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El país aún necesita una política monetaria “restrictiva” para asegurar que la inflación se desacelere al 3 % el próximo año, dijo el gerente del Banco de la República, Leonardo Villar. De ese modo ha desafiado a los llamados del presidente Gustavo Petro para realizar recortes profundos que impulsen el crecimiento económico.
Villar restó importancia a los ataques de Petro, afirmando que si los gobiernos y los responsables de la política monetaria siempre estuvieran de acuerdo, no habría necesidad de que los bancos centrales fueran independientes.
Tras años de pedir una política monetaria más flexible para reactivar el lento crecimiento económico, la paciencia de Petro se desbordó, y en marzo acusó a Villar y a sus colegas de sabotear la economía para hundir su proyecto político de izquierda.
Colombia ha reducido su tasa clave solo un cuarto de punto porcentual este año, al 9,25 %.
Villar afirmó que la inflación no se ha desacelerado tan rápido como se pronosticó y que las expectativas se mantienen por encima de la meta. Esto sugiere que la tasa necesaria para que la inflación alcance su meta es “un poco más restrictiva de lo que se podía pensar hace ocho meses”, declaró.
Se proyecta que la economía se expandirá un 2,7 % este año y que la demanda crecerá a una tasa anual del 4 %, por lo que la política monetaria claramente no está asfixiando la economía, añadió.
“La tasa es suficientemente restrictiva para garantizar la convergencia de la inflación a la meta cero, pero no se puede argumentar que es una tasa que está impidiendo una recuperación económica”, afirmó.
Las diferencias entre el banco y los jefes de Estado se ha dado también en otros lugares del mundo. Por ejemplo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha atacado repetidamente al presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, por mantener las tasas de interés elevadas, y lo ha insultado tildándolo de “cabeza hueca” y “Powell tardío”. También intentó destituir a la gobernadora Lisa Cook, quien está impugnando la destitución en los tribunales.
Otro caso es que en los últimos años, el líder brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, ha acusado al banco central de frenar la economía al imponerle costos de endeudamiento excesivos. Las autoridades de otros mercados emergentes también se ven presionadas.
La inflación anual de Colombia se aceleró al 4,9 % en julio. El banco superará su meta de inflación del 2 % al 4 % por quinto año consecutivo para el 2025, según la propias previsiones del Banco de la República.
Déficit y reforma tributaria
Otro factor que impide recortes más profundos en las tasas de interés es el déficit fiscal nacional, afirmó Villar. La tasa de interés “neutral”, que no estimula ni frena la economía, es aproximadamente un 2,7 % superior a la inflación, añadió. Y considera que un déficit amplio tiende a elevar esta cifra.
En un intento por controlar dicho déficit, el gobierno radicó un proyecto de ley en el Congreso, con el que buscan aumentar los impuestos a los ricos, a las empresas de servicios financieros, al petróleo y la minería, al alcohol, al tabaco, a los juegos de azar en línea, los bienes de lujo, entre otros.
Con la reforma tributaria se busca lograr un recaudo de unos $26,3 billones que le sirvan al gobierno para financiar el Presupuesto General de 2026.
En contexto: Una nueva reforma tributaria por $26 billones: entre ambiciosa e impopular
Tanto Moody’s Ratings como S&P Global Ratings rebajaron la calificación crediticia de Colombia en julio, alegando el aumento de la deuda y la suspensión de los límites fiscales. El gobierno proyecta un déficit fiscal equivalente al 7,1 % del producto interno bruto para este año.
“Hay un consenso bastante grande sobre que entre los riesgos más importantes que tiene la economía colombiana es el déficit fiscal y el aumento de la deuda que estamos observando en el periodo reciente”, finalizó Villar.
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