturales y diferentes. Usamos ingredientes reales, de agricultores locales, y los convertimos en sabores únicos, sanos y sorprendentes. Es una forma divertida de comer mejor, apoyar al campesino y probar algo que nunca pensaste que te iba a encantar".

Y sí, mi alimento preferido no es la remolacha y tampoco el helado, y terminé comiendo por pura casualidad una cucharada que dio lugar a la publicación de esta historia. Así que aquí va la entrevista con Juan David Barreto, el creador y representante de Verduhelados, en 23 preguntas para emprendedores y sus emprendimientos:

  1. ¿Cuántos años tengo? ¿Qué estudié?

Tengo 19 años y actualmente estudio en la Universidad Sergio Arboleda gracias a una beca municipal otorgada por haber sido el mejor bachiller de Sibaté en 2022. Estoy cursando de manera simultánea las carreras de Ingeniería Ambiental e Ingeniería Industrial, en las que me encuentro en quinto semestre. Ambas carreras han influido profundamente en Verduhelados. La ingeniería ambiental me ha dado una visión de sostenibilidad, cuidado del entorno y aprovechamiento de recursos naturales, mientras que la ingeniería industrial me ha enseñado a organizar, proyectar y optimizar cada parte del modelo de negocio. Amo profundamente ambas disciplinas, y gracias a ellas, Verduhelados es más que un emprendimiento: es una propuesta integral que une el amor por el planeta, el campo y la eficiencia en cada helado.

  1. ¿Cuál fue mi idea y cuándo nació? ¿Qué fue lo que creé?

La idea de Verduhelados nació como un proyecto escolar en 2016, cuando tenía que presentar una propuesta para grado quinto. Con mucho apoyo de mi hermano y mis padres, desarrollamos los primeros helados con hortalizas. En 2022, el proyecto tomó un nuevo impulso gracias a la Escuela de Emprendimiento de Sibaté. Allí se consolidó la identidad de marca, el modelo de negocio y se dio vida a lo que hoy es Verduhelados: una propuesta de helados artesanales a base de hortalizas sibateñas, con un fuerte componente social y ambiental que busca transformar la relación de los consumidores de todas las edades con el campo y la alimentación nutritiva.

  1. ¿Cómo logre hacerla realidad y llevarla a los hechos?

Con mucha disciplina, jornadas extenuantes y el acompañamiento constante de mi familia. Hemos vivido noches sin dormir y jornadas completas de trabajo en eventos. Pero todo esto lo hemos hecho con pasión, y con el sueño de construir algo que tenga impacto real en nuestra comunidad.

  1. ¿De dónde saqué la plata para ponerla a andar y cómo la pagué?

La primera participación de Verduhelados fue posible gracias a la colaboración de amigos cercanos que creyeron en el proyecto. Nos apoyaron con dinero, materia prima y hasta con espacio en sus congeladores. A partir de allí, todo lo recaudado se ha reinvertido y hemos utilizado algunos apalancamientos financieros de bancos para seguir creciendo.

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  1. ¿Qué estoy logrando con mi emprendimiento? ¿Qué estoy cambiando con mi idea?

Estamos cambiando la percepción sobre las hortalizas, acercando el campo a la ciudad desde una experiencia diferente y deliciosa. Además, estamos abriendo un espacio para hablar del campesinado, del territorio y del medio ambiente, todo a través de un producto cotidiano como el helado.

  1. ¿Soy feliz?

Aún hay metas por cumplir, pero sin duda estoy en el camino correcto. Cada paso, cada reto y cada logro me han enseñado que esto vale la pena. Ver cómo los niños y adultos disfrutan los Verduhelados y escuchan nuestras historias es una satisfacción inmensa.

  1. ¿Vendería mi emprendimiento, mi empresa?

No. Verduhelados no es solo una empresa, es un proyecto con alma y raíces. Es una extensión de mi historia y de la de mi familia. Tal vez podría abrir la puerta a alianzas o inversión, pero sin perder el control ni el propósito.

  1. ¿Qué tan duro fue para mí emprender?

Es desafiante, especialmente al combinarlo con dos carreras universitarias. Pero con el equipo de Verduhelados y el apoyo de mi familia, todo ha sido más llevadero. Aprender a delegar también ha sido clave.

  1. ¿Cumplí mi sueño? ¿Qué me hace falta?

Verduhelados es una gran parte del sueño, pero aún no está completo. Todavía me hace falta lograr que más personas reconozcan el valor de lo campesino, que entiendan que lo que comen tiene una historia detrás, y que cada bocado puede ser un acto de conciencia. Sueño con tener nuestra planta de producción propia, expandirnos a otras regiones del país y luego al exterior, representar con orgullo a Sibaté y a Colombia como un emprendimiento que transforma. Me hace falta consolidar el proyecto social que llevamos detrás, y llegar a escuelas, comunidades y jóvenes para que se enamoren del campo y de sus raíces, tal como yo lo estoy. Este sueño sigue creciendo, y cada paso me acerca más a cumplirlo.

