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Espacio 7: las tiendas “pop-up” que reúnen a más de 30 emprendimientos colombianos

Dos odontólogas que se volvieron joyeras, una creadora digital que envía mensajes en las prendas y una diseñadora gráfica que le rinde homenaje a su abuela son algunas de las marcas presentes en el espacio creado por Seven Seven. Estas son sus historias.

Lucety Carreño Rojas
27 de mayo de 2022 - 11:30 p. m.
Durante dos meses 36 emprendimientos colombianos podrán exhibir y vender sus productos en dos tiendas Seven Seven.
Durante dos meses 36 emprendimientos colombianos podrán exhibir y vender sus productos en dos tiendas Seven Seven.
Foto: Cortesía

Un día, mientras Steisa Restrepo estaba pasando tiempo en Instagram, vio que una marca de joyas mostraba en stories cómo hacía sus productos. Al verlas se dio cuenta que el proceso era similar a la fabricación de prótesis para rehabilitación oral, algo que ella sabía hacer perfectamente pues es odontóloga. Le contó a su amiga Catalina Valencia, también odontóloga, y empezaron a ensayar. Así nació Polvobronce, una marca de joyería artesanal colombiana.

“En la joyería se utiliza la técnica de cera perdida. Esa cera se somete a calor, se hace un molde y el calor evapora la cera. Luego, el metal se funde y copia la figura que dejó la cera cuando se difundió. Es el mismo proceso en coronas o prótesis, solo que en odontología se pasa a cerámica o metal”, explicó Restrepo.

Las joyeras, que se hicieron amigas en el pregrado y comparten afinidad por la moda, dividían su tiempo entre la odontología y la creación de sus joyas. Pero en diciembre de 2021 decidieron dedicarse a Polvobronce. “Llevamos tres años, pero esto ha crecido tanto que necesitaba tiempo completo”, dijo.

El nombre de la marca, contó Restrepo, surgió porque “todo nace del polvo”. “La creación que uno hace con la inspiración nace de la nada y el bronce es el material que nos permite crear”, señaló. Las piezas se elaboran en un taller de joyeros en Medellín en el que Restrepo y Valencia se encargan de hasta el mínimo detalle de su “universo lleno de detalles y animales con texturas muy reales”.

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Sobre la sostenibilidad, la empresaria mencionó que la joyería se presta para procesos amigables con el medio ambiente. En el caso puntual de su marca, dijo, el “bronce se puede volver a fundir y crear otro producto. Son piezas reparables y si ya no quieres unas aretas, puedes hacer otra pieza sin generar desechos”.

Polvobronce es una de las 36 marcas elegidas bajo una curaduría que hacen parte de Espacio 7, el marketplace liderado por Seven Seven. Una apuesta de tienda pop-up que busca apoyar y darles visibilidad a los emprendedores colombianos de categorías de moda, cuidado personal, hogar y accesorios.

“La iniciativa se da en medio de la reactivación económica para impulsar y aprender de los emprendimientos y hacer un trabajo de cocreación y colaboración para impulsar nuestro talento local y a que nuestros consumidores tengan su propio estilo. Mostramos posibles conexiones entre el sector retail y las marcas independientes nacionales. Las marcas estarán durante dos meses en dos de nuestras tiendas en Bogotá y en Medellín y en nuestra página web”, explicó Luisa Romero, directora de mercadeo de Seven Seven.

Ropa con mensajes que “salvan”

Ana María Cardona, más conocida en el mundo digital como La rubia inmoral, es la creadora de Compra la rubia inmoral, una marca de tejidos y prendas básicas con frases. “Me gusta pensar que son letreros andantes y que de golpe le podemos salvar la vida a alguien. Estoy metida en el tema de la salud mental y si en algún momento estoy mal y veo una “señal” como estas a mí me salvaría la vida y me acompañaría a seguir un día más”, aseguró la creadora de contenido digital.

La marca de ropa nació en 2020, en medio de las cuarentenas decretadas en el peor pico de la pandemia. “En ese tiempo me quedé sin contratos y pensé que tendría que regresarme a la casa de mis papás. Entonces saqué cinco sudaderas y las subí a mi página web. Eso reventó y me puse a llorar. Le dije a mi mamá que me iba a tocar devolver la plata, pero empezamos a trabajar y fue una odisea porque por el encierro no podíamos ver telas ni tocar el producto”.

La marca genera empleo a mujeres cabeza de hogar que tienen talleres pequeños en Manizales, Medellín y Bogotá. “Ellas trabajan a su ritmo, de forma segura y con pagos seguros”, aseguró la profesional en Humanidades y escritora del libro “Pastillas y cheesecake de limón”.

Cardona va en línea con el proceso hacia la sostenibilidad que está adoptando la industria de la moda colombiana con el objetivo de mitigar el impacto ambiental, social y económico que genera. “La moda rápida no es lo normal y una prenda se demora tiempo haciéndola cuando se hace con condiciones justas. Me interesan otras formas de consumir y de ver a los seres humanos”. Por eso, las prendas se hacen bajo pre-order, es decir, los artículos no se encuentran disponibles en stock sino que son confeccionados bajo pedido cuando el cliente hace la compra.

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Respecto a los cuestionamientos sobre la mercantilización de las frases sobre amor propio, salud mental y feminismo, Cardona mencionó que “tiene una gran audiencia y una prenda puede hacer mucho por alguien. He creado una comunidad, he contado mi historia, he intentado cambiar las reglas en un lugar en el que se me dijo que no podía encajar. Me di cuenta de que no tenía que hacerlo y he buscado la forma de poder ser en el mundo. Eso se lo he transmitido durante mucho tiempo a la gente que me sigue y es lindo tejer esa confianza”.

