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“Hay que estar preparados para que el desempleo sea más alto”: Minhacienda

El ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, reconoce que en 2015 el desempleo fue de 8,9%, mientras para 2016 se proyecta en 9,1%.

Redacción Economía y Negocios
06 de marzo de 2016 - 02:00 a. m.

Al jefe de esa cartera, le ha tocado capotear una de las corridas más duras por las que haya pasado Colombia, debido a la caída en los precios del petróleo y la grave repercusión que tiene en las cuentas fiscales de la Nación. Ha visto cómo las exportaciones no despegan, el dólar se eleva y el peso decae, baja el crecimiento de la economía, el desempleo sube, la producción de crudo se reduce, la inflación se engorda y, además, le ha tocado recibir la lluvia de críticas de líderes gremiales que piden a gritos la reforma tributaria estructural ya. Así, con este rosario de lamentos, hay quienes, asustados, creen que todo se puede poner peor. Por eso, en conversación con El Espectador, Cárdenas despeja dudas y deja claro que el desempleo sí va a subir este año.

Hay quienes dicen que podríamos estar tocando las puertas de una crisis. ¿Qué tan deteriorada está la economía colombiana?

La economía naturalmente tiene retos. La caída del precio del petróleo es uno de ellos. También el problema que hemos tenido con las exportaciones a Ecuador y Venezuela. Naturalmente, las condiciones de la economía global, como el menor crecimiento de la China, son retos grandes, pero de ahí a decir que estamos en la antesala de una crisis hay mucho trecho, porque para que eso pase la economía tiene que estar en una posición de mucha debilidad. Y si algo tiene Colombia es una gran fortaleza en sus instituciones económicas y en sus políticas económicas.

Colombia es un país muy admirado en la forma como maneja la política monetaria, como ha manejado la política fiscal, como ha manejado la regulación financiera. Es un país que tiene buenos fundamentales. Es un país sólido. Naturalmente, está en un mundo interconectado, tiene interdependencia con el resto del mundo, pero es uno de los países mejor preparados para capotear las condiciones actuales de la economía global, no tengo la menor duda.

Las calificadoras nos tienen entre ceja y ceja. Por eso el Gobierno, entre otras medidas, hizo el recorte de los $6 billones, pero hay quienes creen que se quedó corto. ¿ qué opina?

El recorte se hizo con el único propósito y objetivo de respetar nuestras reglas de juego y en particular la regla fiscal, que no es un capricho. La regla fiscal tiene el beneficio y la ventaja de que es una carta de navegación que da credibilidad, confianza en la economía. Y la confianza hoy en el mundo vale oro. Lo hicimos, como lo hemos hecho en el pasado, cuando hay que recortar el gasto para cumplir con las metas de la regla fiscal, pues no nos tiembla la mano, porque sabemos lo importante que es para los mercados que se cumpla lo que hemos anunciado.

Recortamos $6 billones el presupuesto, y con nuestros cálculos es suficiente para cumplir la regla fiscal, pero naturalmente uno siempre tiene que reservarse el derecho suficiente para actuar cuando sea necesario. Hoy por hoy, con el escenario que estamos viendo, en materia de ingresos fiscales, que por cierto van bastante bien, totalmente en línea con nuestros presupuesto, el recorte de los $6 billones es suficiente para ponernos en la meta fiscal de este año.

Pero si llegara a ser necesario hacer más, lo tendríamos que hacer; es un escenario hipotético, pero es un espacio que uno se tiene que dejar. Ojalá que no tengamos que hacerlo, que el desempeño sea exactamente lo que estamos previendo en este momento en términos de crecimiento del PIB, pero de ser necesario, lo haríamos para cumplir con nuestra meta fiscal.

La gente está asustada con la cifra de desempleo de enero: 11,9%. Analistas de mercado se sorprendieron de que fuera tan alta. ¿Esa tendencia se va a mantener este año?

Con una economía creciendo al 3%, que es lo que nosotros estamos proyectando para este año, seguramente la tasa de desempleo va a aumentar un poco. No tanto como aumentó en enero, porque ese es un mes estacional, es un mes de más desempleo, pero tenemos que estar preparados para que la tasa de desempleo promedio para 2016 sea un poco más alta que la de 2015. Y eso por el simple efecto del menor crecimiento de la economía. Es completamente natural, y aquí es mejor no crear expectativas que después no se puedan cumplir. Nuestra credibilidad está basada en que el Gobierno plantee las condiciones económicas con mucha seriedad, y es así como le digo que no veo ninguna crisis, ninguno de los síntomas de una crisis, y también le tengo que decir con la misma sinceridad que este año la tasa de desempleo va a ser un poco más alta que la del año pasado.

