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Más de seis millones de niños se quedarían sin acceso a educación por recortes financieros

Un nuevo análisis publicado por Unicef advierte que más de seis millones de niños y niñas podrían dejar de asistir al colegio para finales de 2026 debido a los recortes globales en la financiación a la educación.

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06 de septiembre de 2025 - 01:00 p. m.
En todo el mundo, el número de niños y niñas desescolarizados pasaría de ser 272 millones a 278 millones.
En todo el mundo, el número de niños y niñas desescolarizados pasaría de ser 272 millones a 278 millones.
Foto: Pixabay
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Unicef, la agencia de las Naciones Unidas dedicada a la infancia, publicó un nuevo análisis en el que advierte que, para finales 2026, más de seis millones de niños y niñas podrían quedar desescolarizados debido a los recortes en financiación a la educación a nivel global. De acuerdo con la directora ejecutiva de Unicef, Catherine Russell, “no se trata de una mera decisión presupuestaria: cada dólar que pierde la educación pone en peligro el futuro de un niño o niña”.

Según comunicó la agencia, la reducción de la asistencia oficial para el desarrollo (AOD) enfocada en la educación podría alcanzar los USD $3.200 millones. Además, cerca del 80 % de los recortes provendrían de solo tres gobiernos donantes, conllevando una caída del 24 % en comparación con 2023. En todo el mundo, el número de niños y niñas desescolarizados pasaría de ser 272 millones a 278 millones, lo cual equivale a vaciar todos los colegios de primaria de Alemania e Italia.

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El análisis de Unicef indica que, si bien es probable que se generen retrocesos en todas las regiones, las peores consecuencias podrían verse en África Central y Occidental, donde 1,9 millones de niños y niñas corren el riesgo de quedar desescolarizados. Por otro lado, en Oriente Medio y Norte de África, podría aumentar a 1,4 millones la cantidad de jóvenes en esta situación.

Se calcula que 28 países perderán, como mínimo, una cuarta parte de la financiación de la que dependen para la educación preescolar, primaria y secundaria. Entre ellos, algunas de las mayores alertas se presentan en Côte d’Ivoire y Malí, pues sus tasas de matriculación podrían reducirse un 4%. También se prevé que los recortes afecten, sobre todo, la etapa de la educación primaria, que podría perder la tercera parte de las ayudas.

El panorama es aún más complejo teniendo en cuenta las afirmaciones de la directora Russell: “La educación muchas veces se convierte en un salvavidas que permite conectar a la infancia con servicios esenciales como los de salud, protección y nutrición, sobre todo en las situaciones de emergencia. Además, ofrece a los niños y niñas una verdadera oportunidad para escapar de la pobreza y construirse un futuro mejor”.

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Alrededor de dos millones de los jóvenes perjudicados se encontrarían en contextos humanitarios, “donde la educación representa mucho más que un aprendizaje, ya que brinda un apoyo esencial y una sensación de estabilidad y normalidad a los niños y niñas traumatizados”, según Unicef. Un caso puntual, cita la agencia, es el de los refugiados rohinyás, de los cuales 350.000 niños y niñas podrían quedarse sin acceso a la educación básica, quedando expuestos a la explotación, el trabajo infantil y la trata de personas.

Frente a este panorama, Unicef insta a los países donantes y aliados a que actúen para proteger la educación con medidas que permitan:

  • Redistribuir la asistencia destinada a la educación de una manera más equitativa y eficaz, dirigiendo un mínimo del 50% a los países menos adelantados.
  • Salvaguardar la financiación dedicada a la educación en los contextos humanitarios y considerar la educación una intervención prioritaria y esencial junto a otros servicios fundamentales.
  • Centrar la asistencia para la educación en el aprendizaje básico, principalmente en la educación preescolar y primaria, donde se obtiene un mayor rendimiento de la inversión.
  • Simplificar el sistema de financiación mundial, en línea con la Iniciativa ONU80 para mejorar la eficiencia.
  • Ampliar los métodos de financiación innovadores sin sustituir la financiación básica destinada a la educación.

A ojos de Russell, “la inversión en educación infantil es una de las mejores inversiones de futuro. Los países funcionan mejor cuando los niños y niñas reciben educación y gozan de buena salud, además de que esto contribuye a que el mundo sea más estable y próspero”.

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enriqueparra1978(84821)09 de septiembre de 2025 - 10:17 a. m.
A los ricos del mundo no les importa ni la salud ni la educación de los niños. Su ambición está puesta en amasar más y más dinero. Tampoco les preocupan las precarias condiciones y los bajos salarios, mientras ellos reparten altas utilidades en sus empresas. Lo mejor para todos sería impulsar la justicia social y terminar con la desigualdad y la pobreza. Los ricos mueren igual que los pobres y no se llevan nada a sus tumbas. Si ayudaran a combatir el hambre tendrían el agradecimiento de millones
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