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La industria petrolera de Brasil pidió al Gobierno que acometa cambios en el marco regulador del sector para salir de la crisis provocada por la caída de los precios del crudo y por el gran escándalo de corrupción en Petrobras.
Responsables del Instituto Brasileño del Petróleo (IBP), la patronal del sector, afirmaron en una rueda de prensa que quieren "discutir" con el Gobierno las condiciones de la próxima licitación de áreas petroleras, que se acaba de posponer a finales de este año, para aplicar en ella algunas de sus propuestas más urgentes.
El sector defiende que en esa licitación no se exija a las petroleras que tengan una cuota mínima de equipamientos fabricados en Brasil, según dijo el presidente saliente del IBP, João Carlos de Luca, que entrega mañana el cargo a Jorge Camargo.
El IBP también pretende que el Gobierno introduzca cambios en la legislación que regula las concesiones para dar "claridad" y "previsibilidad" al proceso y reducir las "incertidumbres que alejan a los inversores", según De Luca.
Camargo propuso que la política de proveedores locales se restrinja a los sectores en los que las empresas brasileñas son competitivas y se elimine en los que no son capaces de atender a la demanda, lo que causa problemas de abastecimiento y sobrecostes, según el IBP.
"A la industria local le falta capacidad para atender la demanda generada por el presal (ricos yacimientos en aguas muy profundas en el Atlántico). Antes de la crisis ya teníamos problemas", admitió De Luca.
El IBP propuso crear un calendario regular de subastas, al estilo de las rondas de licitaciones que se realizaron anualmente entre 1999 y 2008, pero que el Gobierno suspendió a raíz del descubrimiento de los grandes yacimientos del presal, mientras estudiaba un nuevo marco regulador para esa provincia petrolera.
Para el presal se creó un modelo de producción compartida, que reserva más beneficios al Estado, mientras que en el resto de yacimientos se mantuvo el modelo de concesión.
El Gobierno celebró dos licitaciones en 2013, una en el presal y otra bajo el régimen de concesión, y pretende retomar las subastas a finales de este año.
De Luca criticó el marco regulador del presal porque establece que Petrobras, empresa controlada por el Estado brasileño pero que opera en bolsa, es el operador único de todos los campos de esa rica región, que potencialmente puede doblar la producción petrolera de Brasil.
El IBP también exigió más celeridad en la concesión de los permisos ambientales y alertó que la lentitud en este aspecto "no es positiva para atraer inversiones", de acuerdo con De Luca.
Según el organismo, los ganadores de la licitación de 2013 todavía no han recibido el permiso ambiental para realizar las investigaciones sísmicas, lo que retrasa las inversiones.