
Las mujeres de Asomaricos desafían tormentas y varadas en faenas que pueden durar hasta una semana.
Foto: Aunap
La primera vez que fue a una faena el movimiento del barco la mareó. Para entonces, Salma Mosquera no sabía casi nada de la pesca, porque se dedicaba principalmente a manejar mototaxis en Bahía Solano. Pero llegó a la Asomariscos en búsqueda de más ingresos para el sustento de sus cuatro hijas, pues es cabeza de hogar. Así terminó saliendo a pescar a mar abierto y siendo la representante legal de la Asociación.
Con las salidas, fue aprendiendo a hallar el pescado y se acostumbró al movimiento de las olas.
Cuando salen, todas las mujeres de la...
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