Desde septiembre, debido a los problemas financieros por los que atraviesa la Universidad de Antioquia (UdeA), el Ministerio de Educación ordenó una serie de medidas preventivas, entre las que se encuentra la “vigilancia especial”. Con estas, explicaba en ese entonces la cartera, buscaba garantizar la “continuidad del servicio, el restablecimiento de la calidad (...) y superar las situaciones que están afectando el servicio educativo”. Angielly Martínez Ruíz, abogada especialista en Desarrollo territorial y gestión pública, es la inspectora encargada de vigilar a la entidad.
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Martínez Ruíz estará a cargo de la revisión de la gestión administrativa de la institución y será designado por el ministerio. Entre sus funciones está la de revisar cada uno de los puntos establecidos en el plan de mejoramiento presentado previamente por la UdeA, donde deberá detallar las estrategias que llevará a cabo para no repetir las situaciones que desencadenaron la actual crisis económica.
Entre los documentos y requisitos que ya le solicitó a la institución está la adecuación de un espacio para cuatro personas dentro del edificio administrativo y el acceso a la intranet y al sistema de gestión documental. Además, pidió la agenda de todos los comités directivos, las actas de los últimos dos años de estos comités y de las juntas directivas del Hospital Alma Máter, la Fundación de Apoyo a la Universidad de Antioquia y la Corporación Interuniversitaria de Servicios (CIS).
Uno de los puntos clave ha sido el financiero, pues la universidad, de acuerdo con sus cálculos, enfrenta un déficit de cerca de COP 350.000 millones, por lo que Martínez Ruíz, quien desde 2018 ha trabajado en la Sociedad de Activos Especiales (SAE), solicitó un documento detallado de los recursos transferidos por entes territoriales en los últimos tres años, desglosados por fondo y destino; un informe completo de los recursos provenientes de la estampilla Universidad de Antioquia, donde estén incluidos los proyectos financiados, ejecución presupuestal, disponibilidad efectiva y liquidez real; e información sobre ingresos por matrículas, contratos interadministrativos, servicios de extensión, investigaciones, y pagos del Hospital Alma Máter.
Pero, ¿cómo está el panorama de la universidad? ¿John Jairo Arboleda, actual rector, piensa dar un paso al costado del cargo? Para contar cómo han transcurrido estas últimas semanas dentro de la institución, Arboleda citó a una rueda de prensa en la que explicó la situación financiera del plantel, que, de acuerdo con sus cálculos, necesita COP 148.000 millones para cerrar el año.
Lo primero que comentó Arboleda es la estrategia que tienen en mente para cerrar este año académico. Como lo hemos contado en estas páginas, entre la comunidad educativa hay una gran preocupación por los últimos meses, pues, para poder pagar nóminas de julio y de agosto, el Gobierno Nacional adelantó las transferencias de otros meses y no se han podido vender ciertos bienes que se habían proyectado para disminuir la deuda.
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De acuerdo con Arboleda, han priorizado el pago de la nómina de los profesores, administrativos y otros trabajadores. Por eso, el Consejo Superior (CSU), el principal órgano de decisiones de las universidades públicas, autorizó un empréstito (que es un préstamo que hacen las entidades públicas) de hasta COP 54.000 millones. A esto, añadió, se le suma que continuarán gestionando la venta de inmuebles y bienes del plantel. Están habilitados 24 bienes y el propósito es que se empleen como “fondos patrimoniales que nos sirvan de colchón en la medida en que se puedan generar dificultades a futuro”.
En medio de esta situación, el ministerio señaló a través de un comunicado que ha hecho una inversión histórica en la UdeA y que las transferencias para funcionamiento pasaron de COP 451.000 millones en 2022 a COP 678.000 millones proyectados para 2025. Lo que, dijo la cartera, “representa un aumento de más del 50 % en solo tres años”.
Sin embargo, Arboleda aseguró que las transferencias del Estado (gobierno nacional y departamental) que cubren el 70 % de los gastos, no alcanzan para cubrir el funcionamiento y disminuir la deuda. “Desde 2007 o 2008 empieza ese desfase entre lo que nos cuesta funcionar y lo que recibimos de los gobiernos para ese funcionamiento”, indicó.
Las razones de la crisis en la UdeA
Arboleda, en su presentación, mostró algunas de las posibles razones que explicarían la compleja situación financiera por la que atraviesa la UdeA. La principal es el desfinanciamiento que se ha generado con los artículos 86 y 87 de la Ley 30, donde se establece la fórmula que estipula el monto que el Gobierno debe destinar año a año a las Instituciones de Educación Superior Públicas (IES). Actualmente, se adelanta un proyecto de ley que busca reformar ambos artículos y modifciar este cálculo.
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“No es la misma universidad que teníamos en 1992, cuando se firmó la normativa. Los gastos han incrementado”, dijo y celebró que la reforma de estos dos artículos hubiese superado el segundo debate. Ahora, anotó, “cada rector tiene la tarea de contactar a las bancadas de las regiones para que esto (la reforma) surta de la mejor manera”.
