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El presidente Donald Trump dijo que planea ser “muy amable” con China en cualquier negociación comercial y que los aranceles caerán si los dos países pueden llegar a un acuerdo, una señal de que podría estar revirtiendo su postura dura sobre Pekín en medio de la volatilidad del mercado.
“Se reducirá sustancialmente, pero no será cero”, declaró Trump el martes en Washington, tras las declaraciones previas del secretario del Tesoro, Scott Bessent, de que el estancamiento arancelario es insostenible. Trump añadió: “Vamos a ser muy comprensivos y ellos también, y veremos qué sucede”.
Trump también afirmó que no veía la necesidad de afirmar que se “mantendría firme” con el líder chino Xi Jinping y que durante las conversaciones no abordaría la COVID-19, un tema muy sensible políticamente en Pekín. La Casa Blanca lanzó recientemente un sitio web que sugería que el virus provenía de un laboratorio en China, lo que irritó a los diplomáticos del país.
Los comentarios de Trump se producen en un momento en que las acciones y los bonos del Tesoro estadounidense se han visto gravemente afectados desde que impuso aranceles radicales el 2 de abril, anunciando posteriormente una prórroga de 90 días para la mayoría de los países. Los aranceles del 145 % que Trump impuso a China este año siguen vigentes, aunque ha hecho excepciones para las computadoras y los productos electrónicos de consumo populares.
“Trump está entrando en pánico debido al desplome de los mercados y a los altos rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense”, declaró Alicia García Herrero, economista jefe para Asia-Pacífico de Natixis. “Necesita un acuerdo, y rápido. China no necesita ofrecer nada importante en estas circunstancias”.
China no ha respondido oficialmente a la promesa de Trump de ser “amable”, pero el medio de comunicación Cailian lo calificó como “una señal de que Trump ya está suavizando su postura sobre sus políticas arancelarias distintivas”.
Pekín indicó a principios de este mes que quiere ver una serie de medidas por parte de la administración Trump antes de aceptar cualquier diálogo, especialmente frenar los comentarios despectivos de los miembros de su gabinete.
Otras condiciones incluyen una posición estadounidense más consistente y una voluntad de abordar las preocupaciones de China en torno a las sanciones estadounidenses y Taiwán, según una persona familiarizada con el pensamiento del gobierno chino, que pidió no ser identificada.
Pekín también quiere que Estados Unidos designe una persona de contacto para las conversaciones que tenga el apoyo del presidente y pueda ayudar a preparar un acuerdo que Trump y Xi puedan firmar cuando se reúnan, dijo la fuente.
China había expresado anteriormente su descontento con los comentarios que hizo el vicepresidente JD Vance sobre los “campesinos chinos”, y un diplomático los calificó de “ignorantes e irrespetuosos”.
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