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La economía mundial ha mostrado una mayor resiliencia de la esperada en 2025, impulsada por mejores condiciones financieras, el aumento de la inversión y el comercio ligados a la inteligencia artificial, y el apoyo de las políticas macroeconómicas, según el más reciente panorama de la economía global de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), publicado este martes 2 de diciembre.
Sin embargo, el organismo advirtió que bajo ese mejor desempeño están aumentando las fragilidades, con señales de enfriamiento en los mercados laborales, más riesgos en los mercados financieros y nuevas tensiones asociadas al comercio mundial.
En su escenario central, la OCDE proyecta que el producto interno bruto (PIB) mundial crecerá 3,2 % en 2025, pero se moderará a 2,9 % en 2026, antes de repuntar levemente a 3,1 % en 2027.
El organismo explica que, en el corto plazo, la actividad económica se vería afectada por el impacto de mayores aranceles, la incertidumbre geopolítica y las tensiones de política económica, mientras que hacia finales de 2026 la mejora de las condiciones financieras y una inflación más baja volverían a darle impulso a la demanda.
Los pronósticos de la OCDE para Colombia
Para el caso de Colombia, la OCDE proyecta que la economía crecerá 2,8 % en 2026 y 2,9 % en 2027, ubicándose por encima del desempeño esperado para Estados Unidos y para varias economías europeas en ese mismo periodo.
En contraste, la OCDE prevé que Estados Unidos crecerá 1,7 % en 2026 y 1,9 % en 2027, mientras que varias de las principales economías de Europa se moverán en un rango cercano o inferior al 2 %.
El promedio de los países de la OCDE, por su parte, sería de 1,7 % en 2026 y 1,8 % en 2027, lo que refuerza la trayectoria de Colombia como una de las economías con mayor dinamismo dentro del grupo.
Riesgos en el panorama global
Pese al mejor desempeño de algunas economías emergentes, la OCDE advirtió que los riesgos sobre el panorama global siguen siendo elevados. Entre ellos se cuentan la posibilidad de nuevas barreras al comercio internacional, una revalorización abrupta del riesgo en los mercados financieros, posibles tensiones en instituciones financieras no bancarias altamente apalancadas y la volatilidad de los mercados de criptoactivos. A esto se suman las preocupaciones fiscales en varios países, que podrían seguir presionando al alza las tasas de los bonos de largo plazo.
La OCDE también destacó que las economías emergentes de Asia seguirán siendo el principal motor del crecimiento mundial en los próximos años. El organismo prevé que, tras el menor dinamismo esperado en 2026 por el impacto de los aranceles y la incertidumbre global, la actividad económica volverá a tomar fuerza hacia finales de ese año y en 2027, impulsada por la mejora de las condiciones financieras, una inflación más baja y la fortaleza de los mercados asiáticos.
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