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El agro colombiano, pese a la gran ventaja competitiva que le otorga su geografía, ha tenido el reto histórico de tecnificar sus procesos para competir en los principales mercados internacionales. Además de negocios insignias como el del café, el cannabis medicinal o las flores, que por años han liderado la actualización tecnológica del campo, industrias como la del arroz empiezan abrirse paso en la carrera de la modernización.
Este sector, que maneja un producto básico de la canasta familiar y que registra un consumo per cápita cercano a los 42,4 kilos al año en Colombia, recientemente logró la certificación FSSC 22000, un sello para los Sistemas de Gestión de Inocuidad de Alimentos, que avala la limpieza de la comida bajo estándares mundiales.
La empresa en recibirlo fue la tolimense Arroz Diana, que, tras hacer importantes inversiones en infraestructura, implementar procesos de punta y profesionalizar el área de calidad con un recurso humano de alta capacidad, garantizó la inocuidad de sus plantas de Espinal y Yopal, convirtiéndose así en la primera del mercado arrocero colombiano en recibir este tipo de sello.
“Elevar la competitividad del agro colombiano es una gran responsabilidad, es una forma que tenemos las empresas del campo de aportar a la reactivación económica del país. Nos enorgullece que con este sello la industria arrocera ratifique su calidad y se ponga a la altura de los principales referentes mundiales del arroz”, explicó Sergio Vélez, gerente de la Unidad de Negocio de Arroz del Grupo Diana.
De esta manera, las miles de toneladas diarias de arroz que producen estas dos plantas y que abastecen gran parte de la demanda local asegurarán procesos de calidad global, que garantizan que el tránsito de alimentos, desde el campo hasta la mesa de los consumidores, siga siendo totalmente limpio.