El programa de regionalización, que lleva funcionando 30 años, es otro de los puntos clave en esta crisis, a los ojos de la UdeA. Según explicó, este plan, que llega a casi todas las subregiones de Antioquia y cuenta con cerca de 8.000 estudiantes inscritos, tiene unos costos muy altos. También, añadió Arboleda, la matrícula cero a estudiantes de estrato 1 y 2, que empezó a funcionar en 2002, ha agudizado la crisis. “El Estado no le gira recursos a la universidad por los años en los que ha funcionado esos programas (...) por gratuidad solo hemos recibido los asignados en los últimos años, cuando se crea la política pública nacional”, aclaró.
La planta docente también ha jugado un papel importante en la crisis. En la actualidad, de los 1.418 profesores vinculados a la UdeA, el 65%, es decir, 929, tienen título doctor, lo que, a los ojos de Arboleda, aumenta los gastos de funcionamiento y de nómina de la universidad. “Son fundamentales porque hacen investigación, impulsan patentes. Pero no se debe desconocer que tenemos una nómina profesoral grande y costosa”, reconoció. A esto se le suma las bonificaciones y puntos salariales que se les otorga por la productividad académica y científica.
Estos puntos se establecieron en el decreto 1279 de 2002, el cual tuvo como objetivo estimular la investigación en el país. En el documento se estableció que ese valor iba a ser determinado por una serie de puntos (ya sea por sus títulos, producción académica o trayectoria) y que el valor de ese punto iba a incrementar con el Índice de Precios al Consumidor (IPC). Por ejemplo, en 2002 el punto costaba aproximadamente $6.000 y, en la actualidad, oscila entre los $20.000.
Entonces, complementó Arboleda, los salarios de los profesores de la UdeA ocupan entre “el 70 % y el 80 % de los recursos. Aquí hay una brecha entonces enorme que se va sumando y estos son los mejores años”.
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¿Qué viene para la UdeA?
El rector hizo énfasis en que no va a renunciar, sino que, por el contrario, están buscando diferentes alternativas para enfrentar la crisis. De hecho, contó que en la última reunión del Sistema Universitario Estatal (SUE) dieron vía libre para que los recursos de gratuidad vayan también a la base presupuestal y que están adelantando reuniones con Federico Gutiérrez, Alcalde de Medellín, para que el distrito se vincule con recursos de base presupuestal para la Universidad de Antioquia.
Además, la UdeA se comprometió a disminuir los gastos de funcionamiento para el presupuesto de 2026 y, agregóArboleda, ya se han reunido con el CSU (encargado de trazar los lineamientos de la construcción del borrador de presupuesto), decanos, decanas, directores y directoras para la formulación del presupuesto. Al final, el Consejo Académico es quien lo aprueba. El objetivo es que no se cierren programas o que se reduzca en el 50 % la contratación de las horas cátedras. “No es solamente el tema de contratos, sino también en otros rubros. La idea es ir cerrando esa brecha que se ha abierto durante 32 años”, dijo.
Un año complejo para la UdeA
La crisis de la UdeA se ha agudizado en el último año. A la “vigilancia especial”, se le suma que la Contraloría General de Antioquia no aprobó la gestión presupuestal de la universidad para 2024 y el rector Arboleda se rajó en la evaluación que hizo sobre su gestión el Consejo Superior Universitario (CSU).
El ente de control realizó una auditoria a la universidad, más precisamente, una revisión a los estados financieros de 2024, los cuales detallan la situación financiera, los resultados, el estado de cambios en el patrimonio y las notas a los estados financieros. En la rendición de cuentas de ese ejercicio, publicada en agosto, determinó el “No Fenecimiento de la cuenta”, que, básicamente, consiste en no aprobar la gestión fiscal y contable realizada por el responsable del manejo de los recursos públicos en esa vigencia.
Este resultado podría tener implicaciones administrativas, legales, disciplinarias y reputacionales para los responsables del manejo de estos recursos, de no tomarse los correctivos. Además, el pasado 4 de junio, el CSU se reunió y analizó el primer año de gestión de Arboleda, que cumple su tercer período al frente de la institución. Allí, le otorgaron una calificación de 35 puntos sobre 100, que algunas de nuestras fuentes creen que puede ser la valoración más baja que ha recibido un rector en la historia reciente del plantel.
Sin embargo, entre el 13 de mayo y el 30 de julio de 2025, la Contraloría General de Antioquia practicó nuevamente la auditoría a la UdeA. En el dictamen, que da cuenta del comportamiento de la institución durante la vigencia 2024, el ente de control «fenece con salvedades, la cuenta rendida por la Universidad de Antioquia de la vigencia fiscal 2024, como resultado de la “opinión financiera limpia”». En otras palabras, el órgano de control aprobó la rendición de cuentas de la UdeA, pero hizo ciertas observaciones y advertencias.
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Aunque la Contraloría y el CSU le habían pedido algunos ajustes al plan entregado por la UdeA, hasta ahora no se conocen los detalles del documento.
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