Cardona recordó que había tenido varios emprendimientos, pero que había sido inconstante. Sin embargo, al sentir la acogida que tuvo su marca con frases como “Vale la pena quedarse”, “El amor nos ha salvado la vida” y “El mundo es más lindo contigo en él”, supo que se quería dedicar a su empresa “el resto de la vida”.

Una marca de tejidos coloridos y sin género

Valentina Ramírez es la fundadora y diseñadora de A Lot Studio, otra marca creada durante la pandemia. “Nació porque queríamos ofrecer una propuesta en el mercado de moda colombiano e integrar la idea de que la ropa no debe tener género. La ropa es más bien una manera de expresarse y no define ni tu clase no tu género. Lanzamos una marca casual y cómoda para sentirnos bien con las prendas que cubren nuestra piel”, dijo la diseñadora.

Ramírez creó la marca con una socia de la India y la idea era ofrecerla en Estados Unidos, pero empezaron a publicar imágenes de los productos de redes sociales y al mercado colombiano le gustó la propuesta. “La ropa se produce en Colombia en más de siete talleres y el equipo conformado por nueve personas también es nacional porque creemos y apoyamos la economía local”, contó.

Vale la pena mencionar que Bogotá y la región cuentan con 23.783 empresas del sector moda activas, es decir, que han renovado su registro mercantil, de acuerdo con cifras de la Cámara de Comercio de Bogotá (CCB).

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A Lot Studio también es una marca que realiza colaboraciones con artistas para apoyar sus talentos y darles visibilidad. “Hacemos colaboraciones con artistas emergentes para ofrecerles otro canal de ventas. Buscamos que tengan ingresos mensuales seguros porque el arte es una de las industrias más volátiles. Nuestra marca se ha hecho de muchas personas que se han involucrado como los artistas”.

La marca acaba de lanzar una colaboración con el grupo musical Ventino. “Es una colaboración en la que trabajamos desde hace más de un año y la idea es mostrar otra visión de cómo se visten las mujeres que están en la industria musical en Latinoamérica”.

De acuerdo con Camila Esguerra, una de las cuatro integrantes de Ventino, “queríamos recordarle a la sociedad que la música va más allá de los estereotipos que sexualizan a la mujer latina que canta y en cómo se supone que se debería ver cuando se sube a una tarima. La colección es una celebración a la diversidad de la mujer. Todas somos muy diferentes en belleza, tipos de cuerpo y personalidades. La moda se trata de disfrutar las prendas y nos encantó que fuera unisex”.

Ramírez agregó que son una marca en permanente búsqueda de la creatividad y que usar una paleta de colores en ciudades sobrias es interesante porque le permite a los consumidores crear su propio estilo.

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Un homenaje a Alicia

“Mis primeros acercamientos con la moda fueron con mi abuela y es irreal que mi primera colección se muestre en este espacio. Mi abuela murió cuando comencé la marca y estar en este espacio es especial, es como si el universo me hablara”, contó conmovida Lina Corredor, creadora de C’emadier Design, una marca pensada para que la gente pueda ser quien es.

Alicia Hernández era la abuela de Corredor y es la inspiración de su colección. Hernández le heredó el gusto por la moda y los textiles, fue quien hizo el vestido de novia de la mamá de Corredor y la que le hacía ropa cuando ella era pequeña. “Sufrió de Alzheimer y me dolió no poderle mostrar lo que hice, pero espero que donde esté se sienta orgullosa. Ella siempre tuvo el sueño de tener una marca, no pudo y yo lo hice. Es un sueño de las dos y lo hago por ella. Estar en este espacio es impactante porque cuando era pequeña iba con mi abuelita a ver textiles y materiales al grupo dueño de Seven Seven”, recordó Corredor.

La marca, reconocida por sus divertidos prints, emplea a 5 personas. Actualmente vende en Honduras, Portugal, Panamá y México. La diseñadora espera continuar su proceso de internacionalizando, entrando al mercado latinoamericano y europeo. También quiere sacar una nueva colección en junio para el mercado de Estados Unidos.

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¿Cómo están llevando la crisis de los contenedores estás marcas?

Para confeccionar una prenda se requiere de hilos, tela, cremalleras y botones, insumos y otras materias primas que llegan a los puertos, son descargados, entregados al importador y llevados a un taller o satélite. Desde hace unos meses, esos procesos no se están ejecutando a tiempo por la llamada crisis de los contenedores. El impacto en la industria textil nacional ya se está presentando.

“Las lanas y los hilos son difíciles de conseguir. Aunque he crecido más ha sido complejo porque no puedo sacar las colecciones como quiero. Estoy muy reducida en colores y materiales, pero creo que si algo dejan las crisis es la capacidad de adaptarse. Además, como mi producto no es en masa tengo forma de moverme”, dijo Cardona.

Por su parte, Ramírez explicó que la crisis nos “dio duro” porque hay ciertos materiales que no se hacen solo con insumos colombianos, sino que son materiales como nylon o viscosas que vienen de China o Vietnam y los insumos han sido pocos. “Con base en eso nos hemos adaptado y diseñado con lo que hay. Le pone otro retro a lo que es sacar nuevos productos, innovar y crear con poco”.

En cuanto al retail que reúne a estas marcas, aseguró que no ha visto mayor afectación, pues tienen mucha producción local, más de 2.900 costureros nacionales y generan más de 4.000 empleos directos.

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Lucety Carreño Rojas

Por Lucety Carreño Rojas

Comunicadora social de Uninpahu, vinculada a El Espectador desde 2016. Periodista de moda y negocios. Directora de El Hilo, el formato audiovisual de moda de EE.@LucetyClcarreno@elespectador.com

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