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Las grandes empresas estadounidenses se declararon en quiebra al ritmo más rápido en 15 años hasta los tres primeros meses de 2025, según informó el jueves S&P Global Market Intelligence.
Un total de 188 quiebras fueron presentadas por grandes empresas hasta marzo, la mayor cifra desde que se presentaron 254 en los tres primeros meses de 2010, dijo S&P en un informe. El año pasado, se presentaron 139 quiebras de grandes empresas en el mismo periodo de tres meses.
Entre las empresas que solicitaron protección judicial en marzo figuran el propietario del operador minorista estadounidense Forever 21, la canadiense Mitel Networks y el productor cinematográfico Village Roadshow Entertainment Group. La empresa de pruebas genéticas 23andMe y la cadena de restaurantes Hooters of America también quebraron el mes pasado.
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“Las empresas, en particular las que tienen balances más débiles, siguen enfrentándose a desafíos a medida que la deuda vence y necesita refinanciarse a tipos de interés más altos que en el momento de la emisión”, dijo S&P.
La elevada tasa de declaraciones de quiebra se produce tras un aumento de las quiebras empresariales en los últimos años. El número de empresas que se declararon de nuevo en quiebra en 2023 y 2024 fue el mayor en un periodo de dos años desde 2020, según informó anteriormente Bloomberg News.
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💼¿Y las empresas de Colombia?
Colombia atraviesa un momento empresarial de contrastes tan marcados como los de su geografía. En un informe del Grupo Cesce, mientras 183.000 compañías cerraron sus puertas entre enero y septiembre de 2024 (36 % más que el año anterior), otras tantas decidieron apostar por el crecimiento.
Medellín y Barranquilla, por ejemplo, no solo lideraron el aumento en ventas y generación de empleo formal, sino que también marcaron la pauta en inversión y expansión. Solo en Medellín, 32,3 % de las empresas destinaron recursos para ampliar su capacidad productiva, según la Encuesta Ritmo Empresarial de 2025. Pereira sorprendió al encabezar el crecimiento en ventas con un repunte de 59,5 %, seguida por Medellín con un sólido 47 %. Bogotá, en cambio, retrocedió.
El termómetro de las expectativas no está frío. A pesar de la incertidumbre política y económica (el obstáculo más citado por los empresarios), 34,7 % proyecta un aumento en sus ventas superior al 20 % para el primer semestre de 2025. En Barranquilla, 30 % de las empresas espera contratar más personal, y en Cali, 40,3 % tiene planes concretos de expansión.
Incluso con esa visión positiva, el país sigue perdiendo dinamismo empresarial: la creación de nuevas empresas cayó 21 % respecto al mismo periodo del año anterior, y la cifra total (167.000 firmas) es la más baja desde 2020. Lo que nace es menos de lo que muere.
A nivel sectorial, los servicios administrativos, el alojamiento, la minería y la alimentación concentran los mayores cierres. Pero paradójicamente, los procesos formales de insolvencia bajaron 24 %, el nivel más bajo en cuatro años, lo que apunta más a una desaparición silenciosa que a una reorganización ordenada.
Como ya se mencionó, la quiebra de Forever 21, uno de los retails más conocidos del país, terminó sus operaciones el año pasado. A la lista de las más conocidas también se sumó General Motors, Colchones Paraíso y, por supuesto, el de los Supermercados Colsubsidio.
Las empresas que sobreviven, por otro lado, se están moviendo con claridad: Estados Unidos sigue siendo el principal destino de exportación (24,8 %), y la sostenibilidad escala como prioridad. Medellín, Barranquilla y Cali avanzan hacia las energías renovables, mientras Bogotá apuesta por economía circular y Bucaramanga por turismo sostenible.
Aunque los indicadores económicos sugieren una recuperación parcial con una inflación en 5,09 %, según el DANE, y una tasa de intervención del Banrep en 9,5 %, el clima político empaña el horizonte.
La última encuesta de Fedesarrollo revela una paradoja: mientras mejora la percepción sobre las condiciones económicas (7,5 %), cae la confianza en el entorno sociopolítico (-5,8 %).
Esta dualidad ayuda a explicar por qué, a pesar de la disminución en los procesos de insolvencia y del repunte en la confianza comercial (que alcanzó su mejor nivel anual en febrero de 2025), el tejido empresarial sigue siendo frágil.
En cuanto a los aranceles, el gravamen de 10 % para Colombia podría afectar las ventas en Estados Unidos. Aunque los resultados de estas medidas están por verse en los próximos meses.
Por ahora, menos empresas nacen, más cierran, y las que resisten lo hacen con reservas.
El problema no es solo económico, es institucional: una economía puede estabilizarse, pero sin certidumbre política, las decisiones de inversión se postergan. Y cuando eso ocurre, la desaceleración empresarial se vuelve estructural.
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