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Algunas recomendaciones de bioseguridad para el regreso a las aulas físicas

Siete docentes de distintas universidades del país destacaron diferentes elementos para tener en cuenta en el retorno a clases presenciales. Las condiciones de ventilación en los salones y el riesgo transmisión del virus en lugares cerrados son algunas de las sugerencias.

Programa de Investigación en Salud Ambiental para Colombia
10 de septiembre de 2020 - 06:02 p. m.
En algunas ciudades se vieron obligadas a cerrar de nuevo los colegios por nuevos casos de contagio de coronavirus.
En algunas ciudades se vieron obligadas a cerrar de nuevo los colegios por nuevos casos de contagio de coronavirus.
Foto: Agencia AFP

A partir del 1 de septiembre, Colombia entró en una nueva fase de aislamiento selectivo con distanciamiento individual responsable, en medio de la emergencia sanitaria y social producida por la pandemia por el virus SARS-Cov-2 y de la enfermedad que produce, la COVID-19. Esta nueva fase busca la reactivación gradual de los diferentes sectores, incluido el sector educativo.

El reinicio de clases en entornos escolares ya se comienza a considerar en algunas ciudades del país. Para ello, las autoridades de salud y educación locales tienen la responsabilidad de emitir lineamientos sobre las condiciones de bioseguridad a cumplir en los entornos educativos y verificar por el cumplimiento de los mismos.

El reinicio de actividades educativas debe siempre tener en cuenta el momento de la epidemia en su territorio, la gradualidad de la reapertura y las condiciones de minimización de riesgos de contagio. Retornar a los entornos educativos implica el uso de espacios cerrados como salones de clase, aulas de reuniones o laboratorios. En los espacios cerrados existe evidencia de la potencialidad de transmisión del virus SARS-Cov-2 por medio de aerosoles. Los aerosoles, que son gotitas minúsculas suspendidas en el aire, pueden englobar el virus y transportarlo a distancias mayores a 2 metros dentro de un recinto cerrado, como por ejemplo las aulas de clase.

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Por lo anterior, en los entornos escolares cerrados las condiciones de ocupación y ventilación son fundamentales para determinar el riesgo de trasmisión del virus.

Teniendo en cuenta que observamos que los protocolos de bioseguridad que se han difundido para entornos educativos no han tenido en cuenta estos aspectos fundamentales, desde éste grupo de trabajo emitimos las siguientes recomendaciones para considerar las condiciones de ventilación y el riesgo de transmisión del SARS-Cov-2 dentro del proceso de planeación y pilotaje de los protocolos de bioseguridad en entornos educativos:

1. No se recomienda asumir una cantidad o un porcentaje de estudiantes fijos para la presencialidad de manera estándar en todas las instituciones, dado que los aforos van a depender directamente de las condiciones físicas de las aulas, especialmente de su volumen y capacidad de ventilación

2. Durante el desarrollo de los protocolos de bioseguridad y los pilotos de presencialidad, incluir la evaluación y adecuación de las condiciones de ventilación y aforo máximo de las aulas de clase que minimicen el riesgo de contagio. (ver orientaciones abajo).

3. De acuerdo con el aforo máximo establecido para cada tipo de aula, se puede organizar la presencialidad/alternancia de los estudiantes en los grupos.

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4. Mantener los grupos de clase separados en tiempo y lugar favoreciendo el distanciamiento físico entre estudiantes de distintos cursos. Esta medida busca minimizar la transmisión cruzada entre grupos de una misma institución.

5. Favorecer todas las actividades de clases de actividad física y lúdicas en espacios abiertos y con distanciamiento físico.

Orientaciones para la evaluación de las condiciones de ventilación y aforo máximo de las aulas de clase

Para la evaluación de condiciones de ventilación en aulas de clase, recomendamos la medición del volumen del aula y el uso de sensores de CO2 (pueden ser sensores de bajo costo). Con estas mediciones se pueda realizar la estimación de la tasa de recambio de aire, siguiendo los métodos establecidos en la “Guía en 5 pasos para medir la tasa de renovación de aire en aulas”, elaborada por Allen et al, disponible en español.

Para la evaluación del aforo máximo de las aulas de clase recomendamos el uso del modelo de estimación de riesgo de transmisión de SARS-Cov-2 desarrollado por José Luis Jiménez de la Universidad de Colorado, el cual es el resultado de la aplicación de una modelo de caja en espacios cerrados y el modelo de Wells-Riley para la tasa de contagio de SARS-Cov-2 por aerosoles en función de varios parámetros, tales como las tasas de emisión de virus, tasas de inhalación, eficiencias de mascarillas, tasas de ventilación, tasa de decaimiento de la infectividad del virus en aerosol, deposición de aerosoles con virus sobre superficies, tasas de remoción de virus mediante otros mecanismos, prevalencia local de la enfermedad, fracción de población inmune y tasas de emisión de CO2. El modelo está disponible como una hoja de cálculo en Excel y está siendo actualizado de manera permanente por el profesor Jiménez.

En los entornos educativos que funcionan como espacios cerrados con aire acondicionado se debe evaluar si existe recirculación de aire. La recirculación de aire es una medida para ahorrar energía, pero en el contexto actual puede favorecer el transporte de aerosoles con la presencia del virus. Los filtros de partículas y el equipo de desinfección en corrientes de aire recirculado pueden reducir este riesgo, pero no son eficaces para eliminar el riesgo de transmisión. En el caso de unidades centrales de tratamiento de aire a nivel de edificio o que prestan servicio a varias zonas, se debe evitar la recirculación y, si es posible, el sistema debe funcionar con un 100% de aire exterior. Las calificaciones de los filtros por métodos de prueba, como la Norma 52.2 de ASHRAE (ASHRAE, 2017) dan una indicación del rendimiento en función del tamaño de las partículas y deben utilizarse para elegir los filtros adecuados. Adicionalmente, se puede complementar la ventilación existente con purificadores de aire portátiles que incluyan sistemas de filtración mecánica para capturar las microgotículas en el aire.

Finalmente, es importante aclarar que éstas recomendaciones buscan disminuir el riesgo de contagio pero no garantizan que se elimine el riesgo de transmisión del virus aún con la puesta en marcha de todas las recomendaciones. Por lo anterior, el momento apropiado para el retorno a las actividades escolares debe evaluarse localmente de acuerdo con sus condiciones de magnitud y velocidad de contagio del SARS-Cov-2 y la saturación de su capacidad de atención hospitalaria.

*Esta fue una contribución de: Néstor Y. Rojas, Profesor, Universidad Nacional de Colombia; Laura A. Rodríguez-Villamizar, Profesora, Universidad Industrial de Santander; Luis Carlos Belalcázar, Profesor, Universidad Nacional de Colombia; Dayana Agudelo Castañeda, Profesora, Universidad del Norte; Diana Marcela Marín Pineda, Profesora, Universidad Pontificia Bolivariana sede Medellín; Oscar Alberto Rojas-Sánchez, Profesional especializado, Instituto Nacional de Salud; Juan Gabriel Piñeros Jiménez, Profesor, Universidad de Antioquia.

Otros investigadores: Olga Lucia Quintero Montoya, profesor titular, Investigador Senior, Universidad EAFIT; Jorge Eduardo Pachón, profesor titular, Universidad de La Salle; Andrea Moreno Ríos, Profesora, Universidad de la Costa, Barranquilla; Boris Galvis Profesor Asociado, Universidad de La Salle; Andrea Ramirez Varela, Profesora Asistente, Universidad de los Andes, Bogotá.

Por Programa de Investigación en Salud Ambiental para Colombia

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