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El arroz es uno de los pocos productos alimenticios en los que no se ha sentido con fuerza la presión inflacionaria del país. En comparación con febrero de 2021, los precios del arroz disminuyeron en un 7,29 % para febrero de 2022. Aunque en lo que va del año (entre enero y febrero) se ha encarecido en un 6,7 %, según cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE).
En este contexto, Fedesarrollo presentó un diagnóstico del sector en el que formula recomendaciones a los actores de la cadena productiva y traza la hoja de ruta para que el sector sea competitivo para el año 2030, cuando comienza el libre comercio del producto.
“Una gran oportunidad para Colombia está relacionada con el sector del arroz. La industria debe generar las mejores condiciones y oportunidades para los agricultores colombianos. Eso se logra si somos altamente competitivos y productivos”, dijo el presidente de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI), Bruce Mac Master.
Según el estudio de Fedesarrollo, en el año 2030 podría desaparecer 39 % del sector arrocero colombiano (área sembrada, número de productores y de Unidades de Producción Agropecuaria), si no se logran las metas de competitividad que debería alcanzar el país para ese año cuando comienza el arancel cero a las importaciones de arroz, de acuerdo con lo pactado en el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos.
El estudio concluye que es fundamental construir una visión de cadena entre todos los eslabones que permita aumentar la competitividad sectorial. Se debe construir y avanzar en una agenda de competitividad con visión a largo plazo y que tenga un enfoque exportador. La tecnología para ser competitivos existe, pero no se está utilizando masivamente.
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El presidente de la ANDI también aseguró que en la entidad buscan que “cada industria debe tener como objetivo desarrollar las industrias a su alrededor, creemos en el encadenamiento. Debemos propiciar que los proveedores de materia prima tengan las mejores condiciones posibles”.
La prioridad para todos los integrantes de la cadena productiva del arroz en Colombia es concertar una agenda de competitividad con objetivos comunes, con visión de largo plazo y con enfoque exportador.
“La competitividad del sector arrocero es el resultado de la interacción de cada uno de los eslabones de la cadena. En el eslabón primario, la competitividad debe evolucionar al ritmo que demanda el mercado actual. La transferencia de tecnologías y conocimiento hacia los agricultores deberá ser una prioridad para cerrar las brechas entre los rendimientos actuales y los rendimientos potenciales”, explicó Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo.
Mejía añadió que sobre el segundo eslabón se deben promover “políticas que incentiven mecanismos de crédito para los productores de arroz respaldados por los contratos de adquisición del producto por el comprador, mientras que los actores del tercer eslabón, asociados a las actividades de comercialización, deben enfocarse en estrategias de promoción al consumo diferenciadas según el tipo de consumidor”.
El objetivo de lo anterior es generar una demanda nacional más sofisticada que tenga mayor injerencia en la producción. “El rol de la política pública también es indispensable, fomentando la provisión de bienes públicos y facilitando la transferencia de tecnologías entre los agricultores de todas las regiones del país”, puntualizó Mejía.
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La finalidad del diagnóstico fue crear 63 recomendaciones y traza la hoja de ruta para lograr el objetivo de tener un sector arrocero competitivo para el año 2030. Asimismo, señala prioridades y acciones a desarrollar para todos los actores del sector arrocero.
Entre las observaciones del estudio están: el uso de la semilla certificada, la aplicación de buenas prácticas agropecuarias, la mecanización, el uso de la agricultura de precisión y la agricultura climáticamente inteligente, como los ingredientes principales para aumentar los rendimientos por hectárea y ganar eficiencia en la estructura de costos de producción.
También resalta que el país registra importantes avances en competitividad que se evidencian en la actividad de numerosos agricultores que ya han logrado elevar su productividad a los niveles requeridos y que el reto consiste en extender esa capacidad, con la aplicación de nuevas tecnologías e innovaciones agropecuarias, a la totalidad del sector.
“Con esas bases, en equipo y con la suma de esfuerzos de productores, gremios, industria y gobierno, se podrá mejorar la productividad y competitividad del sector en los próximos 8 años”, dijo a su turno el ministro de Agricultura, Rodolfo Zea Navarro.
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Sobre el sector del arroz en Colombia
Parte del estudio se centró en definir el estado del consumo de este producto, las zonas de mayor consumo y el papel del arroz en la economía del país.
El consumo es de 42.2 kilogramos de arroz per cápita. Mientras que las zonas donde hay más cultivos son: Centro (Cundinamarca, Tolima, Huila y Valle del Cauca), Bajo Cauca (Antioquia, Bolívar, Sucre y Córdoba), Costa Norte (Cesar, Guajira y Magdalena), Llanos Orientales (Meta, Casanare y Arauca) y Santanderes (Norte de Santander y Santander).
Además, el arroz tiene una participación de 2.75 % en el valor agregado agrícola y la industria arrocera una participación de 2.3% en el valor agregado de la industria total de alimentos y bebidas del país. El cultivo del arroz es la fuente principal de ingreso para 16.000 agricultores.