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China mantiene la “mente abierta” sobre diálogo comercial de G7

El G7 está trabajando en una iniciativa destinada a frenar los abusos comerciales de China, como la transferencia forzada de tecnología.

29 de julio de 2021 - 09:09 p. m.
Close up of China Yuan coins and banknote for saving investment and business concept.
Close up of China Yuan coins and banknote for saving investment and business concept.
Foto: Getty Images/iStockphoto - Dilok Klaisataporn

El embajador de China ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) dijo que hay margen para que Pekín trabaje con Estados Unidos, la Unión Europea y otras naciones occidentales en un acuerdo destinado a frenar las prácticas que están en el centro del conflicto comercial que aún persiste entre EE.UU. y China.

“China mantendrá la mente abierta a ello”, dijo Li Chenggang en una entrevista en Ginebra el miércoles, su primera conversación conocida con un medio de comunicación occidental desde que fue nombrado en febrero. “Si tenemos una discusión justa y franca sobre los temas, creo que China hará todo lo posible para mantener la mente abierta”.

Los ministros de Comercio de las siete economías avanzadas más grandes del mundo están trabajando en una iniciativa destinada a frenar los abusos comerciales de China, como la transferencia forzada de tecnología, los subsidios industriales que alteran el mercado y las acciones que distorsionan el comercio por parte de empresas estatales.

El objetivo del Grupo de los Siete en las conversaciones, que se han estado realizando desde 2017, es producir un acuerdo que pueda ser adoptado finalmente por los miembros de la OMC. Pero lograr que China se una a las conversaciones, cuyo objetivo es aparentemente restringir el modelo económico estatal de Pekín, sigue siendo un gran obstáculo.

Si China se suma, las negociaciones podrían representar el intento más importante de reescribir las normas de la OMC desde que se lanzó la fallida Ronda de Doha de negociaciones comerciales en 2001.

Sin embargo, Li advirtió que las nuevas normas de comercio internacional no deben negociarse en ausencia de China y luego presentarse como un hecho consumado. “No se puede prejuzgar su conclusión y luego poner las normas sobre la mesa y pedir a los demás que simplemente digan ‘sí’ o ‘no’”, señaló. “Eso dificultará mucho el debate”.

Una resolución multilateral integral de las prácticas comerciales más divisivas de China lograría mucho más que la tregua bilateral que EE.UU. y China firmaron en 2019 y que dejó sin resolver muchos de los conflictos clave en la relación comercial entre ambos países.

Li dijo que estos temas no se abordaron en la primera fase del acuerdo comercial entre EE.UU. y China porque la Administración Trump nunca apoyó sus acusaciones con pruebas.

“En las negociaciones y discusiones, frecuentemente le pedimos a la otra parte, ‘Por favor, dénnos los hechos’”, dijo Li. “Si hay un problema real en la práctica, lo investigaremos. Si algo está mal, lo corregiremos. Pero no hay hechos”.

“La otra parte dice que tal vez algún día tomemos represalias contra nuestras empresas”, agregó Li. “Pero si no puede darme los hechos, ¿qué puedo hacer?”

Ciertamente, EE.UU. publicó un extenso informe en 2018 que detallaba las formas en que el “modelo económico perturbador del comercio liderado por el Estado” de China perjudicó a otras naciones.

El informe señala que China proporciona subsidios masivos que distorsionan el mercado a sus industrias nacionales, ejerce control sobre sus empresas estatales e influye en el precio de factores clave de producción, como la tierra, la mano de obra, la energía y el capital.

El informe estadounidense se refirió a la presentación de Alibaba Group Holding Ltd. a la Comisión de Bolsa y Valores de 2014, en la que se afirmaba que el Gobierno chino “ejerce un control significativo sobre el crecimiento económico de China mediante la asignación de recursos, el control del pago de obligaciones denominadas en moneda extranjera, la fijación de la política monetaria, la regulación de los servicios e instituciones financieras y la concesión de un trato preferencial a determinaas industrias o empresas”.

En cuanto al robo de tecnología, EE.UU. publicó un informe en 2018 en el que se detallaba como las restricciones a la propiedad extranjera de China, las aprobaciones administrativas y los requisitos de las empresas conjuntas en sectores como los vehículos eléctricos y la aviación obligaban a las empresas extranjeras a transferir sus secretos tecnológicos a los chinos.

El informe decía que “las empresas extranjeras no tienen un recurso efectivo en China y han dudado en denunciar estas presiones informales por temor a las represalias del Gobierno chino y a la posible pérdida de oportunidades de negocio”.

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Rafegovi(bsj1v)30 de julio de 2021 - 03:41 a. m.
Difícil para el G-7 y para Occidente en general, llevar a China al redil del "capitalismo salvaje" regentado por los organismos multilaterales de crédito, las agencias calificadoras de riesgos y la OMC. Más aún, cuando pretenden imponer absurdos económico-sociales y políticos como que el Estado chino no ejerza control sobre las empresas que son de su propiedad o que no fije política monetaria.
  • Rafegovi(bsj1v)30 de julio de 2021 - 04:05 a. m.
    Ese recetario absurdo para lame-suelas que Estados Unidos y sus epígonos occidentales quieren imponer a China, no es otra cosa que un intento desesperado para frenar su ascenso a la categoría de Primera Economía del Mundo. No son gratuitas las sanciones y gravámenes comerciales impuestas a China por los norteamericanos de cara a reducir el rezago estratégico de Occidente en materia de Redes 5G.
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