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La marca que transforma el “corset” en símbolo de libertad y orgullo cultural

Esta idea de negocio nació en 2021, con el propósito de crear más que ropa, darle vida a un referente de moda que celebra y representa la fuerza, belleza e identidad de las mujeres afrocolombianas, latinas y diversas.

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Tatiana Gómez Fuentes
25 de junio de 2025 - 02:19 p. m.
Ella es María Isabel Rodríguez Camacho, la emprendedora detrás de Freewoman.
Ella es María Isabel Rodríguez Camacho, la emprendedora detrás de Freewoman.
Foto: Freewoman
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“Desde pequeña me ha fascinado cómo la ropa puede contar historias, cómo puede empoderar a una persona sin que diga una palabra. Por eso decidí estudiar algo que me permitiera crear desde lo simbólico, desde la cultura y desde lo que me identifica como mujer afrodescendiente. Así nació Freewoman, una marca de corsets con estampados africanos que hacen sentir a las mujeres poderosas, libres y con estilo. No seguimos reglas de moda aburridas,¡las reinventamos".

Aquí está la historia de María Isabel Rodríguez Camacho, la emprendedora colombiana detrás de una idea de negocio que le apuesta al sector de la moda en Colombia. Hablamos con ella en 23 preguntas para emprendedores y sus emprendimientos, y aquí está su historia.

1. ¿Cuántos años tengo? ¿Qué estudié?

29 años, Diseño de Modas.

2. ¿Cuál fue mi idea y cuándo nació? ¿Qué fue lo que creé?

Mi idea nació en el 2021, justo cuando estaba en un proceso profundo de transformación personal. En ese momento me di cuenta de que quería crear algo más que ropa: quería construir una marca que representara la fuerza, la belleza y la identidad de las mujeres negras, latinas y diversas. Así nació Freewoman, una marca de corsets hechos con telas 100% poliéster estampadas con patrones vibrantes, inspirados en la estética africana. Corsets que no oprimen, sino que liberan. Corsets que no esconden, sino que realzan.

3. ¿Cómo logré hacerla realidad y llevarla a los hechos?

Empecé sola, sin un gran capital, pero con muchas ganas de crear. Aprendí a patronar y confeccionar mis propios diseños, conseguí una máquina de coser y compré mis primeras telas con lo poco que tenía ahorrado. Cada corset lo hacía con paciencia y cuidado, prestando atención a los detalles. Me lancé en redes sociales con miedo, pero con firmeza.

Usé mi cuenta personal para mostrar mis primeras piezas y poco a poco fueron llegando clientas que no solo querían un corset, sino lo que representaba. Así fui dándole forma a un sueño que hoy es mi realidad.

Si está buscando más historias de emprendimientos, sus creadores y creadoras están aquí, en Emprendimiento y liderazgo de El Espectador.

4. ¿De dónde saqué la plata para empezar? ¿Cómo la pagué?

Los primeros recursos salieron de trabajos por encargo, ventas ocasionales y apoyo familiar. Fue un proceso de ir vendiendo y reinvirtiendo todo lo que entraba. No tuve un préstamo ni un inversionista. Cada centavo lo cuidaba como si fuera oro para poder comprar más metros de tela. Hoy miro atrás y agradezco haber sido tan persistente.

5. ¿Qué estoy logrando con mi emprendimiento? ¿Qué estoy cambiando con mi idea?

Estoy logrando que muchas mujeres se sientan vistas, representadas y valoradas. He visto cómo cambia la postura y la mirada de una mujer cuando se pone un corset Freewoman: se endereza, sonríe y se reconoce. Estoy cambiando la idea de que los corsets son prendas incómodas o solo para cuerpos normativos. Aquí celebramos la diversidad, la raíz afro, lo artesanal. También estoy mostrando que se puede emprender desde lo propio, desde lo cultural, y tener impacto.

6. ¿Soy feliz?

Sí, soy feliz. Emprender tiene días muy difíciles, pero cuando veo una clienta feliz con su corset, cuando alguien me dice “esto es lo que estaba buscando”, todo tiene sentido. Me siento viva y conectada con mi propósito.

7. ¿Vendería mi emprendimiento, mi empresa?

No, no lo vendería. Esta marca es una extensión de mí, de mi historia y de muchas mujeres como yo. Tal vez en un futuro aceptaría aliados estratégicos o inversión, pero Freewoman tiene una identidad que no quiero que se diluya.

8. ¿Qué tan duro fue para mí emprender?

Fue muy duro. Me enfrenté a la falta de recursos, a la inestabilidad emocional de no saber si iba a lograrlo, sin embargo, también encontré fuerza en cada pequeña victoria. Eso me hizo más resistente, más creativa y más segura de mi voz.

9. ¿Cumplí mi sueño? ¿Qué me hace falta?

Sí, cumplí un sueño, vivir de algo que amo y que tiene sentido. Pero todavía me falta llevar la marca a nuevos mercados, contratar más mujeres, abrir un taller más grande. El sueño sigue creciendo conmigo.