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  1. ¿Y ahora qué? ¿Qué sigue?

Ahora viene consolidar lo que hemos construido y llevarlo a otro nivel. Vienen retos más grandes, alianzas importantes, la formalización total con Invima, el fortalecimiento de los procesos productivos, la participación en nuevas ferias y vitrinas comerciales. También sigue nuestro proyecto educativo con talleres para niños y niñas, y campañas de concientización ambiental. Queremos que Verduhelados sea reconocido no solo por su sabor, sino por su mensaje. Queremos estar en más municipios, en más colegios, en más familias. Lo que sigue es expansión, crecimiento consciente y más historias que contar desde el campo.

  1. ¿Mi emprendimiento es escalable?

Sí, y lo es en múltiples dimensiones. Desde el punto de vista del producto, los Verduhelados pueden adaptarse a distintos contextos culturales y sabores locales, haciendo que la marca crezca territorialmente sin perder su esencia. También es escalable como modelo social, porque puede replicarse en distintas comunidades rurales articulando producción local, educación y conciencia ambiental. Tenemos una línea clara para crecer: helados nutritivos, con identidad campesina, aliados a la educación ambiental. El modelo está listo para crecer, con aliados estratégicos y con procesos optimizados.

  1. ¿Recibiría inversión de un desconocido? ¿Le cedería parte de mi empresa?

Sí, siempre y cuando el inversionista comparta los valores que nos definen: respeto por el campo, sostenibilidad, impacto social y pasión por lo que hacemos. No se trata solo de poner dinero, sino de sumar al propósito. Verduhelados no es una marca cualquiera, es un símbolo de lo que se puede lograr cuando se trabaja con amor y propósito. Estoy dispuesto a abrir puertas a quien quiera construir con nosotros, a quien entienda que un helado puede transformar vidas. Ceder parte del emprendimiento sería una decisión consciente si eso permite llegar más lejos sin perder la esencia.

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  1. ¿Qué no volvería a hacer?

No volvería a dejar de lado el control financiero. Al principio, como muchos emprendedores, me dejé llevar por la emoción de vender, de crecer, de ver resultados, sin tener una estructura financiera sólida. Aprendí que las finanzas no se pueden descuidar ni un solo día. También me arrepiento un poco de no haber aprovechado desde el inicio todos los canales digitales. A quienes están empezando les diría: controlen sus finanzas, documenten sus procesos y crean en la educación como herramienta para crecer.

  1. ¿Quién me inspiró? ¿A quién me gustaría seguir?

Me inspiran los campesinos sibateños, que día a día trabajan la tierra con amor y sin descanso. Me inspira mi papá, que ha sido ejemplo de disciplina y visión. Me inspira Sibaté, con su cultura, su historia y su campo fértil. Me inspiran también las mujeres de mi familia, como mi mamá, que han sido apoyo, fuerza y creatividad en el camino. Y me gustaría seguir el ejemplo de aquellas personas que han logrado impactar a su comunidad desde lo local, sin olvidar de dónde vienen. Me gustaría ser esa inspiración para alguien más.

  1. ¿Fracasé en algún momento? ¿Pensé en tirar la toalla?

He tenido momentos muy exigentes, pero gracias al respaldo emocional de mis papás y mi equipo, siempre he encontrado la motivación para continuar.

  1. ¿Hago parte de algún tipo de comunidad que me ayuda en este camino de emprender?

Sí, hago parte de la red de emprendedores de Sibaté, una comunidad llena de personas comprometidas, creativas y soñadoras. Entre nosotros hay apoyo, ideas compartidas, colaboración y mucha solidaridad. Es hermoso ver cómo cada uno, desde su emprendimiento, aporta algo al municipio y cómo juntos vamos creando un tejido de transformación. Esa comunidad ha sido clave para seguir adelante cuando todo se complica, y es una muestra de que el desarrollo local sí es posible cuando hay unión y visión colectiva. Además, gracias al programa FortaleSer y otras iniciativas, hemos crecido juntos.

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  1. ¿Lo que estoy haciendo trasciende? ¿Podrá impactar a nuevas generaciones?

Sí, y lo creo firmemente. Verduhelados no es solo un producto; es una idea que conecta educación, sostenibilidad y emprendimiento. A nivel educativo, estamos sembrando en los más pequeños la conciencia del valor del campo, el respeto por los campesinos y el conocimiento sobre el origen de los alimentos. Nuestros talleres con niños en espacios como San Silvana buscan inspirar nuevas generaciones que se sientan orgullosas de lo rural, que aprendan a sembrar, a cuidar el medio ambiente y a valorar lo que comen. Es una apuesta para que la educación se vuelva experiencial, significativa y conectada con la realidad de nuestros territorios.

