Brasil podría estar al borde de dejar de ser el foco de los flujos de inversión de la región. Después de que Standard & Poor’s rebajara la nota de este país por debajo del grado de inversión y que Fitch redujera su calificación tan sólo un peldaño por encima de ese nivel, JP Morgan advirtió que la nación suramericana corre el serio riesgo de salir de su portafolio de recomendaciones de deuda pública en el corto plazo.
Se trata del índice GBI-EM, uno de los portafolios más seguidos por los inversionistas internacionales, por lo cual la posible expulsión de Brasil significaría que los más de US$1,5 billones que le llegan a esta nación por causa de este referente se redistribuirían en los demás países que lo conforman, entre ellos Colombia, que es el que más participación tiene en este indicador después del país de la samba.
Hay posiciones encontradas sobre los efectos que una posible salida de Brasil podría tener para Colombia. Por un lado, hay quienes que señalan que un mayor nivel de capitales entrarían al mercado de deuda pública colombiana, un fenómeno que no cae mal dado que en septiembre la inversión extranjera cayó 18,6%, según el Banco de la República. Sin embargo, hay analistas que consideran que la posible expulsión de Brasil sería más mala que buena, alegando que podría cuestionar las calificaciones de las demás naciones de la región.
Sigue a El Espectador en WhatsAppDe acuerdo con Camilo Silva, director de análisis técnico de la firma Valora Inversiones, “la salida sería buena para Colombia. Se estima que al país podrían llegar más de US$190.000 millones, recursos que entrarían al mercado de renta fija local. Por otro lado, hay que considerar que estos capitales podrían generar una presión a la baja en la cotización del dólar, un fenómeno parecido al que se dio en el rebalanceo de JP Morgan en 2014. No obstante, por el momento es tan sólo una advertencia y todavía hace falta que las demás calificadoras sigan a Standard & Poor’s y bajen la nota brasileña por debajo del grado de inversión. De manera que cualquier expulsión del índice GBI-EM se daría en 2016, y los efectos también se reflejarían el próximo año”.
Para Juan David Ballén, analista de Casa de Bolsa, “los nuevos recursos que llegarían al país no son tan significativos. Lo que realmente hay que considerar tras la salida de Brasil del índice de JP Morgan es si esto se podría traducir en una mayor percepción de riesgo en los demás países de la región. De acuerdo con la Cepal, la economía de Brasil se podría contraer 2,8% en 2015, lo que advierte que el nivel de crecimiento de Suramérica ya está siendo amenazado”.
Por su parte, Ómar Suárez, analista de Alianza Valores, advierte que “en el caso de que calificadoras como Fitch y Moody’s bajen la nota de Brasil por debajo del grado de inversión, lo más importante por analizar es si la nota de Colombia también corre el mismo riesgo y no si los recursos llegarían al país por la recomposición del índice JP Morgan. Después de todo, en caso de perder esta calificación también podríamos salir del GBI-EM”.