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Vanguard lidera salida récord de bonos en Colombia tras rebaja de S&P

Los fondos liquidaron cerca de $3,4 billones (US$855 millones) en julio, tras la decisión de S&P Global de bajar la calificación crediticia del país.

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Fondos de inversión administrados por Vanguard, uno de los mayores gestores de activos del mundo, lideraron en julio una venta récord de bonos locales de Colombia. La salida se produjo luego que la calificación de los instrumentos bajó a grado especulativo.

El Vanguard Total International Bond II Index Fund —que invierte en deuda denominada en monedas distintas al dólar y con grado de inversión— fue el mayor vendedor de títulos colombianos, según datos de la Contraloría General a los que accedió Bloomberg.

En total, ocho fondos administrados por Vanguard liquidaron sus posiciones en bonos en pesos del país, deshaciéndose de $3,4 billones (US$855 millones) durante el mes.

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La decisión de S&P Global Ratings a fines de junio de degradar la deuda en moneda local a grado especulativo provocó la exclusión de los bonos de los principales índices. Eso obligó a los fondos a vender, explicó el director de Crédito Público, Javier Cuellar. Los bonos en moneda extranjera de Colombia ya habían sido recortados a grado especulativo durante la pandemia.

Entre los grandes vendedores del mes pasado estuvieron algunos de los inversionistas institucionales más influyentes del mundo: el fondo soberano de Noruega, los fondos soberanos de Abu Dabi y Kuwait, y el administrador de pensiones de Quebec, CDPQ. Fondos de BlackRock también se ubicaron entre los principales vendedores.

En total, inversionistas extranjeros vendieron 13 billones de pesos (US$3.200 millones) en TES —los bonos del gobierno colombiano en pesos—. Se trata de la mayor salida mensual desde que existen registros en 2013, según datos oficiales.

S&P Global bajó la calificación de la deuda local de Colombia tras la decisión del gobierno de suspender la regla fiscal durante los próximos tres años y por su previsión de un déficit fiscal de 7,1% del producto interno bruto en 2025, el más amplio desde la pandemia.

Además de Standard & Poor’s, Moody’s también rebajó la calificación de Colombia; Fitch podría hacerlo en los próximos meses.

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La jugada en francos suizos

Un informe de Corficolombiana advierte que, ante la presión de caja, el Ministerio de Hacienda ha recurrido a operaciones de tesorería en una magnitud inédita —$42,7 billones, 21 % del financiamiento de 2025, siete veces el promedio de la última década— y a una estrategia que ha llamado la atención tanto como las cifras fiscales: un préstamo de corto plazo en francos suizos, a tasa reducida, para adquirir TES y bonos globales con fuertes descuentos.

El Gobierno espera pagar ese crédito en los próximos 12 meses con emisiones en euros y pesos, aprovechando el diferencial de tasas (carry trade). La operación, además de intentar abaratar el costo de la deuda y diversificar la exposición externa —hoy concentrada en 90 % en dólares—, ha impulsado las valorizaciones en el mercado de TES, en contraste con el deterioro macrofiscal.

En julio, el Ministerio fue el principal comprador neto de TES, con $10,5 billones, mientras inversionistas extranjeros liquidaron posiciones por $6,4 billones, la mayor salida histórica de capitales de deuda interna.

La operación no está exenta de riesgos: un cambio en las condiciones de mercado podría activar un llamado a margen, obligando al Estado a entregar más títulos o caja como colateral, lo que comprometería liquidez. Más preocupante aún, según analistas, es que la estrategia está permitiendo financiar un aumento adicional del gasto, respaldada por la creación de una “reserva estratégica de liquidez” de $20 billones que se usará para prefinanciar el gasto de 2026.

El resultado inmediato es un desplazamiento del ahorro privado por el público (crowding out) y un alivio transitorio en las tasas de interés, pero con una factura futura elevada. “No hay almuerzo gratis”, advierten los economistas: sin un ajuste real de ingresos y egresos, la deuda seguirá aumentando hasta niveles insostenibles.

Mercado anestesiado, reloj en cuenta regresiva

Por ahora, el mercado local de deuda parece anestesiado. Las tasas de los TES han caído más de 100 puntos básicos desde que inició la operación, y la curva de rendimientos se ha aplanado.

Sin embargo, esta calma depende de que el Ministerio siga comprando títulos y suministrando dólares al mercado. Cuando cese esa demanda, el riesgo fiscal —hoy difuminado— se incorporará de golpe a los precios.

Con un déficit fiscal creciente, un gasto en ascenso y un endeudamiento cada vez más complejo, el reto no es solo financiero, sino político: recuperar la credibilidad en la gestión fiscal antes de que el país pierda margen de maniobra y quede expuesto a un ajuste forzado.

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