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La Casa Blanca y la Reserva Federal pasan por un momento de alta tensión, en medio de la arremetida de Donald Trump contra el banco central de EE.UU. por mantener las tasas de interés en un nivel que el mandatario juzga como erróneo.
En medio de este fuego cruzado, Trump despidió a una de las gobernadoras de la Fed, Lisa Cook, por un supuesto fraude en una solicitud hipotecaria. La maniobra ha sido duramente cuestionada, no sólo por las implicaciones sobre la independencia del banco central de EE.UU. (cuyas decisiones en buena parte le toman el pulso al valor del dólar a nivel global), sino por la seriedad y validez de la acusación hecha por el presidente.
De acuerdo con Abbe Lowell, abogado de Cook, Trump no busca una gobernadora de la Fed “que jamás haya cometido una infracción en su vida”, sino a alguien “que baje la tasa de interés” que Trump “exigía”.
Cook demandó a Trump el jueves, alegando que su intento de despedirla fue una maniobra de poder que podría causar un “daño irreparable” a la economía estadounidense. El presidente busca removerla por denuncias del director de la Agencia Federal de Financiamiento de la Vivienda, Bill Pulte, de que mintió en documentos hipotecarios.
Los próximos movimientos de la Reserva Federal
En el trasfondo de todo este embrollo, más allá de las acusaciones contra Cook, se encuentra el nivel de las tasas de interés en EE.UU., que Trump quiere bajar a como dé lugar.
El presidente de la Fed, Jerome Powell, dijo la semana pasada que los efectos de los aranceles más altos sobre los precios “ya son claramente visibles”, pero abrió cuidadosamente la puerta a un recorte de la tasa de interés en septiembre ante el mayor riesgo de que el mercado laboral se debilite.
A su vez, la presidenta del Banco de la Reserva Federal de San Francisco, Mary Daly, sugirió que los responsables de la política monetaria estarán listos para bajar las tasas de interés pronto y agregó que la inflación derivada de los aranceles probablemente será temporal.
“Pronto será el momento de recalibrar la política para que se ajuste mejor a nuestra economía”, escribió el viernes en una breve publicación en redes sociales compartida por la Fed de San Francisco. Añadió que los aumentos de precios relacionados con los aranceles “serán un hecho excepcional”.
“Tomará tiempo antes de que lo sepamos con certeza”, escribió. “Pero no podemos esperar a tener una certeza absoluta sin arriesgarnos a perjudicar el mercado laboral”.
Los funcionarios de la Fed han mantenido estables las tasas de interés este año en un rango del 4,25 % al 4,5 %.
El futuro de los aranceles
Los aranceles son la gran incógnita en la ecuación sobre la salud de la economía, no sólo de Estados Unidos, sino a nivel global también.
La semana pasada, justamente, un tribunal de apelaciones en EE. UU. determinó que Donald Trump se excedió en sus facultades al imponer la mayoría de sus aranceles globales bajo una ley de 1977. Las medidas se mantienen en vigor mientras se define si el caso llega a la Corte Suprema.
El fallo, adoptado por 7 votos contra 4, respalda una decisión previa de la Corte de Comercio Internacional en Nueva York, que advirtió que el expresidente utilizó de manera indebida la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEEPA) para modificar la política arancelaria, una competencia reservada al Congreso.
Sin embargo, este domingo, Peter Navarro, asesor comercial de la Casa Blanca, aseguró en declaraciones a medios que la decisión de este tribunal fue motivada políticamente. Y, a la vez, dijo que los argumentos esgrimidos por los magistrados en contra del fallo tendrán eco en la Corte Suprema. “Creo que esto proporciona una hoja de ruta muy clara sobre cómo la Corte Suprema puede fallar a nuestro favor”, declaró. Y agregó: “Si perdemos este caso (...) será el fin de Estados Unidos”.
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