Pero también trasciende en lo económico. El modelo de negocio que hemos construido demuestra que es posible emprender con propósito, generar ingresos dignos y al mismo tiempo crear impacto social. Verduhelados es un ejemplo de cómo los productos con identidad local pueden posicionarse en ferias nacionales, tener escalabilidad, abrir mercados y ser rentables sin perder su esencia.

Aspiramos a que nuevos jóvenes de municipios como Sibaté se inspiren en este proyecto, se animen a crear sus propios emprendimientos con conciencia y se den cuenta de que no hace falta irse lejos para triunfar. Si logramos que más personas vean al campo como oportunidad y no como resignación, estaremos generando un cambio real que perdurará mucho más allá de nosotros.

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  1. ¿Cómo me veo en 10 años y cómo veo a futuro mi emprendimiento, mi empresa?

Me veo liderando Verduhelados como una empresa nacional, con presencia en varias ciudades de Colombia y con miras a exportar. Me veo generando empleo en Sibaté, capacitando a jóvenes, haciendo alianzas con campesinos para producir localmente y transformar sus productos en algo con valor agregado. Me veo como un embajador del campo colombiano, con una marca reconocida por su sabor, su impacto social y su compromiso ambiental. Veo a Verduhelados con múltiples líneas: helados, educación, turismo rural, experiencias de siembra, y mucho más.

  1. ¿Qué papel han jugado mi familia y mis amigos?

Han sido el corazón de este proyecto. Mi papá en ventas, mi mamá en producción, mi hermano y su esposa desde el inicio, y mis amigos que me apoyan en eventos y logística. Todos han creído en este sueño. Mi sobrinito es nuestra inspiración y catador oficial. Mis primos y amigos me ayudan cada vez que hay eventos, corren conmigo, cargan, venden y celebran los logros. Cada paso lo hemos dado en equipo. No hay un día que no agradezca tenerlos. Sin ellos, nada de esto habría sido posible.

  1. Yo lo logre. ¿Ayudaría a otros emprendedores a que lo logren?

Por supuesto. Creo que el conocimiento debe compartirse. Si lo logré, fue también porque otros me enseñaron, me apoyaron, me dieron la mano. Estoy dispuesto a contar mi experiencia, a motivar, a orientar. Si alguien puede evitar errores que yo cometí gracias a mi historia, eso ya es una ganancia. Porque cuando uno crece, también tiene la responsabilidad de ayudar a crecer a los demás.

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  1. ¿Qué papel jugó mi equipo? ¿Quién es?

Mi equipo es mi familia. Mi papá es el gerente de ventas, incansable y estratégico. Mi mamá lidera la producción con una dedicación que se nota en cada helado. Mi hermano y su esposa apoyaron desde el día uno. Mi sobrinito, con su amor y curiosidad, nos recuerda cada día por qué hacemos lo que hacemos. Mis primos y amigos nos apoyan en cada evento, en los días difíciles y los buenos. Paula, que lleva el marketing, es quien le da cara digital a lo que somos. Cada uno ha sido parte esencial, y el éxito de Verduhelados es también de ellos.

  1. ¿Cuál es mi sello personal? ¿Qué me diferencia del resto?

La pasión que transmito por lo que hago. Amo tanto este proyecto que la gente se contagia y apoya no solo el producto, sino el mensaje que hay detrás de él. Es decir, mi sello es el amor que le pongo a lo que hago. La gente lo siente. En cada Verduhelado hay una historia, una convicción, un propósito. Soy una persona que cree en el valor del campo, que entiende que el negocio no es solo vender, sino transformar. Me diferencia el enfoque social y educativo que tiene mi marca, la cercanía con la comunidad, y esa mezcla única de tradición y modernidad que llevamos en cada sabor. Hago que la gente no solo pruebe un helado, sino que viva una experiencia con sentido.

  1. ¿Qué he aprendido de todo esto?

He aprendido muchísimo: de negocios, de resiliencia, de liderazgo, de trabajo en equipo. He aprendido a valorar cada error, a confiar en mi intuición, a seguir aun cuando las fuerzas fallan. He aprendido que el emprendimiento no es solo vender, es impactar, construir y dejar huella. Aprendí a amar más el campo, a entender su valor. Aprendí a no rendirme, a seguir soñando con los pies en la tierra. Y sobre todo, aprendí que cada paso cuenta.

Si conoce historias de emprendedores y sus emprendimientos, escríbanos al correo de Edwin Bohórquez Aya (ebohorquez@elespectador.com) o al de Tatiana Gómez Fuentes (tgomez@elespectador.com). 👨🏻‍💻 🤓📚

Edwin Bohórquez Aya

Por Edwin Bohórquez Aya

Comunicador social-periodista. MBA Inalde Business School. Premio Iberoamericano de Periodismo Económico IE Business School, Madrid (España). Premio a Mejor trabajo periodístico de Analdex, categoría prensa@EBohorquez_EyLebohorquez@elespectador.com
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