¿En cuánto creen que va a cerrar este año?

El año pasado fue 8,9%. Este año creemos que puede ser 9,1%.

Se mantiene en un dígito...

Eso sí, con un crecimiento del 3%, la tasa de desempleo se mantendría en un dígito.

La recuperación del precio del petróleo no se ve cercana. ¿Cuánto va a tardar el país en reemplazar esa dependencia petrolera?

Hay dos temas distintos. Uno es lo fiscal: cuánto puede tardar el Estado en reemplazar los ingresos fiscales que recibía del petróleo. Y otra cosa es cuánto se puede demorar la economía, desde el punto de vista del crecimiento, el empleo, en reemplazar lo que le aportaba el petróleo. Son dos temas. Hablemos de los dos por separado.

El efecto fiscal, la reducción de ingresos fiscales, es 3% del PIB. Eso es lo que recibíamos en 2013 que ya no estamos recibiendo y que no esperamos recibir en los próximos años. Tres puntos del PIB. Hasta ahora esos tres puntos del PIB los hemos acomodado de la siguiente manera: una tercera parte con menor gasto, otra tercera parte con más impuestos de otros sectores y otra tercera parte más déficit. La tercer parte que es más déficit es temporal; es un mayor déficit que podemos tener por un tiempo, digamos que tenemos tres años para que eso desaparezca. Ese tercio, que es 1,3% del PIB lo tenemos que volver más impuestos o menos gasto. Yo creo que el país, congruente con lo que se ha hecho hacia atrás, va a volverlo la mitad menos gasto y la mitad más impuestos, de esa manera terminaremos de acomodarnos a la menor renta petrolera desde el lado fiscal. Entonces, al final, esos 3 puntos del PIB en unos tres años serán reemplazados con 1,5% de más impuestos y 1,5% de menos gastos.

En la medida en que la producción de petróleo se mantenga en niveles como los que estamos viendo, de 920.000 o 930.000 barriles, el empleo en las zonas petroleras no se afecta tanto, no es la gran participación de ese sector en el empleo. Seguramente la remuneración de sus contratistas va a disminuir porque han tenido que ajustar sus precios, pero eso no tiene un efecto macroeconómico que no se pueda compensar con el mayor crecimiento de la industria, del agro o del turismo. En la parte macroeconómica es más fácil compensar los efectos sobre el PIB, sobre el empleo, con el crecimiento de la industria o la agricultura y el turismo, porque el sector en esas cuentas pesa menos. Peso mucho más en la parte fiscal y por eso con un repunte de la industria o el agro se contrarresta la caída de la producción del sector minero energético.

Pero aquí ha habido un malentendido. La gente piensa que nosotros como sociedad no tenemos que preocuparnos por el sector petrolero o el minero, pero el país necesita, así sea a menor precio, esas exportaciones, porque es difícil reemplazarlas en el corto plazo, no es fácil encontrar sustitutos. Nosotros debemos mantener muy dinámicos esos dos sectores, así sea con menos precios.

¿El Gobierno venderá otra de las empresas que tiene entre sus activos? ¿Necesita ese dinero?

No tenemos planes de ventas de activos en concreto.

¿Tienen entre sus cuentas que la reforma tributaria estructural quede aprobada este año y se empiece a ejecutar en enero de 2017? ¿Cuánto esperan recaudar de más con esa reforma? ¿Con eso taparán el hueco fiscal que ya va por encima de los $30 billones?

Primero quiero referirme a lo que usted denomina el “hueco” de $30 billones. Es una forma muy particular de referirse al déficit fiscal (3,6% del PIB). El propósito de la reforma tributaria no es eliminar este déficit. Nuestra regla fiscal permite un nivel de déficit como el que tenemos este año, no por capricho sino porque en una economía con el nivel de crecimiento, necesidades de inversión pública y moderado nivel de endeudamiento que tiene la nuestra es conveniente. Lo que hace la regla fiscal es impedir que ese déficit sea excesivo.

En cuanto a los ingresos que debe aportar la reforma tributaria, recordemos que, además de mejorar la estructura, equidad y competitividad, se deben asegurar los ingresos posteriores a 2018, pues, como es bien sabido, hay varios impuestos actuales que expiran ese año. Por lo tanto esta reforma tiene ante todo objetivos de mediano y largo plazo que nos deben ayudar a construir los consensos políticos necesarios para su éxito.

Por Redacción Economía y Negocios

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