Alemania identifica en 25 años 7.500 bienes culturales y 24.500 libros del expolio nazi

La procedencia de los bienes culturales expoliados en Francia por los nazis ha sido objeto de interés del Gobierno, que creó en 2019 un servicio destinado a identificar las obras confiscadas entre 1933 y 1945, durante las persecuciones antisemitas.

Foto: Archivo General de Alemania

En un comunicado con motivo de los 25 años de la firma de los Principios de Washington de 1998, la ministra señala que estos bienes culturales fueron restituidos o se encontraron otras soluciones justas y equitativas para ellos.

Además, el Centro para la Investigación de Procedencias y el Centro Alemán de Bienes Culturales Perdidos han financiado más de 400 proyectos en el campo de la investigación de procedencias.

Roth subrayó que con los Principios de Washington hubo mucho cambio en el panorama cultural alemán, porque contribuyeron a que aumentara significativamente "la concienciación sobre los delitos de robo de bienes culturales en la Alemania nacionalsocialista".

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También gracias a los Principios de Washington, la investigación relativa a la procedencia de las obras también se vio ampliada enormemente en materia de financiación y personal en los últimos 25 años y ahora es parte integrante de muchas instituciones culturales, lo que ha dado lugar a restituciones y otras soluciones.

"Pero a pesar de estos avances, Alemania aún tiene un largo camino por recorrer, tendiendo en cuenta de la enorme magnitud del expolio nazi de bienes culturales. El proceso de revisión del pasado debe proseguir de forma consecuente y aún más eficaz", afirmó.

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En su opinión, un paso importante en esta dirección es, en particular, el refuerzo de la comisión asesora, creada en 2003 por el gobierno federal, los estados federadas y las autoridades locales, para lo cual el objetivo es lograr una reforma integral para la primavera de 2024.

En su opinión, la introducción de la invocabilidad unilateral es un elemento importante para reforzar la comisión asesora.

Esta daría la posibilidad a los descendientes de propietarios de obras expoliadas por los nazis a iniciar un procedimiento de restitución ante la comisión sin tener que depender de la cooperación voluntaria de la institución cultural en cuyos fondos se encuentra el bien cultural en cuestión.