10. ¿Y ahora qué? ¿Qué sigue?

Quiero posicionar Freewoman como una marca referente en Colombia y en otros países de Latinoamérica. Me gustaría lanzar una línea para adolescentes y otra más casual, sin perder la esencia. También quiero hacer colaboraciones con artistas afro y llevar mi mensaje a más espacios educativos y culturales.

11. ¿Mi emprendimiento es escalable?

Sí. Estoy construyendo procesos que me permitirán crecer sin perder calidad. Uso tela poliéster que me da versatilidad para estampar y trabajar con más rapidez.

12. Para crecer, ¿recibiría inversión de un desconocido? ¿Le cedería parte de mi empresa?

Lo consideraría, pero no con cualquier persona. Solo aceptaría inversión si el inversionista entiende y respeta el propósito de la marca. No me interesa crecer a costa de vaciar el alma del proyecto.

13. ¿Qué no volvería a hacer?

No volvería a subestimarme. Al principio dudaba mucho de mí, regalaba mi trabajo y permitía que me trataran como si no valiera. Aprendí a poner límites y a valorar mi proceso.

14. ¿Quién me inspiró? ¿A quién me gustaría seguir?

Me inspiraron las mujeres de mi familia, especialmente mi mamá y mi abuela, que siempre me enseñaron que ser negra es hermoso. También admiro a mujeres como Aurora James o Amaka Osakwe, que están revolucionando la moda con conciencia cultural.

15. ¿Fracasé en algún momento? ¿Pensé en tirar la toalla?

Sí, muchas veces. Hubo momentos en los que no tenía ventas por semanas o se me dañaban materiales. Pero siempre pasaba algo, un mensaje o una clienta feliz que me recordaba por qué no podía rendirme.

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16. ¿Hago parte de algún tipo de comunidad que me ayuda en este camino de emprender?

Sí. He participado en círculos de mujeres afroemprendedoras, colectivos de diseño emergente y espacios de formación donde compartimos experiencias, colaboramos y crecemos juntas.

17. ¿Lo que estoy haciendo trasciende? ¿Podrá impactar a nuevas generaciones?

Totalmente. Cada corset lleva un mensaje de fuerza, libertad y orgullo. Estoy segura de que esta marca está sembrando una semilla en muchas niñas y jóvenes que quieren verse reflejadas en la moda.

18. ¿Cómo me veo en 10 años y cómo veo a futuro mi emprendimiento, mi empresa?

Me veo dirigiendo un equipo más grande, exportando, enseñando y apoyando a otras mujeres a emprender. Quiero que Freewoman se convierta en una plataforma para visibilizar talento afro y que nuestros diseños lleguen a las pasarelas más importantes del continente.

19. ¿Qué papel han jugado mi familia y mis amigos?

Mi familia ha sido mi base emocional. Me han acompañado en cada etapa, celebrando y consolando cuando ha hecho falta. Mis amigos han sido parte del proceso creativo, ellas y ellos han modelado, me han dado ideas y me han impulsado a creer más en mí.

20. Yo lo logré. ¿Ayudaría a otros emprendedores a que lo logren?

Sí, y lo hago todo el tiempo. Me gusta compartir mis aprendizajes, mis errores y mis contactos. Creo profundamente en la colaboración y en que el éxito no es individual.

21. ¿Qué papel jugó mi equipo? ¿Quién es?

Mi equipo está conformado por mujeres comprometidas y talentosas. Tengo una costurera que trabaja conmigo desde el inicio, mi hermana me apoya con la logística y una diseñadora amiga me ayuda con el contenido visual. Son más que equipo: son parte de la historia.

22. ¿Cuál es mi sello personal? ¿Qué me diferencia del resto?

Mi sello es la mezcla de raíces africanas con una estética urbana contemporánea. Uso telas 100 % poliéster estampadas con colores intensos, cortes atrevidos y detalles que cuentan historias. Lo que me diferencia es que cada corset tiene una intención: hacer sentir a mis clientas libres y poderosas.

23. ¿Qué he aprendido de todo esto?

He aprendido a ser paciente, a confiar en mi proceso, a saber que emprender no es lineal. Aprendí que cada error me enseña, que cada clienta me transforma y que mi historia merece ser contada.

Si conoce historias de emprendedores y sus emprendimientos, escríbanos al correo de Edwin Bohórquez Aya (ebohorquez@elespectador.com) o al de Tatiana Gómez Fuentes (tgomez@elespectador.com). 👨🏻‍💻 🤓📚

Tatiana Gómez Fuentes

Por Tatiana Gómez Fuentes

Comunicadora Social - periodista de la Universidad Pontificia Bolivariana de Bucaramanga, con maestría en gestión y dirección comercial con énfasis en comunicación, publicidad y ecommerce de la Universidad Complutense de Madrid.@tagy_petustgomez@elespectador.com
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